Saturday, September 19, 2015

Cuando reina la despreocupación

Cuando reina la despreocupación
[17-09-2015 22:41:23]
Tania de la Torre Montesinos.
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios

(www.miscelaneasdecuba.net).- La terminal de ómnibus Rubén Cabrera
Lastre, que se encuentra situada a la entrada del municipio de
Manzanillo, provincia Granma; ha sido remodelada en varias ocasiones
pero su deterioro se hace cada vez más creciente, como es lógico por la
falta de preocupación y ocupación de los dirigentes del gobierno local.
En su interior y exterior hay casi una ausencia total de iluminacion,
por carencia de lamparas de luz fría de 20 y 40 watts. Al ser un lugar
tan apartado, la oscuridad se presta para asaltar o robar los equipajes
de los pasajeros.

Su falso techo está en total deterioro, por las filtraciones de los
aguaceros locales constantes que ocurren en Manzanillo. Una pequeña
cafetería y dulcería con pocas ofertas y falta de higiene se puede
constatar en el lugar.

Por otra parte la consola de aire acondicionado en el salón de espera
está rota, lo que hace que en el sitio donde mayor tránsito hay en la
terminal, exista un calor extremo. Tampoco podrá tomar agua, porque el
bebedero preparado al efecto no está en uso.

Las instalaciones hidrosanitarias están sucias, no hay agua para
descargarlas. El deterioro de una parte del andén de donde salen las
guaguas y carros, se ha convertido en un peligro, lo que implica que se
puede producir un accidente y poner en riesgo la vida de los viajeros.

Por la ubicacion que tiene la terminal, todos los vehiculos del pueblo
pasan por allí con destino a las provincias y municipios aledaños; pero
en el horario comprendido entre las 11 pm y las 6 am, no pueden hacer
uso de la instalación que cierra sus puertas en este espacio de tiempo.

Los pasajeros que se ponen en lista de espera, en particular para hacer
viaje a la capital, no tienen ni donde guarecerse, y con la cafetería
cerrada y poco abastecimiento, tampoco cuentan con algo para alimentarse
mientras esperan que al día siguiente se efectúe la salida del próximo
ómnibus.

Además como el transporte local es prácticamente inexistente, casi todo
el mundo depende de los coches de caballos nombrados cativanas, que no
circulan de noche, y no pueden regresar al pueblo, porque tendrían que
caminar kilómetros para poder llegar.

En fin que todo es un programa para hacerle difícil la vida al cubano de
a pie.

Source: Cuando reina la despreocupación - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55fb25733a682e07c091643e#.Vf1YPfmqqko

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