Aterrizando en verdad
OSCAR PEÑA
Visita nuestra bella isla Su Santidad el papa Francisco. Son llegadas de
fe, optimismo, esperanzas, intercesiones, conciliaciones y amor. Son
visitas que nunca tienen nada negativo. Reconocemos los esfuerzos que ha
hecho la Iglesia de Cuba por identificarse y ayudar al pueblo cubano.
Ello es evidente en sus iglesias, en sus sacerdotes, fieles, en los
laicos y en la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba que han
enarbolado las inquietudes del pueblo.
Los cubanos debemos aterrizar en la verdad y reconocer que en ningún
tiempo fuimos, ni somos un pueblo puramente católico. Tampoco de otra
religión, predomina en el cubano la concordancia y armonización con
otros cultos. El criollo medio cree en Dios y en todo, pero de manera
periférica. Lo que es ser miembros practicantes y auténticos de
religiones en Cuba —incluyendo a la católica— ha sido de minorías en
todos los tiempos.
La afirmación anterior no es mirando y evaluando la fotografía de Cuba
solo de estos 56 años de forzada política oficial marxista, así también
era nuestro pueblo antes de 1959. En cuestiones de fe, dogmas y credos
no somos fervientes apasionados como los mexicanos, los brasileños, los
filipinos, los polacos y otros países. En religiones los cubanos no
hemos sido soldados ciegos. Tampoco lo fue nuestro símbolo nacional José
Martí. Ello es algo positivo porque es bueno no ser desenfrenado en
acciones y creencias. Otro análisis sería observarnos en política y
seguimiento a caciques.
Sin embargo, el punto virtuoso, real, innegable, y valioso es resaltar y
fijar que los cubanos calificamos como un pueblo noble que en la
práctica diaria cumple sin protocolos, sin exigencias y sin saberlo con
todos los mandamientos y buen comportamiento que proclaman las
religiones. Siempre hay excepciones.
Vimos muy positiva la mediación del papa Francisco para el mejoramiento
de las relaciones entre los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos de
América, pues la concordia entre países es muy importante, como lo es
también la interna. Estamos seguros que el papa Francisco también podría
contribuir a que Cuba alcance una cultura política y económica para
entre todos los que componen la nación cubana enfrenten los desafíos y
el futuro del país.
Han llovido Cartas Abiertas de cubanos al Papa para que interceda en el
proceso interno cubano, pero aterricemos en verdad: para una mediación
interna no solo se necesita de los buenos oficios de una alta autoridad
mundial; también se requiere —y es lo primario, esencial y principal —
de altas dosis de sentido común, inteligencia, luz larga, buena voluntad
y seriedad de los componentes de las diferentes partes. Y ¿Cuál es la
realidad? Tenemos malas semillas en el granero nacional.
Se conoce la intransigencia oficial. Es clásico. Lo que es difícil
asimilar es que una parte de sus disidentes y exiliados se proyecte
igual de exaltada y opuesta a buscar vías y caminos dosificados entre
cubanos. Los que en el exterior tienen grabado un tatuaje en la frente
"soy el obstáculo para todo en Cuba", si no hay derrumbe y cambio total,
se pudieran entender, pero a quienes se suponen representantes,
mensajeros y símbolos de su pueblo (que sus demandas no son radicales)
es difícil comprenderlos y es la razón porque sus acciones no tienen
apoyo significativo.
Una joven cubana lo explico mejor con sus palabras: "el pueblo ve pesa'o
al gobierno y pesa'os a los disidentes".
Ruego al Papa en sus oraciones, sermones y contactos pida se borre del
mapa cubano las palabras "revolucionarios y contrarrevolucionarios" y
todos se conviertan en evolucionaríos del país.
Source: OSCAR PEÑA: Aterrizando en verdad | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article35607219.html
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