Friday, August 14, 2015

Embajada americana en Macondo

Embajada americana en Macondo
Será en La Habana, pero como en el mítico poblado del realismo mágico
Eugenio Yáñez, Miami | 13/08/2015 4:22 pm

El 14 de agosto, cuando el Secretario de Estado de EEUU ice la bandera,
se reinaugurará, tras lapso de cincuenta y cuatro años, la Embajada de
Estados Unidos en La Habana.
Para algunos será el comienzo de los tiempos y futuros, y el fin de las
desgracias y frustraciones. Para otros, día luctuoso o el Diablo entre
nosotros. Para otros más, algo que a fin de cuentas no resultará ni tan
bueno ni tan malo, sino todo lo contrario.
Se hará en el mismo edificio donde funcionó la misión diplomática hasta
1961, cuando quedó custodiado por la Embajada de Suiza en La Habana.
Aunque algunos no lo sepan, en un arrebato "revolucionario" de Quien Tú
Sabes en los años sesenta se decretó la nacionalización del edificio,
aunque nunca se materializó tal disparate. El "instrumento legal"
nacionalizando la edificación es probable que durante mucho tiempo haya
estado acumulando polvo entre papeles inútiles con decisiones absurdas
como esa, que algún día formarán parte de la historia de la estulticia
cubana, aunque de momento el historiador de facto del régimen se haya
cuidado demasiado de mencionar ese incidente dentro de su copiosa
verborrea tergiversando la historia nacional y alabando, como siempre, a
la tiranía y los tiranos.
Fantoches del ALBA, encabezados por Evo Morales, acudirían a La Habana
el día anterior a celebrar el cumpleaños del tirano mayor, noticia que
publicará la prensa oficial del régimen al día siguiente, con la secreta
intención de convertir el cónclave en Punto Cero en acontecimiento de la
semana, para restar relevancia y trascendencia a la reapertura de la
Embajada. Inútil esfuerzo, porque esa reapertura no será la noticia de
la semana, ni del mes, sino por lo menos la del año, y será reproducida,
transmitida y comentada en todos los órganos de prensa del mundo y en
todos los idiomas durante muchos días, mientras el interés por el
anodino guateque del tirano en retiro durará lo que el clásico merengue
en la puerta de una escuela.
Tampoco faltarán exhibiciones con motivo del acontecimiento. De entrada,
ya diversos opositores protestaron el pasado fin de semana en La Habana,
con máscaras de Barack Obama, y rechazando la apertura de la Embajada.
Naturalmente, están en todo su derecho si eso es lo que opinan. Sin
embargo, tal vez sería buena idea que se preguntaran que si proclaman
enemigo al presidente de EEUU, ¿quiénes serían los amigos de los
opositores cubanos? Como de seguro no serán ni la Unión Europea ni los
gobiernos de los "países hermanos" de América Latina y el Caribe, pueden
experimentar un problema muy serio cuando comprueben que no tienen
aliados, ni puertos seguros donde recalar cuando la tormenta arrecie,
algo que en Cuba sucede demasiado a menudo para no tenerlo en cuenta.
Por otra parte, parece surrealista —ay, Macondo— que opositores rechacen
la Embajada de EEUU en La Habana mientras el régimen le da la bienvenida.
Ya se vislumbra una crisis existencial en el evento en La Habana: el
otorgamiento de credenciales a la prensa para cubrir la actividad corre
a cargo del Centro Internacional de Prensa del Ministerio de Relaciones
Exteriores del régimen, en coordinación con la Embajada americana en La
Habana, lo que garantiza que en la ceremonia no habrá presencia de
periodistas independientes. La cobertura la hará la prensa del régimen y
las agencias y medios de prensa americanos o de otros países que reciban
permiso, sean corresponsalías acreditadas en la Isla o periodistas que
acudirían especialmente para este evento.
De igual manera, el gobierno de EEUU invitaría a La Habana, siempre que
el régimen otorgara su beneplácito, a cubanos residentes en Estados
Unidos que, a juicio de Washington, hayan podido tener o tendrían alguna
participación significativa en el acercamiento entre ambos gobiernos, lo
que casi garantiza que los invitados a la ceremonia en La Habana no
serían del agrado de la Calle Ocho. Según el Encargado de Negocios de la
embajada en La Habana, "…las listas de invitados todavía están
conformándose, pero prevemos que [Kerry] verá una amplia variedad de
cubanos a lo largo del día". Lo cual significa cualquier cosa y no dice
nada, para no comprometerse.
EEUU pretende que la ceremonia de reinauguración en La Habana se
conduzca por cauces diplomáticos tradicionales y sin crear innecesarias
tensiones con el régimen. Apuesta mucho más a garantizar su presencia en
La Habana a largo plazo que a contentar a opositores y disidentes, que
no serán invitados a la ceremonia, porque a Washington le preocupa que
en caso de aparecer opositores los funcionarios del régimen se
retirarían del evento. Es decir, el chantaje castrista sigue funcionando.
John Kerry se reuniría con opositores en la residencia del Encargado de
Negocios de la embajada americana, en una actividad de bajo perfil. Una
hojita de parra. ¿A quiénes invitar y a quiénes no? ¿A partir de qué
criterios? Preguntas que tienen muchas respuestas y que no lograrán un
consenso elemental tan pronto comiencen a surgir infinidad de opciones y
variantes que inevitablemente aparecerán. Y se trata de opositores que
no logran unirse ni definir propuestas realistas para abordar las nuevas
realidades, más allá de recibir golpizas, diseñar campañas que no logran
demasiado, y ser más conocidos en Miami que en la isla.
Aparentemente, muchos opositores en Cuba todavía no están listos para
las nuevas realidades. Parece que tampoco muchos exiliados en Miami
están preparados para todo lo que viene y que les caerá muy mal. Como
mismo sucede a los congresistas cubano-americanos por Florida. Y el
gobierno cubano, aunque derroche guapería de barrio y aparente solidez
en sus declaraciones, tampoco se siente absolutamente seguro con lo que
comienza este 14 de agosto en La Habana.
Como si el único que supiera lo que pretende fuera el gobierno de
Estados Unidos. Quién sabe. Sin embargo, la jugada americana de la
reapertura de las embajadas, y el inevitable cese del embargo al régimen
más tarde o más temprano —depende del Congreso, no de la administración—
podría ser la mayor amenaza estratégica que se haya cernido sobre la
dictadura cubana desde la Crisis de Octubre de 1962, hace ya 53 años.
Si fuera así, se entenderían muchas cosas. De lo contrario, cualquier
cosa podría suceder en Macondo. O en Cuba, que es lo mismo.
Que el malvado imperialismo se convierta en "vecino del Norte". Que un
aguacero dure cuatro años, once meses y veintinueve días. O que Remedios
la bella suba a los cielos "a través del aire donde terminaban las
cuatro de la tarde".

Source: Embajada americana en Macondo - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/embajada-americana-en-macondo-323404

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