Monday, August 17, 2015

Pragmatismo ¿una carta de triunfo?

Pragmatismo: ¿una carta de triunfo?
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 17 Ago 2015 - 11:43 am.

Sobre el proceso de deshielo entre EEUU y La Habana.

Con la oficialización de la embajada de Estados Unidos en La Habana, es
de prever que los cabilderos antiembargo multipliquen sus esfuerzos para
que el éxito llegue más temprano que tarde.

Parece que la balanza se inclina a su favor y que la resistencia dentro
de las instituciones, sobre todo en el Congreso de Washington, será cada
vez más reducida.

En el último tramo de una historia signada por la incomprensión y las
tensiones, los más pragmáticos tienen casi todas las posibilidades de
alzarse con el triunfo.

El presidente Obama es solo la cara visible de una estrategia que venía
cocinándose a fuego lento dentro del establishment estadounidense. Su
salida de la Casa Blanca en 2016 no representará el fin de un plan a
culminar en la normalización.

Un gabinete republicano podría contentarse con las pausas, pero de
ninguna manera con la abolición de un plan consensuado entre importantes
grupos de poder.

En esa ofensiva por allanar el camino hacia la instauración de un
capitalismo probablemente con muy pocos atributos democráticos, salta a
la vista la intervención que tendrá Alina Fernández Revuelta, la hija no
reconocida de Fidel Castro, en la Décima Cumbre Anual de Comercio de
Semillas Oleaginosas y Granos, que se realizará en el hotel Hyatt
Regency de Minneapolis, Minnesota, del 30 de septiembre al 2 de Octubre.

Allí disertará sobre los cambios que Cuba ha experimentado en las
últimas décadas y las oportunidades que se presentan por delante.

No creo que en algún momento de su conferencia salga a luz el tema de
las flagrantes y sistemáticas violaciones a los derechos humanos de un
régimen del cual ella pudo escapar en 1993.

Es un tema que no le interesaría mucho al auditorio compuesto por
hombres de negocios del sector agrícola, uno de los más interesados en
que caigan las talanqueras de la Ley Helms-Burton para rubricar acuerdos
con el monopolio estatal, como bien se sabe controlado por las Fuerzas
Armadas y el Ministerio del Interior.

En estos tejemanejes no faltan opiniones que traen a colación los
presuntos efectos democratizadores de una avalancha de inversionistas
norteamericanos.

Por muy enjundiosos que sean los análisis en torno a este asunto, no
bastan para asegurarse de que la llegada masiva de capitales alteraría
el mapa político de la nación cubana.

A los empresarios del Norte, que escucharán las disertaciones de la
señora Fernández sobre las bondades de invertir en los campos de la
Isla, no hay que convencerlos de nada.

Saben que en Cuba le esperan altos márgenes de ganancias. La dictadura
les garantiza mano de obra barata y otros privilegios no menos tentadores.

Con esas realidades se fortalecen las hipótesis de que la democracia
llegaría a Cuba en un futuro imposible de predecir y con sus respectivas
amputaciones.

Los incentivos para que el capitalismo de Estado se consolide en Cuba,
crecerán en la medida que avanza el deshielo y proliferan las
iniciativas favorables al pleno entendimiento entre ambos gobiernos.

He escuchado que el proceso que comenzó el 17 de diciembre y que suelo
interpretar, al margen de los dimes y diretes, como una evolución hacia
no se sabe qué, duraría no menos de una década.

En ese período puede que se llenen gradualmente los estantes de las
tiendas y los agromercados, baje la inflación, suban los salarios de una
parte de los trabajadores y exista el marco legal para el ejercicio
limitado de algunos derechos fundamentales.

Esperar más es válido, razonable y justo, pero ingenuo.

Source: Pragmatismo: ¿una carta de triunfo? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1439804621_16371.html

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