Thursday, August 6, 2015

Mariela no

Mariela no
agosto 5, 2015 2:36 am·

Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) A través de la
historia, las mujeres gobernantes han demostrado ser efectivas. Tienen
un raro equilibrio entre la firmeza y la compasión, el ímpetu y la
mesura, los sueños y la realidad.

Tal como van las cosas, el mundo iría mejor si más países fueran
gobernados por féminas. Habría menos guerras, contaminación y hambre.

Pero a la hora de votar, casi siempre pesa el machismo.

En las antepasadas elecciones presidenciales norteamericanas, a Hilary
Clinton no la venció el carismático y post-racial Barack Obama, sino el
machismo. Por muy tenaz que fue la Clinton, no consiguió la nominación
demócrata a la presidencia porque los norteamericanos, aun los más
liberales, digan lo que digan, estaban más preparados para ser
gobernados por un afroamericano que por una mujer.

Nuevamente Hilary Clinton aspirará a la presidencia. Es una buena opción
para dirigir el país más poderoso de la Tierra en este particular
momento histórico, pero no me asombraría demasiado si resultara vencedor
el atorrante Donald Trump.

A veces las presidentas logran proezas que un hombre no podría. Como
Michele Bachelet cuando logró salvar la Cumbre Iberoamericana de
Santiago de Chile de tanto energúmeno desbocado y vociferante y de un
monarca que pidió a Hugo Chávez que se callara, como si fuera un
sobrinito impertinente y malcriado.

Aún en medio del machismo latinoamericano, que por increíble que
parezca, es menor que el norteamericano, las presidentas funcionan bien.

Excepto en Argentina. A los argentinos no les bastó con que Estela
Martínez, con el auxilio del Brujo López Rega, desatara la guerra sucia.
Ellos siguen apostando por los disparates peronistas y buscando la nueva
Evita, lo que evidentemente no resultó ser la testaruda Cristina
Fernández, por mucho que se esforzó.

A los cubanos, machistas por antonomasia y precisamente por eso, nos
vendría bien una mujer que dirija los destinos del país. Tanto machismo
de bigote y pelo en pecho no nos ha asentado. Sería el momento de elegir
una mujer para que presida la nueva república y ponga su empeño en
salvarnos del desastre. Pero no hay nueva república, ni elecciones
libres, y mucho menos, democracia.

Así que ni me hablen de Mariela Castro…

Como recientemente la inefable Mariela dio muestras de la prepotencia y
la intolerancia arraigada en sus genes familiares al calificar de
"grupitos de ignorantes" a la oposición cubana, insinuar nuevas leyes
mordazas y desbarrar con el mismo encono y desprecio que lo haría su tío
o su papá, creo pertinente aclarar –para que no haya malentendidos ni
confusiones- que el comentario "La futura presidenta" que publiqué en
Cubanet en junio de 2008 era pura jodedera. Ni por asomo se me ocurriría
votar por Mariela Castro ni cualquier otro de sus parientes. ¡Solavaya!

Ojala mis compatriotas no olviden las actitudes y las declaraciones de
la frívola princesita del castrismo, cuya tolerancia se limita apenas a
la alteridad sexual, y solo con el puñadito de gays y lesbianas
amaestrados que bailan en la comparsa del Cenesex.

Lo digo porque no me asombraría ver a la sexóloga Mariela, dentro de
unos años, con su sonrisita encantadora y su ropero del Primer Mundo,
como candidata a la presidencia. Lo cual sería muy peligroso, porque
cuando empiece a diluirse la pesadilla, pero todavía queden grumos, la
mayoría de los cubanos, que no saben lo que es elegir, sino votar por
quien le pongan delante en las listas del mural, votarían por cualquier
persona menor de 80 años, con rostro humano -¡imagínese usted si es un
rostro bonito de mujer!- capaz de sonreír y que no se crea con el
monopolio de la patria y la verdad. Aunque lleve el apellido Castro.

¡Cándidos y sumisos que nos han vuelto, no acabamos de aprender que con
"esta gente" no hay modo! ¡Ni aunque se vistan de seda!

Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com

Source: Mariela no | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/mariela-no/

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