Saturday, November 19, 2016

Periodistas analizan los actuales derroteros y dilemas de la prensa cubana

Periodistas analizan los actuales derroteros y dilemas de la prensa cubana
DDC | La Habana | 18 de Noviembre de 2016 - 19:46 CET.

El proyecto Cuba Posible, que dirigen Roberto Veiga y Lenier González,
ha publicado un dosier sobre el periodismo cubano que repasa aspectos
como los actuales derroteros y dilemas de la prensa en el país, la
legitimidad de sus formas y estrategias, sus diversos actores y su
capacidad para reflejar las realidades de la nación.

Periodistas y profesionales vinculados tanto a los medios oficiales como
a otros "alternativos" que han emergido recientemente, opinan sobre el
papel del Estado en relación con los medios y los intereses ciudadanos.

El debate incluye además la conveniencia o no de una ley de prensa. Una
legislación de ese tipo, creen sus defensores, permitiría no solo la
autonomía de los periodistas y los medios, sino también propiciaría el
diálogo entre las tres instancias implicadas en el proceso: pueblo,
prensa y Gobierno.

Dentro de los textos del dosier de Cuba Posible se encuentra un extenso
artículo didáctico del periodista oficialista José Raúl Gallego.

El texto, plagado de aclaraciones y justificaciones sobre cómo las
críticas se enmarcan dentro del socialismo, analiza las divergencias
entre las agendas mediática, pública y política.

Gallego señala el gran inconveniente de que los medios trabajen con
recursos asignados por el Estado y que la "política informativa sea
trazada unívocamente por el Partido". Así, el Gobierno no solo decide
qué se publica, sino que su omnipotencia se extiende hasta la elección
de quienes dirigen los medios e incluso detalles banales.

Para el autor, la prensa cubana no cumple con los requisitos del
periodismo y, por tanto, "no es funcional". "Los medios de prensa en
Cuba 'andan por un lado' y la gente 'por otro', generalmente bien
distantes", apunta.

Gallego hace mención a verdades demasiado evidentes: la saturación de
mensajes políticos (Mesa Redonda y discursos de Raúl Castro), la
vacuidad de la mayoría de las noticias que se dan en la Isla, el
constante tedio de efemérides-actos-campañas antivectores, la
uniformidad de los medios tanto en los temas como en los enfoques, entre
otros.

El tedio informativo de los medios, según el periodista, se debe a que
se han desoído los intereses de la gente.

Y esa incomunicación radica en el hecho de que solo "los Equipos de
Opinión del Pueblo del Centro de Estudios Sociopolíticos y de Opinión
(CESPO)" del Partido "escuchan" las quejas y "opiniones espontáneas" del
pueblo. Toda esta información es "empleada fundamentalmente para el
trabajo del sistema político", explica.

La prensa es "la apología del paraíso en que vivimos y la diatriba al
infierno que nos rodea, como diría uno de mis profesores", concluye.

Dentro del dosier, además del artículo de Gallego, se encuentra una
entrevista a cuatro periodistas.

Jesús Arencibia Lorenzo,profesor universitario y periodista de Juventud
Rebelde, se refiere a la prensa como "una maquinaria bastante
ineficiente", que "pertenece a y se administra por el
Partido-Estado-Gobierno", cuya única "misión instrumental" es la propaganda.

Dentro o fuera de esa maquinaria, depende de cómo se mire, "han surgido
y se han consolidado voces alternativas".

Ello le permite afirmar que "el periodismo cubano está cambiando". Un
pequeño grupo de ciudadanos "ya contrastan lo que oyen y ven en la
prensa estatal con las otras voces mediáticas sobre su realidad, que les
llegan por disímiles vías (internet, intranet, email, memoria flash,
'radio bemba', Paquete, Mochila…)".

Para Arencibia, la prensa "pide a gritos una trasformación y
democratización" que permita la diversidad de medios y de enfoques.

Omar George, de la televisora oficial Perlavisión, por su parte, también
concuerda con la perspectiva de "la prensa como un apéndice divulgativo"
del Partido.

