Silencios contra el olvido
26 de febrero de 2017 - 15:02 - Por Luis Leonel León
Silencios que, de tan agudos, dejan de ser gritos y silencios para
transformarse en memoria colectiva, en diálogo más allá de la creencias,
en intensas esperanzas, en reclamos imposibles de no escuchar
@LuisLeonelLeon
llleon@diariolasamericas.com
El silencio a veces puede convertirse en grito. Puede, incluso,
escucharse mucho más que un grito, que cientos de gritos. Hablo de
silencios que se pasan de mano, haciendo temblar, y hasta titubear y
parecer innecesarias, las más grandes, urgentes y estrepitosas palabras.
Silencios que, de tan agudos, dejan de ser gritos y silencios para
transformarse en memoria colectiva, en diálogo más allá de la creencias,
en intensas esperanzas, en reclamos imposibles de no escuchar.
Uno de esos silencios, tan poco comunes a la vez tan necesarios, pudo
escucharse el pasado viernes en la Universidad Internacional de la
Florida (FIU) entre las 3:21 y las 3:27 de la tarde. Justo el intervalo
de tiempo en que hace veintiún años, el 24 de febrero de 1996, aviones
de guerra de la Fuerza Aérea Cubana, por orden de los dictadores Fidel y
Raúl Castro, destruyeron dos avionetas civiles pertenecientes a la
organización humanitaria Hermanos al Rescate.
Los misiles aire-aire lanzados desde un MiG-29 cubano mataron
instantáneamente a los cuatro jóvenes que iban a bordo de las dos
avionetas de Hermanos al Rescate sin dejar ningún resto recuperable. Una
investigación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)
determinó que ambas avionetas fueron pulverizadas sobre aguas
internacionales. La primera fue impactada a las 3:21pm y la segunda a
las 3:27pm.
Por ello, durante esos 6 minutos, alrededor de la fuente principal de
FIU, un grupo de personas juntó una vez más sus manos para que en
silencio se escuchara un grito a la memoria de las víctimas. Un grito a
la verdad. Un grito de justicia ante este asesinato de Estado que aún
permanece impune a pesar de haberse condenado en una corte de EEUU. Un
grito de libertad para el pueblo cubano, cautivo, desde hace casi 60
años, de los mismos militares que ordenaron el crimen contra Mario
Manuel de la Peña (de 24 años), Carlos Costa (29), Armando Alejandre,
Jr. (45) y Pablo Morales (29). Tres estadounidenses y un cubano
residente legal en este país.
La tradición de esta vigilia silenciosa en el campus Modesto A. Maidique
de FIU, donde florece un árbol en homenaje a los caídos, comenzó en
1996, organizada por la Free Cuba Foundation, un movimiento juvenil
comprometido con la defensa de los derechos humanos, el apoyo a la
oposición democrática dentro de la Isla y la defensa de los principios
de la no violencia.
Contemplar y escuchar a quienes allí se reúnen es una experiencia única:
"Esto lo hacemos por ellos y por sus seres queridos. Es nuestra manera
de intentar poner fin a la impunidad y al mismo tiempo hacer un trabajo
de memoria de los hechos y darlos a conocer a las nuevas generaciones de
la universidad y la comunidad de Miami". Son las palabras de John
Suarez, creador de la Fundación Cuba Libre, uno de los que jamás
olvidará a Armando, Carlos, Mario y Pablo. Sin duda se trata de un
silencio difícil, inevitable y repleto de significados.
Desde 1991 las misiones de Hermanos al Rescate lograron salvar más de
4.200 balseros cubanos que en improvisadas embarcaciones huían del
comunismo imperante en su país desde 1959. El atentado a las avionetas
el 24 de febrero de 1996 se perpetró a partir de información brindada al
régimen cubano por espías de la Red Avispa, una de las redes castristas
de espionaje que durante años operó en EEUU, desactivada en 1998 por el
Buró Federal de Investigaciones (FBI). El jefe de los espías fue
condenado en EEUU a dos cadenas perpetuas por "conspiración para
asesinar", pero Barack Obama lo perdonó y envió a Cuba antes de que el
entonces presidente de EEUU visitara la Isla como parte del
restablecimiento de las relaciones entre su gobierno y la autocracia de
los Castro.
Cuando el mundo supo del derribo de las avionetas, Fidel Castro intentó
públicamente justiciar esta acción terrorista esgrimiendo que las
avionetas habían violado el espacio aéreo nacional, pero investigaciones
realizadas por peritos de EEUU y la Organización de Aviación Civil
Internacional, determinaron que las avionetas de Hermanos al Rescate
sobrevolaban espacio aéreo internacional.
Aún el exilio cubano reclama que se haga justicia. Y no lo hace sólo los
24 de febrero. Lo que pude observar en FIU, además de un símbolo, es un
acto fe. Es impresionante ver cómo casi un centenar de personas, desde
familiares y amigos de las víctimas hasta estudiantes y miembros de la
comunidad de Miami, se dan cita para juntar sus manos en silencio. Un
profundo silencio contra el olvido.
Source: Silencios contra el olvido | Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/opinion/silencios-contra-el-olvido-n4115836
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