Tuesday, March 20, 2012

Una reacción rápida

Iglesia Católica, Disidencia

Una reacción rápida

En sus discursos, el Gobierno cubano y la jerarquía católica ignoran
totalmente la emergente sociedad civil y la oposición política pacífica
y no violenta

Sayli Navarro, Matanzas | 20/03/2012 10:39 am

Atribulada me sentí tras la lectura de la nota aparecida la pasada
semana en el diario oficialista Granma, que bajo la rúbrica de Orlando
Márquez Hidalgo califica de "ilegítima" la ocupación por parte de trece
opositores de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad.

Apruebo la protesta iniciada por nuestros hermanos cubanos, afiliados a
la FLAMUR (Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales) y al Partido
Republicano de Cuba. Sin embargo, nunca habría escogido el escenario de
una iglesia con tal propósito. Tanto el Gobierno cubano como la
jerarquía de la Iglesia Católica en la Isla se han unido para tratar de
ofrecer al mundo y a Su Santidad el Papa Benedicto XVI una imagen irreal
del mapa político de la nación en este momento.

Desde el Gobierno quieren mostrar a toda la sociedad cubana abrazada a
su partido único; entusiasmada e inmersa en la implementación de sus
medidas, planes y estrategias derivados del VI Congreso del Partido
Comunista de Cuba y de su conferencia nacional, celebrada hace dos
meses. Las autoridades cubanas pretenden mostrar un país donde todo es
armonía y laboriosidad; donde cada ciudadano goza de espacios de
libertad, civismo y respeto a sus más elementales derechos; y ninguno es
brutalmente reprimido ni privado de su legítimo derecho de movimiento,
asociación o manifestación pacíficas.

En sus discursos, el Gobierno cubano y la jerarquía católica ignoran
totalmente la emergente sociedad civil y la oposición política pacífica
y no violenta, que exigen y aman la tierra y la nación donde han nacido
y de la que son parte.

Ignoran que por nuestro desenvolvimiento sufrimos la intolerancia cruel
y arbitraria de los que detentan el poder por más de 52 años sin
escucharnos ni consultarnos, así como los excesos de un anacrónico,
inhumano y esclavista código penal. La Iglesia y el Estado en Cuba son
responsables directos de lo que están denunciando acerca de las
intenciones del citado grupo de trece personas que ocuparon el templo
católico el pasado 13 de marzo.

En este caso fue rapidísima la reacción del vocero del Arzobispado de La
Habana, Orlando Márquez Hidalgo. La nota fue firmada el 14 de marzo. No
recuerdo algo similar y los sucesos son muchos, escalofriantes y, a la
vez, propios para que la Iglesia interceda ante el Gobierno y no guarde
silencio.

Cuánto nos habría gustado un pronunciamiento inmediato de Márquez
Hidalgo cuando el 2 de marzo fuerzas combinadas del Ministerio del
Interior en Guantánamo tomaron por asalto violento la vivienda del
opositor Rogelio Tavío López, ubicada en la calle Carlos Manuel No. 351,
entre 5 y 6 Norte.

Después de golpear de forma despiadada a quienes se encontraban en el
interior de la casa, los agentes incautaron libros, revistas, discos,
tres teléfonos celulares, una laptop… Al final se llevaron detenidos a
más de una decena de opositores, entre ellos a Tavío López, quien lleva
más de dos semanas en huelga de hambre y permanece recluido en la unidad
de Operaciones Policiales, y a Niorvis Rivera Guerra, confinado en la
prisión Combinado de Guantánamo.

Sus expedientes están en manos de la Fiscalía, que los ha acusado del
supuesto delito de "lesiones, desorden público, y actos contrarios al
normal desarrollo del menor". Lamentablemente, todavía no ha habido un
pronunciamiento de la Iglesia sobre el caso.

Tampoco hubo pronunciamientos por parte de la Iglesia Católica cuando
meses atrás se lanzaron gases lacrimógenos contra opositores dentro de
una vivienda en la localidad de Palma Soriano, en la provincia de
Santiago de Cuba.

Desde el 8 de enero permanecen detenidos en la ciudad de Santa Clara la
dama de blanco Yasmín Conyedo y su esposo, Yusmani Rafael Álvarez,
después de una golpiza que les propinaran una turba dirigida por una
"comunista" de la localidad. Para la situación de estos cubanos de a pie
tampoco encuentra palabras defensoras la Iglesia cubana.

Estos son solo tres ejemplos de lo que ocurre en nuestro país a diario.
Ojalá Su Santidad el Papa Benedicto XVI se percate de toda esta
componenda y dedique una parte de su apretada agenda a reunirse, al
menos, con la representación de diez organizaciones de la emergente
sociedad civil y de la oposición política pacífica y no violenta
cubanas; y que aborde con Raúl Castro Ruz todos los álgidos asuntos de
la realidad nacional.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/una-reaccion-rapida-275068

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