Para él, hay una necesidad evidente de "una ley de prensa o una entidad
estatal que se ocupe de las tareas y dinámicas propias de la comunicación".

Mónica Baró, de la publicación digital Periodismo de Barrio, cree que es
una cuestión de miedos.

"Al final, lo que nos ha pasado es que, intentando evitar el surgimiento
de monopolios mediáticos como los que existen en muchos países
capitalistas, hemos acabado monopolizando los medios de otra manera:
mediante la estatalización", explica.

"Ninguna redacción nacional o provincial publicará nunca un trabajo, del
género que sea, que difiera de la política del Estado, que cuestione
alguna decisión del Gobierno o polemice con un criterio del presidente
Raúl Castro", arguye.

Según Baró, el Gobierno percibe "a los periodistas como voceros a su
servicio, a los que deben dar orientaciones sobre cómo hacer su trabajo,
qué decir, qué no y cómo decirlo".

La periodista vuelve sobre la ley de prensa y alerta que hay que partir
de "esclarecer para qué queremos el periodismo, por qué nos importa el
periodismo y (por qué) lo necesitamos".

Maykel González Vivero, colaborador de DIARIO DE CUBA, cree que "el
sistema mediático cubano se rige desde presupuestos fundamentalmente
políticos, a menudo enfrentados con necesidades o aspiraciones de índole
pública e incluso comunicológica".

"Se ha naturalizado el papel del Estado como fuente principal, a veces
exclusiva, de información. En este clima, la censura prolifera en todas
sus variantes. La gestión de los medios carece a menudo de una
'mentalidad mediática'", acota.

"Esta relación entre las distintas agendas ha puesto en crisis la
credibilidad de los medios cubanos en su rol de medios públicos", afirma.

González Vivero plantea que es necesario un empoderamiento de los medios
por parte de los profesionales y que estos "asuman un verdadero
compromiso con la agenda pública".

Para el periodista, es una cuestión más amplia: "Es poco probable que la
ciudadanía pueda modelar los medios que desea, si sus propias
posibilidades como sociedad civil están limitadas y casi nunca tiene
consciencia de sí misma".

La ausencia de una ley deriva en otros problemas: "Sin marco legal, sin
normas claras, la verticalidad del modelo vigente seguirá absorbiendo la
vitalidad del periodismo que podríamos tener en Cuba. La gestión de la
prensa debe tender a la gestión autónoma de los profesionales y a la
prohibición de la censura".

Sin contar el hecho que sorprende al periodista: las posiciones
contrarias a una ley de prensa.

"No faltan quienes piensan, a estas alturas, que el marco legal, en
lugar de garantizar una gestión más eficiente, vendría a ceñir aún más
la camisa de fuerza. La discusión debe conducir, si se produce con
horizontalidad y sin prejuicios, a un modelo menos regulador, más
creador", afirma.

En otro artículo publicado en el dosier, Julio Batista Rodríguez, de
Periodismo de barrio, vuelve sobre la relación disfuncional entre
Gobierno y prensa. La ley de prensa debería recoger, según enumera
Batista, las inquietudes de muchos periodistas como la delimitación
entre los medios oficiales y los públicos, el papel de las fuentes
informativas alternativas, la autonomía de la prensa, el acceso
ciudadano a la información, entre otros.

Aylin Torres, socióloga y colaboradora de Cuba Posible, alerta en la
presentación del dosier sobre la necesidad de que la ley de prensa vele
por "ausencias, omisiones, imprecisiones y ambigüedades" en el
funcionamiento de los medios, "por lo que encarnan de arbitrariedad y
privilegio en su uso por parte de grupos de poder particulares".

"La ley de prensa no es una medida represiva contra la libertad de
prensa; por el contrario, su ausencia asegura la impunidad de la
arbitrariedad y expulsa de lo jurídico el campo de la comunicación
pública y del acceso a la información como derechos ciudadanos", opina.

Source: Periodistas analizan los actuales derroteros y dilemas de la
prensa cubana | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1479494761_26832.html

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