Miércoles, 12 de Octubre de 2011 00:00
Julio Antonio Aleaga Pesant
Baracoa, (PD) El gordo, con su corte de pelo extravagante y el bigotico
que recuerda las fotos de los años cincuenta, recorrió durante cinco
horas los trescientos kilómetros entre Santiago de Cuba y Baracoa en un
viejo Willys de 1952.
altComo él muchos llegaron para el aniversario de la ciudad de Baracoa
el 15 de agosto. Para el verano de 2011, la ciudad parecía hinchada.
Desde los humildes coches de caballos, los fuertes camiones que cruzan
La Farola o provienen de Moa, a los confortables autobuses de la empresa
Vía Azul, que se pagan en divisa, todos llegaban repletos de viajantes.
Pero hubo uno diferente.
Hace medio año, Orlando Joubert Roblejo miraba el mar desde su casa en
Chivirico, al sur de la Sierra Maestra. Estaba ensimismado cuando llegó
su primo Rogelio y le comentó lo del 500 aniversario de la fundación de
Baracoa. Desde ese momento, comenzó a rumiar la idea de caminar hasta la
Primada de Cuba.
Era un esfuerzo grande y lo más importante era la planificación, buscar
alojamiento y alimento, debido a que sus recursos económicos como
profesor son escasos. Buscó apoyo en el Instituto de Deportes y
Recreación (INDER) y los gobiernos provinciales de Guantánamo y Santiago
de Cuba, quienes lo escucharon y le crearon algunas facilidades para el
intento.
Salió al camino en Chivirico el 2 de agosto en la mañana. La primera
marcha fue la más larga. Celebró su cumpleaños el día 4 de agosto en la
Peña Deportiva de Plaza de Marte, en Santiago de Cuba. A partir de ahí
cubrió los más de 350 kilómetros totales en 10 días.
Joubert es un entrenador de atletismo para niños en la comunidad costera
de Chivirico del Municipio Guamá, en Santiago de Cuba. A sus cuarenta y
nueve años homenajeó a la "Primada", con su caminata por las carreteras
orientales. Muy sonriente, al llegar al pueblo y ser invitado especial,
agradeció el agasajo y se sintió complacido de lo realizado.
El gordo se lo topó frente a la TRD "La Campana", en el centro del
pueblo y le preguntó sobre nuevos retos. Miró sonriente mientras unía
los dedos de la mano derecha y se la llevaba a la boca, señal que indica
comida: "No está fácil para una caminata tan larga, pero vamos a ver qué
hacemos, porque es bastante divertido".
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