Friday, August 21, 2015

Para ellos, la culpa es de la familia cubana

Para ellos, la culpa es de la familia cubana
Las autoridades deberían asumir su responsabilidad histórica y moral por
haber coartado la autoridad de la familia en la formación de las jóvenes
generaciones
viernes, agosto 21, 2015 | Leonardo Calvo Cardenas

LA HABANA, Cuba- No acostumbro a comentar lo que se expone en el
programa de propaganda oficialista "Mesa redonda" de la televisión
cubana. Junto al bajísimo rating de audiencia el espacio adolece de
objetividad y solidez intelectual en sus argumentos, así como de valor
político para asumir la realidad socio-económica de nuestro país.

Sin embargo el pasado martes 19 de agosto anunciaron el tema "Valores y
familia sobre la mesa" y yo, haciendo gala de toda la ingenuidad posible
me dispuse a "disfrutar" la oferta imaginando que un asunto de tanta
complejidad y actualidad provocaría valoraciones serias e interesantes
acerca de los enormes problemas que enfrentamos en la actualidad y para
el futuro.

Sin embargo, los especialistas invitados ni siquiera se molestaron en
describir exhaustivamente el sombrío panorama que enfrentamos en cuanto
a la profunda subversión de valores que tanto afecta nuestra convivencia
y la formación de las nuevas generaciones de cubanos.

Los panelistas no reconocieron la profunda crisis de valores, las
desigualdades, la polarización social, la marginalidad o los altos
niveles de corrupción que nos agobia. No fueron capaces de hacer
referencia a las enormes contradicciones que existen entre el discurso
oficial tantas veces repetidos y el hegemonismo excluyente que nos
domina junto a la cruda realidad socioeconómica que convierten en
inviable letra muerta los ideales de igualdad, justicia, equidad social,
prosperidad compartida y respeto a la diversidad enarboladas por la
revolución desde su nacimiento.

En el programa se volvió a responsabilizar a la familia como garante
fundamental de la formación adecuada de sus miembros y se habló de una
supuesta corresponsabilidad de la escuela en esa incorporación de
adecuados referentes de convivencia y comportamiento.

Entre lugares comunes y vacías argumentaciones el programa volvió a
dejar claro que las autoridades y sus voceros carecen de honestidad para
reconocer que antes del triunfo de la llamada revolución prevalecía en
la sociedad cubana un ambiente de decencia y educación en el cual
incluso las personas iletradas eran ejemplo de buenas maneras y adecuada
conducta social, mientras que las personas consideradas marginales se
comportaban correctamente para relacionarse socialmente.

Sería muy beneficioso para el análisis y enfrentamiento de los enormes
problemas que en esta materia confrontamos, si las autoridades asumieran
su responsabilidad histórica y moral por haber suplantado la autoridad
de la familia en la formación de las jóvenes generaciones por un simple
interés de control y manipulación política.

Fue la revolución las que fracturó la institución familiar al convertir
la fidelidad político- ideológica en una prioridad del más natural
instinto de conservación. Durante más de medio siglo los padres y
adultos han impulsado a niños y jóvenes a comulgar con los principios y
conceptos oficialistas —impulsando comportamiento simuladores y
colocando en un segundo plano los criterios y tradiciones
familiares—para proteger a sus vástagos de las censuras y represalias.
La revolución dividió y enfrentó a las familias cubanas por diferencias
ideológicas, orientación sexual o religiosa, minando no solo la armonía
sino la autoridad y la capacidad familiar de pesar de manera
determinante en la adecuada formación de niños y jóvenes.

La negación del derecho a escoger el tipo de educación de los hijos y la
imposición por más de dos décadas de internados educacionales de muy
compleja convivencia marcaron a fuego y estremecieron los patrones de
proyección social sin que la sociedad o las familias tuvieran respuestas
adecuadas para tales traumas. En aquellos internados obligatorios,
desmontados hace pocos años por ser económicamente insostenibles, por
muchos años única manera de alcanzar el bachillerato en edad normal, las
autoridades encontraban pavimentado el camino al adoctrinamiento
político y los padres tenían que ver como sus hijos incorporaban las
peores costumbres y comportamientos para poder sobrevivir en un medio
muy hostil.

Recuerdo hace ya varios años durante un debate en la Asamblea Nacional
Jorge Enrique Mendoza, capitán del Ejército Rebelde, por muchos años
director del periódico oficial Granma y presidente del Instituto de
Historia de Cuba, expuso ampliamente sus criterios acerca del papel
principal que debía jugar la familia en la educación y formación de los
niños. Ni corto ni perezoso el presidente Fidel Castro lo desautorizó
con una extensa disertación que imponía su visión del Estado como
regente único de la formación, pensamiento y el comportamiento de los
ciudadanos.

Los panelistas reconocieron como positivo los avances registrados en el
respeto a la diversidad sexual, sin hacer referencia a las varias
décadas de muy lamentable ejecutoria del gobierno cubano en este campo o
a la intolerancia que todavía persiste respecto a la natural diversidad
y pluralismo del pueblo cubano.

Resulta lamentable ver como después de más de medio siglo de total
monopolio de los espacios sociales, educativos y culturales las
autoridades cubanas se vean obligadas a impulsar campañas
propagandísticas en las calles y en los medios para promover el rescate
de los buenos modales, la educación y la urbanidad. Sin embargo más
triste y preocupante resulta la incapacidad de los gobernantes cubanos
para asumir las enormes responsabilidades que le otorgan tantos años de
poder absoluto e incontestable. Para colmo culpan a las familias, por
tanto tiempo atadas de pies y manos, y privadas de real autoridad.

montesinos3788@gmail.com

Source: Para ellos, la culpa es de la familia cubana | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/para-ellos-la-culpa-es-de-la-familia-cubana/

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