Friday, October 14, 2011

Kiki el peligroso

Kiki el peligroso
Viernes, Octubre 14, 2011 | Por Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Enrique Pérez Rodríguez
(Kiki), de 44 años, y su familia sólo habían visto un asalto policial
así en las películas americanas que ponen en la TV los sábados por la noche.

El pasado 3 de agosto, los reflectores de los carros policiales
convirtieron la madrugada en día claro. Poco antes de las 5 de la
mañana, decenas de agentes del Departamento Técnico de Investigaciones
(DTI), con las armas en la mano, con chalecos antibalas y hasta con
pistolas de lanzar redes, penetraron en tromba en su casa, en calle 15
número 173, en Parcelación Moderna, Arroyo Naranjo.

Entre órdenes amenazantes, llantos de niños y ladridos de perros,
registraron palmo a palmo la casa y sus alrededores. Venían en busca de
carne de res y de pruebas de que Enrique Pérez estuviera implicado en el
robo de varias reses pertenecientes nada menos que a una de las varias
fincas del comandante Guillermo García en las afueras de la capital.
Aseguran que por el robo están presos varios hombres de Las Guásimas,
Managua y El Cotorro.

El aparatoso allanamiento y registro en casa de Pérez Rodríguez fue otro
de los muchos que se desarrollan en todo el país como parte de la
Operación Tauro, una gigantesca batida contra el hurto y sacrificio de
ganado mayor, donde la policía aprovecha para hurgar en cualquier otro
delito, ilegalidad o disidencia que aparezca o suponga.

"La casa era vigilada desde hacía varios días y la policía y sus
chivatos, especialmente un oficial retirado llamado Izquierdo,
chequeaban todos los movimientos de los que entraban y salían. Notamos
algo anormal en el barrio, pero como no estábamos en nada malo no
imaginamos que fuera con nosotros", refiere la madre de Enrique, María
del Carmen Rodríguez Acosta.

La policía halló 22 libras de carne en el refrigerador, pero la mayor
parte era de cerdo. De nada valió que habían comprado –de modo ilegal,
claro, cómo único se puede comprar- unas pocas libras de carne de res
para el consumo de la familia. Se la llevaron como si fuera la prueba
concluyente del delito.

Además, los agentes exhibían triunfantes las demás evidencias que
ocuparon: dos machetes, un cuchillo de carnicero, varias sogas, una
pistola de calamina y ropas de Enrique con manchas de sangre. En
definitiva, nada extraño, si se tiene en cuenta que el hombre con
frecuencia mata y descuartiza algunos de los puercos que cría para
vender. Tiene además un carretón de caballos con el que trabaja para
Servicios Comunales en la recogida de basura.

A Pérez Rodríguez se lo llevaron esposado. Está en la prisión Combinado
del Este, en espera de juicio, desde hace más de dos meses. Según el
abogado, no hay pruebas contra él. Pero continúa en la cárcel.

"Enrique está cada vez más flaco y enfermo de los nervios, me lo van a
volver loco. Y lo que es peor, también a Moisés (uno de sus siete
hijos). Tiene 8 años y por problemas en el parto padece de retraso
mental. Desde el registro se altera mucho cada vez que ve a un policía y
dice que se va a matar," comenta angustiada María del Carmen.

En el barrio todos aseguran que Enrique Pérez Rodríguez es inocente. "Es
un abuso. Kiki es un hombre de trabajo. Asiste a una iglesia evangélica,
no se mete con nadie. Siempre anda atareado con sus animales, apenas
habla", afirma Boris, de 39 años, un vecino que se negó a servir a la
policía como testigo del registro.

luicino2004@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/kiki-el-peligroso/

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