Wednesday, June 3, 2015

Un viaje sin retorno

Un viaje sin retorno
[02-06-2015 21:56:20]
Enrique Díaz Rodríguez

(www.miscelaneasdecuba.net).- La última vez que lo vi, me comunicó que
saldría junto a su esposa para la República del Ecuador. Partirían con
un dinero prestado para invertir en la compra de ropas. El se llamaba
Ernesto Fonseca García, fue un activo opositor al régimen de los
hermanos Castro. Perteneció al movimiento 'Frente de Acción Cívica
Orlando Zapata Tamayo.
Su esposa se nombra Damaris Revé Rodríguez y además de opositora, es una
Dama de Blanco. En Cuba las autoridades los consideran
contra-revolucionarios. Jamás hubiese imaginado para ellos tan dramático
final.

Lo narrado a continuación lo supe por amigos. La propia Damaris me
corroboró los hechos por vía telefónica.

Ernesto arriba a suelo ecuatoriano gravemente enfermo. Durante el vuelo,
sufrió una complicación pulmonar ocasionada por la altitud. Fue
internado en el Hospital Pablo Arturo Suárez.

Damaris fue testigo de cómo los médicos le negaban los primeros auxilios
a su esposo. Ella protestó ante el director del hospital, reclamando
atención médica.

El jefe de la sala de terapia intensiva reconoce a Ernesto. Entre
miradas de odio y rabia lo tilda de un vulgar opositor cubano en contra
del gobierno de Fidel y Raúl Castro.

Ernesto es operado. Le fue dada el alta con la total prohibición de volar.

A pesar del favorable diágnostico emitido por galenos ecuatorianos,
Ernesto no experimenta mejoría y siente temor por su vida.

Ante la imposibilidad de retornar a Cuba, deciden ingresar en territorio
colombiano buscando una atención médica segura.

En Colombia Ernesto comienza a perder el poco vigor que le queda y es
trasladado con premura a un centro médico.

Llega sin vida. Un paro respiratorio puso fin a su existencia.

El dinero destinado para invertir en la compra de ropas, se gastó. El
último centavo es usado en la cremación del fallecido.

Damaris es acogida por unos religiosos. Transporta en una urna las
cenizas de su esposo.

Sus planes han cambiado, el fracaso no es una opción. Tampoco lo es
retornar a la patria esclavizada, aunque le espere la familia.

Damaris guarda su dolor para otro momento e intenta llegar a tierras de
libertad en compañía de Dios y de las cenizas de su esposo.

Quizás la suerte le acompañe, para que entonces un día de testimonio de
lo ocurrido.

Hasta ese momento, prefiero recordar sin tristeza al buen amigo y
patriota que murió en tierras extrañas, y a su esposa Damaris, que
traslada sus restos para depositarlos en una tierra libre.

Source: Un viaje sin retorno - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/556e0a643a682e0f28e2e008#.VW9C-s-qqko

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