Jueves, 04 de Agosto de 2011 10:58
Osmar Laffita
Capdevila, La Habana, 4 de agosto de 2011, (PD) La historia económica,
política y cultural de Cuba hasta el año 2002 descansaba en la industria
azucarera. Durante 175 años todo el devenir de Cuba giraba en torno a
los cañaverales, ingenios y bateyes. El progreso de la nación dependía
de la riqueza que en siglo y medio generó la producción y venta del
azúcar.alt
En casi todo el país flotaba el embriagador olor a melaza proveniente de
la molienda en los 156 centrales, que no duraba más de cuatro meses.
Luego de un complicado proceso, salía de las entrañas de los ingenios el
azúcar, que era exportada a los diferentes países del mundo.
Los meses de zafra eran de una inusitada actividad agrícola, industrial
y comercial. Toda la vida de la nación giraba a en torno a la producción
azucarera. De ella dependía el bienestar y el progreso. La frase de los
cubanos de entonces era: "Sin azúcar no hay país".
Por la venas de la nación corría la dulce sangre que le daba vida. El
azúcar, ese prodigioso producto de múltiples usos, marcaba el esfuerzo
de los cubanos, que lo apostaron todo a esa producción, porque ella
significaba prosperidad y desarrollo.
Pero entre los años 2002 y 2004 un fantasma de desolación, liquidación y
desesperanza recorrió cañaverales, ingenios y bateyes, liberado por la
irracional e irresponsable medida del ex gobernante Fidel Castro, que
ordenó el desmantelamiento de 95 centrales, y dejó sólo los 61 más
eficientes.
Como consecuencia de esta medida, 100 000 trabajadores de la
agroindustria azucarera quedaron sin trabajo. Las experiencias y
conocimientos de esta centenaria industria el Dr. Fidel Castro las tiró
por la borda.
Los diputados y dirigentes del gobierno, atenazados por el miedo, sin
atreverse a contradecir en nada a Fidel Castro, se hicieron cómplices de
esta irresponsable medida, que de un plumazo puso fin a la más rica
tradición agrícola e industrial del pueblo cubano
De las 2 millones de hectáreas dedicada al cultivo de la caña, se
redujeron a 750 000. Las 1 250 000 hectáreas restantes, se dedicaron a
cultivos varios, ganadería, cooperativas arroceras y granjas forestales.
Las Unidades Básicas de Producción Cooperativas (UBPC) fueron creadas
para estos fines. Pero por las ineficiencias y el descontrol, muchas de
esas tierras administradas por ellas, se llenaron de hierbas y marabú.
Por los reiterados incumplimientos productivos, decenas de estas UBPC no
pudieron pagar los créditos que les fueron concedidos. La solución fue
disolver centenares de granjas de esta atípica organización productiva. .
Como resultado de la desatención del sector azucarero, en el último
decenio la producción de azucarera ha ido en picada. De las 3, 5
millones de toneladas de azúcar producidas en el año 2002, la tendencia
ha ido a la baja, al extremo que la zafra del presenta año fue de 1,4
millones de toneladas, un poco más de las 1,1millones del pasado año.
Ambas zafras fueron las peores en 117 años.
De esa producción, el gobierno destinó 600 000 toneladas de azúcar a la
entrega de 4 libras mensuales para el consumo normado de la población y
las restantes 400 000 se exportaron a China en virtud de un contrato con
esa nación.
El gobierno de Raúl Castro se ha percatado de la tendencia al alza de
los precios de la libra de azúcar. El pasado año en el mercado de Nueva
York llegó a cotizarse a 31.08 centavos y al cierre de marzo su precio
oscilaba entre 24 y 26 centavos. Esta estabilidad de los precios de la
libra de azúcar, los más altos en 32 años, se debe a las fluctuaciones
en la producción de Brasil, India y Australia, grandes productores y
exportadores de azúcar. A esto se suma los cientos de millones de
toneladas de cañas destinadas a la producción de etanol. Luego de
décadas de excedentes a nivel mundial, en los últimos cinco años se
reporta una mayor escasez del dulce, razón por la que el consumo mundial
de azúcar tiene una mayor demanda.
Con miras a revertir la negativa situación en que esta atrapada la
producción azucarera cubana, el gobierno comenzará a pagar la tonelada
de caña a 104 pesos, el doble del que se abonaba hasta la fecha. También
decidió cancelar la deuda de 500 millones de pesos que tenían los
productores agrícolas con el Estado, es decir, gracias al favor estatal,
comenzar sin que nadie deba nada.
El ingenio "Jesús Rabí", ubicado en Calimete, Matanzas, es el primero en
Cuba en que se pone en práctica la nueva política gubernamental de
fomentar el resurgimiento de la producción azucarera, con la aplicación
de nuevas tecnologías, agricultura de precisión y automatización industrial.
Como consecuencia de estos nuevos métodos, el Jesús Rabí produjo 40 650
toneladas de azúcar. Como resultado de los altos rendimientos, algunos
de sus campos cañeros registraron 91 toneladas de caña por hectárea,
bastante distante de la media nacional que fue de 32,5.
El viejo y maltrecho equipamiento, compuesto por combinadas cañaras,
camiones, carros jaulas de ferrocarril, locomotoras, carretas y
tractores, que sumaban 247 equipos, fueron sustituidos por 66 nuevas
máquinas procedentes del Brasil.
Fue tal la eficiencia y la productividad, que sus operarios reportaron
ganancias quincenales de 2 2905 pesos (unos 91 dólares), algo distante
de los 460 pesos mensuales del salario medio de Cuba.
Las autoridades cubanas han decidido revertir el desastre azucareros de
los diez últimos años, destinando cuantiosos recursos para al estímulo
del cultivo de la caña y la eficiencia industrial de los ingenios.
Con mira a lograr los rendimientos cañeros y de azúcar del central
"Jesús Rabí", se inicia la aplicación de nuevos métodos, en que la
estimulación material y el mercado son los que marcan el rumbo para
resolver definitivamente la escasez de caña y azúcar en Cuba.
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