LA LINEA DE MANDO
01-07-2011.
Martha Beatriz Roque Cabello
Ex Prisionera de Conciencia de la Causa de los 75
(www.miscelaneasdecuba.net).- Los cargos en los niveles más altos del
gobierno están en estos momentos cubiertos por militares de alto rango,
algunos de ellos incluso que no se habían retirado. Pero, también a las
alturas intermedias de dirección, entiéndase empresas, negocios mixtos
con extranjeros, gerencias de grandes tiendas y hoteles; hay oficiales
de menor graduación, coroneles, tenientes coroneles y mayores, ya
jubilados, pero dentro de la escala de la edad laboral, para la vida civil.
Es toda una casta que tiende a permanecer separada del resto de la
sociedad, como una clase especial que tiene acceso a lo que dos
generaciones de personas pobres quizás no hayan visto en su vida, y
desgraciadamente de seguir este régimen dictatorial, morirán sin nunca
conocer. Se puede hacer mención a los versos de José Ángel Buesa que
rezan: "pasarás por mi vida sin saber que pasaste".
Estos miembros de la familia mafiosa que dirige el país, residen en las
mejores casas, de forma relativa, ya que son construcciones con más de
50 años, que fueron robadas a sus dueños, a través de las leyes que
decían que eran para el pueblo; ubicadas en barrios bien atendidos, en
el caso de La Habana: en Miramar, Vedado, Nuevo Vedado; y en provincias
ocupan las mejores residencias en los municipios donde dirigen. Tienen
autos, los del primer nivel con chapa blanca, para la que la policía ni
siquiera mira; los otros con matrículas particulares y lo más importante
sin racionamiento en la gasolina.
Este tipo de vida licenciosa, en medio de tantos problemas que tiene el
país, no les permite preocuparse siquiera de los asuntos que les
conciernen como dirigentes, y mucho menos ocuparse. La mayoría piensa en
cómo traer nuevos equipos para la casa, coadyuvar a que sus hijos y
nietos estén en el último grito de la moda, que puedan asistir a las
pocas actividades nocturnas que se pagan en divisa, y lo más importante
ingeniárselas para poder dar un viaje fuera del "terruño", que permite
acarrear "cosas".
Sólo comentar un hecho que proporciona apreciar que se llueve sobre lo
mojado, son los controles internos que se hacen a las empresas
estatales. Pasan años y más años de repetir lo mismo, la contabilidad
"no confiable", que de hecho no es contabilidad y las cifras que se
muestran al mundo como resultados de la eficiencia económica del país,
que salen de un saco lleno de inexactitudes.
La contralora general de la República, Gladys Bejerano Portela, tendrá
que acudir a buscar sinónimos para las palabras que usa, que están
totalmente gastadas, y que no han resuelto el problema del descontrol
general que existe en la economía y las finanzas del país.
Se supone que los directivos a los diferentes niveles, sean los máximos
garantes de cuidar los recursos y controlarlos, pero siempre
responsabilizan a los trabajadores, con la gastada retórica de que los
bienes son del pueblo; es quizás por eso que cuando los toman no sienten
que están robándole al Estado.
Según se informó en la prensa oficial, este año en la VI Comprobación
del Control Interno en La Habana, se mostró un retroceso, ya que si
bien, cuantitativamente, hay un discreto crecimiento de las
calificaciones de aceptable (55%), el orden cualitativo es negativo,
pues detectaron seis presuntos hechos delictivos y fueron determinadas
elevadas afectaciones económicas superiores a las de 2010.
¿Y quién es responsable de esto? Primero que todo no se puede mirar para
arriba, hay que poner sus ojos en los niveles más bajos y Danilo Guzmán
que ocupa el cargo de contralor jefe provincial en La Habana, definió
como causas de estas deficiencias: la pérdida de valores éticos y
morales (sin tomar en consideración que la acepción de ética es el
conjunto de normas morales que rigen la conducta humana); también forman
parte de este desastre, según el dirigente provincial: la falta de
asesoramiento, supervisión y control por los niveles superiores de las
entidad; no utilizar el plan de prevención de riesgos como instrumento
de trabajo y sus medidas son inefectivas; falta de exigencia en la
aplicación de resoluciones ministeriales; indisciplina y violación de
disposiciones jurídicas; (que nadie conoce o tiene guardadas en una
gaveta, como acostumbra a decir Raúl Castro); descontrol administrativo
y contable, ineficiencia en planificación y falta de análisis con los
trabajadores de los planes económicos y el presupuesto, entre otras.
Sin embargo, le falto decir que nadie manda, y mucho menos la gente
obedece, que es un verdadero caos lo que ocurre en cualquier lugar que
pueda revisarse en el país. Lo que implica que la autoridad perdió el
control en, por muy militarizado que esté el país.
De lo anterior se puede sacar como teoría que lo que va a dar al traste
con el sistema es la pérdida de la línea de mando, que cada vez se
acentúa más y se hace más evidente para todos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32805
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