Friday, August 21, 2015

Paisaje después del alboroto

Paisaje después del alboroto
Embajadas, Puerto Rico: ¿final del principio o principio del fin?
Eugenio Yáñez, Miami | 20/08/2015 11:36 am

Comienza a quedar atrás el alboroto generado por la reapertura de la
embajada de EEUU y la visita relámpago de John Kerry a La Habana.
Ha sido poco comentada la reunión de Raúl Castro con el cardenal Jaime
Ortega y el cortesano Eusebio Leal, sobre la próxima visita del Papa a
Cuba y "otros asuntos de interés". Es difícil que no hayan analizado la
tensión permanente domingo tras domingo en el parque Gandhi, en Miramar,
donde las Damas de Blanco se reúnen tras la misa y la morralla castrista
organiza mítines de repudio y reparte golpizas y detenciones "express",
con la complicidad y apoyo de los órganos represivos del gobierno. Lo
cual indica la preocupación del régimen, y que los opositores, a pesar
de los intentos de muchos por desacreditarlos y ningunearlos, son una
piedra en la bota de la dictadura.
Comienzan a escucharse los ecos del Encuentro Nacional Cubano en Puerto
Rico, con representantes de organizaciones opositoras de la Isla y el
exilio. Aunque EEUU no otorgó visas a todos cubanos de la Isla que la
solicitaron, la reunión fue un paso de avance sobre eventos anteriores,
más caracterizados por exclusiones o negativas a incorporarse, lo que no
fue el caso esta vez.
Algunos opositores optaron por la estrategia de no participar en ningún
tipo de actividad con el secretario de Estado en La Habana, para
"castigarlo" por la exclusión de no invitarlos al izado de la bandera
frente al Malecón. Paradójicamente, criticaron las medidas de
acercamiento del gobierno norteamericano, pero se ofendieron al no ser
invitados por ese mismo gobierno a la culminación de ese proceso con la
reapertura de la embajada. En vez de aprovechar la ocasión para decirle
a Kerry frente a frente los criterios discrepantes o los reclamos
procedentes, se desperdició una oportunidad que no se repetirá
fácilmente. ¿Alta política, tan alta que los simples mortales no
logramos entenderla?
No creo que todos en la oposición sean arcángeles o que todo lo hagan
siempre bien. Y lo mismo pienso con relación al exilio, en Miami o
cualquier parte donde haya cubanos que rechazan al régimen. Hay cosas
muy mal hechas y conductas injustificables, pero callar "para no dar
armas al enemigo" no puede utilizarse para esconder errores y
deficiencias ni para comportarse como los compinches del régimen frente
a los continuos escándalos y fracasos de la dictadura.
Pero que entre opositores y exiliados existan miserias humanas, como
existen en el resto de la humanidad, no otorga patente de corso para
desacreditar a quienes continuamente, dentro de la Isla, reciben
golpizas y sufren arbitrariedades del régimen. Ni para referirse a ellos
despectivamente desde una ilusoria torre de marfil donde duendecillos de
poca monta y menos moral o valor personal se creen más allá del bien y
del mal y con derecho a decirle a los que enfrentan la represión en las
calles y campos cubanos qué deben hacer, cuándo y cómo, tal si se
trataran de olímpicos mentores que vienen de vuelta de todo, cuando en
realidad no sirven ni como agentones de segunda línea del régimen.
Y menos aun hacerlo desde la comodidad del exilio, sea a través de
oscuros personajes que publican en páginas escritas o digitales, o de
supuestos comentaristas "objetivos" que opinan sobre lo publicado, y que
—nada casualmente— convergen con los que denigran a los opositores, y
que, —tampoco nada casualmente— coinciden exactamente con lo que dicen
el régimen y sus acólitos desde la Isla. ¿Casualidad? No. Medidas
activas y pasivas para desacreditar opositores y defender "la revolución".
Hay mucho que hacer por parte de los opositores y el exilio para lograr
resultados que valgan la pena y ganarse el apoyo de la población:
mientras no sean seguidos por los cubanos de a pie en la Isla, tendrán
tareas pendientes. De la misma manera que mientras existan exiliados
convencidos que la batalla se gana en Miami, Madrid, New Jersey o Los
Ángeles, y no dentro de la Isla, o que el hecho de vivir fuera del
monstruo totalitario y recibir directamente recursos del gobierno de
Estados Unidos facilita más visión, inteligencia o moral que la que
alcanzan los "infelices" luchando dentro de Cuba, están asegurándose,
aunque no lo entiendan, otro medio siglo de frustración y caminos hacia
ninguna parte.
Quienes crean que basta la "Declaración de San Juan" aprobada en el
Encuentro Nacional Cubano para asumir posiciones de liderazgo dentro y
fuera de la Isla están tan despistados —salvando todas las distancias
ideológicas y morales— como los militantes cubanos que creen que porque
la Constitución castrista señala al Partido Comunista como vanguardia de
la sociedad, el pueblo cubano estará siempre dispuesto a seguirles y
obedecerles ciegamente, a pesar de más de medio siglo de fracasos,
falsas promesas y continuos engaños.
Nuevas realidades requieren nuevas estrategias. Y nuevas estrategias
requieren nuevas actitudes y nuevos enfoques. Y si esas nuevas actitudes
y enfoques no nacen de los encargados de generarlos ahora, será
imprescindible un relevo de líderes y personajes destacados.
Porque la oposición y el exilio no pueden continuar cojeando de la misma
pata que el régimen. En algo tienen que diferenciarse quienes creen en
la libertad y la democracia de aquellos que favorecen y apoyan el
totalitarismo y la represión.
Y de sus jenízaros que se dedican continuamente a desacreditar
opositores y exiliados, sea desde Granma, Juventud Rebelde o cualquier
publicación en Cuba o fuera de Cuba, independientemente del rótulo del
libelo, del nombre o seudónimo de gacetilleros o de la pandillita de
comentaristas supuestamente "objetivos" que les hacen el juego.

Source: Paisaje después del alboroto - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro
-
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/paisaje-despues-del-alboroto-323458

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