Bruno, Barack y los plomeros indios
¿Lucharán los sindicatos cubanos con los inversores capitalistas en
favor del trabajador o serán más estatalizados que obreros?
Jorge Dávila Miguel, Miami | 31/10/2016 9:57 am
Las cosas sucedieron así: cierto día saltó a la publicidad desde La
Habana la foto de algunos obreros indios, no del oeste americano sino de
la India hindú, monísimos todos ellos en sus impecables monos
anaranjados, subiéndose a un autocar de turismo en los que serían
trasportados bajo la asfixiante canícula capitalina, aunque envueltos en
aire acondicionado.
La gente se enteró y comentó el hecho, protestó y al mismo tiempo se
quedó con la boca abierta, algunos con pena, otros con placer. ¿Cómo era
posible que en Cuba Socialista ––paraíso de los trabajadores a pesar del
bloqueo imperialista–– se trajeran obreros del otro lado del mundo en
vez de emplear a mano de obra nacional?
Pausa.
La victoria diplomática cubana en Naciones Unidas el pasado miércoles 26
es histórica, así como la sorprendente decisión del presidente Barack
Obama de no votar en contra, sino de abstener a la delegación de Estados
Unidos en una resolución anual que condena la política de Washington
contra Cuba desde hace 25 años. Obama, con dicho gesto, indica que no
solo busca con honestidad una reparación legal del conflicto comercial
entre los dos países sino un reconocimiento moral de Estados Unidos
hacia Cuba en el espinoso tema del bloqueo. El canciller Bruno Rodríguez
––como obvio puntero en la persistente política cubana–– saludó varias
veces la abstención de Estados Unidos y a su delegada Samantha Power,
pero sobre todo continuó con un sólido y documentado alegato contra
Washington y la persistencia del embargo, entre otras cosas. La Habana
nunca ceja, martilla y machaca hasta que se doble el yunque, y hasta
ahora le ha salido bien. Quien revise el consistente discurso de
Rodríguez entiende las razones de Cuba y hasta lo que el canciller
parece transpirar, vibrante y victorioso: que el bloqueo/embargo es el
único culpable de la pobreza económica y social en Cuba. Pero eso no es así.
Lo que nos lleva a los obreros indios atravesando La Habana en su nube
de aire acondicionado y a algunas preguntas que no pueden responder ni
Obama ni Power, ni 192 de los 193 países reunidos el miércoles en
Naciones Unidas. Preguntas que tienen que ver con el presente y el
futuro de la Isla.
Y algunas de estas preguntas son:
¿Quién defiende o defenderá los derechos de los trabajadores cubanos en
las "nuevas coyunturas" que se propician en la "actualización del
modelo" con respecto a las empresas extranjeras? ¿Serán los sindicatos,
el Ministerio del Trabajo, la Asamblea Nacional? ¿Tal vez serán las
propias empresas extranjeras, como la francesa Bouygues que trajo a los
compañeros proletarios indios para sustituir con eficiencia a los
compañeros proletarios cubanos las encargadas de arreglar el asunto con
el Gobierno?… ¿Podemos creer de verdad que en Cuba, faro de la educación
y la biotecnología no existan electricistas y plomeros calificados? El
día en que el embargo sea levantado ––que lo será–– qué pasará con las
empresas americanas que necesiten obreros cubanos. ¿Se convertirá el
Estado cubano en una gigantesca y única agencia intermediaria de
contratación o permitirá que los norteamericanos contraten directamente
a los cubanos?
Tal vez este fue el dilema de Bouygues: en la actualidad la legislación
cubana no permite a una empresa extranjera contratar directamente a un
ciudadano cubano y les sale ¡más barato! a los capitalistas traerlos
desde la India antes de contratarlos a través del vigente método
gubernamental. Mediante el mismo, al obrero cubano le llegaría solamente
parte del salario pagado por la empresa extranjera ––en todo caso mucho
menos de lo que le pagan a los plomeros y electricistas indios–– y los
plomeros o electricistas cubanos, lo saben. Tal vez eso constituya una
razón para que estén digamos molestos, sentidos o perplejos ante el
actual ordenamiento laboral y de remuneración en el Estado de los
Trabajadores. ¿Lucharán los sindicatos obreros con los inversores
capitalistas en favor del trabajador o serán más estatalizados que
obreros? Cuál será la legislación justa, cuáles las reglas del juego,
cuáles las bondades de la "actualización del modelo" para beneficiar,
por qué no, a los trabajadores cubanos.
Un fantasma recorre Cuba y ojalá que solo sea un fantasma: que en las
nuevas relaciones de producción, propiedad y administración, así como en
las oportunidades comerciales y empresariales que se abren como
preámbulo de la "actualización del modelo", sostenible y socialista,
penetran el nepotismo, la influencia política y el privilegio. Como una
nueva piñata a lo nicaragüense o a la rusa ¿Es realmente así? Una
legítima pregunta para cualquier cubano que sienta por Cuba y que
tampoco podrá ser respondida ni resuelta con el necesario fin del
bloqueo norteamericano.
Source: Bruno, Barack y los plomeros indios - Artículos - Opinión - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/bruno-barack-y-los-plomeros-indios-327439
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