Saturday, June 6, 2015

Una farsa de bienal

FABIOLA SANTIAGO: Una farsa de bienal

Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba pueden estar descongelándose
en el frente diplomático, pero si la Bienal de La Habana es un ensayo de
la reconciliación, la mayor frialdad permanece donde siempre ha estado:
en la libertad de expresión.

Mientras el mundo del arte desciende sobre la ciudad para regodearse en
obras como la pista artificial de patinaje sobre hielo montada por un
artista irlandés-americano, y un segmento del famoso malecón de la
Habana convertido en una playa con arena y sillas de extensión, existe
una realidad mucho más nefasta.

El joven artista de grafiti Danilo "El Sexto" Maldonado está en la
cárcel cumpliendo una condena por el contenido anticastrista de su arte.
Le puso el nombre de Fidel y Raúl a cerdos que se proponía utilizar en
una presentación.

La artista cubana Tania Bruguera, aclamada internacionalmente y una
favorita de bienales previas hasta que cayó en desgracia con el régimen
después de una atrevida actuación de micrófono abierto en la que se
burló de Fidel Castro, ha estado en lo que ella llama "arresto de
ciudad" desde el 30 de diciembre. Está esperando que le celebran juicio
por intentar una versión en la Plaza de la Revolución de su presentación
Tatlin's Whisper tras el anuncio del cambio de política de Estados
Unidos hacia Cuba.

A la artista — quien hace años obtuvo el estatus de residente en Estados
Unidos bajo la excepcional categoría de talentos — se le confiscó su
pasaporte y no se le permite viajar fuera de La Habana o abandonar el país.

Y el gobierno cubano, a través de sus censores oficiales del Ministerio
de Cultura, continúa siendo el curador a cargo de decidir quién puede
participar en esta 12ma. edición de la famosa bienal y quién no.

Artistas y curadores a quienes no se les atribuye que "provocan" al
gobierno cubano con sus obras — o que al menos ofuscan sus
presentaciones artísticas lo suficiente para burlar a los censores —
pueden participar. Los que no cumplen las reglas — o no tienen miedo de
ser centro de atención político y critican abiertamente la falta de
libertades — permanecen sin visa en Miami, Chicago, Nueva York, etc.

Entonces, ¿cuál es la diferencia este año?

Una horda de fervientes coleccionistas de arte estadounidenses,
cubanoamericanos, y otros que visitan a Cuba por primera vez alentados
por la relajada política de viajes a Cuba del presidente Obama, además
de la esperanza de que los dólares y los contactos generen cambios.

"Somos el virus y ahora hemos llevado la infección ... ¡y va a haber
cambios!", me dijo Jeff Gelblum, un coleccionista de Miami y miembro del
comité anfitrión de Art Basel a su regreso de un viaje de fin de semana
largo para asistir a la inauguración de la bienal. "El gobierno está
liquidado. Finiquitado. Éste es el final de la Revolución".

Lo que vimos en La Habana, dice, es un estado de "hermosa dilapidación"
y "una sociedad muy interesante donde artistas viven en grandes
residencias y forman parte de la alta jerarquía".

También ahora están en la alta jerarquía los viajeros estadounidenses.

"Es bueno ser americano porque tenemos invencibilidad, y podemos tomar
acción", dijo.

En ese espíritu, algunos amigos y Gelblum "ubicaron" a Bruguera en su
casa de Tejadillo 214 (a una cuadra del Museo de Bellas Artes), donde la
artista valientemente realizaba desde la única silla en su sala — y con
la puerta abierta — una lectura de 100 horas de Los orígenes del
totalitarismo, de Hannah Arendt.

"Fuimos allí para darle nuestro apoyo", dice Gelblum.

El mezquino e intolerante gobierno cubano trató de impedir su lectura
enviando obreros para perforar la calle frente a su casa para que la
gente no pudiera oírla. Agentes de seguridad fueron situados en su casa.
En la internet, los blogueros del gobierno trabajaron todo el día y la
noche para disminuir su historial internacional, que se extiende a
través de continentes e incluye presentaciones en museos importantes
como el Guggenheim en Nueva York y el Tate en Londres. A ella también se
le negó la entrada en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde había
sido invitada a la inauguración de la exhibición por el magistral
artista cubano Tomás Sánchez, quien reside en Costa Rica.

Gelblum dice que utilizó el poco español que sabe para hablar con los
vecinos de Bruguera. "Esto es muy caliente", les dijo, guiñando un ojo.
Parecían apoyar a Bruguera, pero Gelblum también oyó una opinión
contraria de su multilingüe guía turístico, quien nunca ha salido de
Cuba, estaba agradecido por su educación y dijo que apoyaba al régimen.

Gelblum, que fotografió a Bruguera cuando leía en su silla y realizó un
video de su testimonio y publicó ambos en los medios sociales, se siente
optimista de que los estadounidenses pueden traer un cambio positivo en
Cuba.

"Confío en que somos un buen virus".

Para contrarrestar la censura, el artista cubanoamericano Xavier Cortada
anunció su propia presentación en apoyo de Bruguera, pidiéndole a todos
en cualquier lugar menos en Cuba (ABC–Anywhere but Cuba) que halaran la
cadena de sus inodoros a las 3 de la tarde del viernes 22 de mayo, la
hora del lanzamiento de la bienal, y que lo publicaran en los medios
sociales como un rechazo simbólico a la censura.

No vi a muchos hacerlo.

Cortada lo atribuye a la "fatiga sobre el tema de Cuba" y a la "avidez
de [participar en] la reconciliación sin la comprensión básica de que no
puede haber reconciliación verdadera sin la verdad o la justicia. ...
Tal vez asistir es una rendición voluntaria con la esperanza de que las
cosas cambien".

Algunos artistas estadounidenses, cubanos e internacionales están
boicoteando la bienal, que termina el 22 de junio, en apoyo de Bruguera.
Pero para muchos artistas cubanos y cubanoamericanos el silencio ha
sido, como alguien dijo, "el precio que hay que pagar" por estar en La
Habana ahora, y por el privilegio de tener una casa en La Habana y un
apartamento en Miami Beach.

Pero, ¿qué es una bienal sin la presencia de la libertad de expresión?

Una farsa muy parecida a una pista de patinaje sobre hielo en el trópico
y una playa montada sobre concreto.

Source: FABIOLA SANTIAGO: Una farsa de bienal | El Nuevo Herald El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/fabiola-santiago-es/article23234313.html

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