Lunes, 19 de Marzo de 2012 04:30
Veizant Boloy González
Cuba actualidad, Boyeros, La Habana, (PD) Si existen dos profesiones
difíciles de ejercer en nuestra isla, sin dudas una es el Derecho y otra
es el Periodismo.
El abogado debe anteponer siempre al cliente a cualquier interés
político y personal, pero esto es solo en teoría, pues los órganos
judiciales son el instrumento político del Estado.
Si les guía el apasionado deseo de hacer justicia, se convierten en
fieles guardianes de la legalidad y combativos defensores de las
violaciones que se cometen cotidianamente. Lo cual resulta engorroso, ya
que significa ir "contra la corriente" y en el peor de los casos ser
arrastrado y ahogado por la marea.
Ejercer el periodismo es difícil por muchas razones. La dependencia de
los medios a los poderes político y económico, hace que los periodistas
estén sujetos para su ejercicio a los intereses de estos.
El Gobierno, como una dictadura oficial de la comunicación, interviene
para controlar la información. Más político incluso que mercantilista,
rara vez se propone la existencia de un medidor de lo que las personas
demandan como noticia.
"Desafiantes y reveladoras historias no logran llegar a la publicaciones
nacionales, nota tras nota, desechadas en un cajón de basura", confiesa
un amigo periodista del Granma, órgano oficial del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba. El, como otros, ha sido silenciado. A mi
pregunta de qué opina de la calidad de agencias independientes de prensa
como La Primavera, Cubanet, Diario de Cuba, su respuesta fue: "Son como
una montaña rusa, que bajan y suben, pero tienen el valor de hacerlo."
Si bien es cierto que en los estados de derecho los ejecutivos resaltan
qué tipo de noticias e información brindarán, la cual ventilan según las
ventas y la situación actual, el lector tiene la posibilidad de escoger
entre el que alabe al Presidente, o le critique.
Aunque la Constitución en su artículo 53 reconoce a los ciudadanos
libertad de palabra y prensa, la restringe cuando plantea que la prensa,
la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva son
de propiedad estatal y la ley regula el ejercicio de esas libertades.
El artículo 2 del Decreto-ley 81 reconoce al ejercicio de la abogacía
como independiente, pero el abogado debe cumplir los requisitos de
pertenecer a bufetes colectivos y en última instancia estar autorizado
por el Ministerio de Justicia.
En definitiva, los periódicos pertenecen a individuos y grandes
empresas, pero la libertad de prensa pertenece al pueblo. Sin libertad
no existe derecho, justicia, ni paz.
Para Cuba actualidad: veizant@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/la-consulta/3652-contra-la-corriente.html
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