Publicado el domingo, 02.23.14
EDITORIAL
EN NUESTRA OPINION: La línea dura sigue en La Habana
De pronto parece haber movimiento, o por lo menos el comienzo de una
conversación, sobre la política hacia Cuba de parte de la Unión Europea
y de los norteamericanos interesados en el bienestar del pueblo
cubano.Es un suceso saludable. Ninguna política debe declararse
sacrosanta ni exenta de una revisión periódica, sobre todo las creadas
durante el apogeo de la Guerra Fría.
Solo falta algo en este cuadro: el gobierno cubano.
La línea dura del gobierno hacia los derechos humanos representa un
obstáculo para el deshielo de las relaciones que no se puede ignorar.
Además, no solo no hay señales de que el régimen de Castro esté
interesado en cualquier tipo de diálogo o negociación sobre su política
despótica, sino más bien lo contrario.
La última evidencia de la perfidia del régimen pone al gobierno de
Castro en el medio de una cadena internacional de suministro de armas a
Corea del Norte, violando sanciones explícitas de la ONU.
Y solo unos días antes de que encuestadoras en este país divulgaran los
resultados que indican que la mayoría, incluidas personas de ascendencia
cubana, están a favor de normalizar las relaciones entre los dos países,
la policía irrumpió en la casa del disidente Jorge Luis García Pérez,
conocido como Antúnez. Lo tuvieron detenido por varias horas, al igual
que su esposa, después que exigió su libertad, antes de soltarlos. Su
casa fue vandalizada y saqueada.
Este es un procedimiento operativo habitual del aparato de seguridad de
Castro. Tanto en el país como en el extranjero, el gobierno de Cuba se
pone de parte de los opresores, como siempre lo ha hecho.
Los opositores al embargo comercial norteamericano a Cuba, impuesto en
1960 por el gobierno de Eisenhower, alegan que el hecho de que no se
haya logrado un cambio en la conducta de Cuba en todas estas décadas es
una prueba de que el embargo no funciona.
Pero los países de Europa Occidental y otros que han tenido una política
más flexible y amistosa hacia Cuba tampoco han logrado cambios. El
problema principal es que el gobierno de Castro no puede sobrevivir sin
recurrir a las tácticas del Estado policial para mantener el control y
se niega a arriesgar cualquier flexibilización, independientemente de
las zanahorias y los garrotes extendidos por otros países.
¿Por qué, entonces, este debe ser el momento en que cualquier país que
quiera ayudar al pueblo cubano suavice la política hacia ese gobierno?
La Unión Europea ha iniciado una revisión de su "posición común" hacia
Cuba, pero varios líderes europeos dicen que cualquier progreso en las
relaciones estará condicionado al mejoramiento de los derechos humanos
en Cuba. Esa debe ser la consideración principal. Para ser justos, el
proceso debe contemplar las opiniones de los disidentes, reunirse con
miembros independientes de la sociedad civil y mantener la política
actual hasta que todos los problemas se hayan resuelto.
Para Estados Unidos, la liberación del norteamericano Alan Gross, que
cumple una sentencia de 15 años en una prisión cubana por una violación
aduanal, debe ser un requisito para considerar cualquier cambio en la
política.
Desde hace años las actitudes hacia Cuba han estado cambiando en este
país, particularmente entre los cubanoamericanos más jóvenes. Pero el
penoso historial de derechos humanos en Cuba debe ser la consideración
primordial en cualquier diálogo nacional sobre la política norteamericana.
Los pasos unilaterales de Estados Unidos deben tener en cuenta el alivio
que puedan dar a los cubanos ante los abusos diarios que siguen
sufriendo bajo el régimen sin cambios de los hermanos Castro.
Source: EN NUESTRA OPINION: La línea dura sigue en La Habana - Opinión -
ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/02/23/1686343/en-nuestra-opinion-la-linea-dura.html
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