Los represores cubanos no aprenden la lección; no entienden que el
cambio es inevitable
marzo 18, 2012
Llorando te dejé / Llorando yo me fui / Llorando yo estaré / Pensando
siempre en ti. Hace nueve años que, con manos temblorosas y lágrimas
cayendo sobre el papel, escribí estos versos. Los escribí conscientes de
que el sufrimiento iba ser tan intenso que a lo mejor no podría
sobrevivirlo. Los escribí pensando en mi hijita, que en aquel entonces
solo tenía un añito de nacida. También pensaba en mi esposa, en mi
madre… en fin, en toda mi familia y en mis hermanos de causa. Hace nueve
años que intentaron destruirnos. Hace nueve años de la Primavera Negra
de Cuba.
Nueve años atrás 75 disidentes, periodistas, sindicalistas, opositores
pacíficos al régimen totalitario de los hermanos Castro, fuimos
cruelmente separados de nuestros seres queridos y puestos en prisión a
cumplir condenas que oscilaron entre 6 y 28 años de privación de
libertad, por ejercer los derechos inalienables que tenemos todos los
seres humanos por el mero hecho de haber nacido. Hace nueve años el
gobierno de Cuba fusiló a tres jóvenes de la raza negra. Su delito:
secuestrar una lancha, donde no hubo daño a persona alguna, para
intentar escapar de "la tierra más bella que ojos humanos han visto"
Hace nueve años y las heridas no cicatrizan. No cicatrizan porque fueron
heridas hechas en el corazón, en el alma, en la mente de quienes
tuvieron el valor de enfrentarse al totalitarismo castrista dentro de su
madriguera. No cicatrizan, pero orgullosos las llevamos como trofeos de
dignidad, de victoria pues no pudieron destruirnos. Pero nos marcaron,
profundamente, nuestras vidas.
Todos tuvimos que aprender a vivir con los hijos que dejamos hace nueve
años atrás. Nuestros hijos, también, tuvieron que aprender a vivir con
nosotros. Con nuestras esposas nos pasó muy parecido. Es una gran suerte
ser cónyuge de una Dama de Blanco.
Para que escribir de los problemas que enfrentamos en el destierro, si
nuestros hermanos de causa y nuestro pueblo tienen muchos más problemas
que nosotros.
Todo cubano en la isla vive con una espada de Damocles encima de su
cabeza. Desgraciadamente los represores cubanos no aprenden la lección.
No entienden que el cambio es inevitable. No comprenden que el amor es
más fuerte que la maldad. No se dan cuenta que cada vida que asesinan es
como semilla tirada en tierra fértil. El ejemplo de Orlando Zapata
Tamayo, fue seguido por Wilmar Villar y a Wilmar Villar lo seguirán
otros que preferirán morir, al igual que estos dos mártires, en huelga
de hambre reclamando sus derechos que a vivir sin decoro.
Es probable que en Cuba exista otra Primavera Negra. Otro desesperado
intento del desgobierno cubano de mantenerse en el poder asesinando,
encarcelando los reclamos de libertad. Pero de lo que sí pueden estar
seguro los que mandan en la mayor de las Antillas, es que por muy negra
que quieran hacer la primavera, siempre aparecerán los gladiolos de las
Damas de Blanco para darle color. Como también aparecerá el espíritu de
su fundadora Laura Pollán Toledo, que desde el cielo guiará a estás
mambisas del siglo XXI en el reclamo de libertad para todo un pueblo que
sufre. No olviden la lección de hace nueve años atrás: No se puede
derrotar a quien no se rinde.
http://www.martinoticias.com/content/primaveranegra_normandohernandez_cuba/9452.html
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