Saturday, June 6, 2015

Periodismo oficial - la disputa por la información

Periodismo oficial: la disputa por la información
OSMAR LAFFITA ROJAS | La Habana | 6 Jun 2015 - 7:36 am.

Algunos miembros de la UPEC han perdido el miedo y consideran que es
hora de terminar con el discurso triunfalista y de poner al desnudo las
ineficiencias.

El pasado 17 de mayo se efectuó la asamblea de balance del bloque ramal
de la prensa escrita de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), que
agrupa la mayor cantidad de miembros del periodismo oficial, con 835
afiliados.

En dicho encuentro se abordaron muchos temas, pero se centraron en la
profesionalidad, las redes sociales, la conectividad, la superación, la
ubicación laboral y la ética periodística.

Sobre este asunto de la ética, el coronel Rolando Alfonso Borges, jefe
del Departamento Ideológico del Partido Comunista (PCC) y principal
censor de los medios oficiales, dijo: "Uno de nuestros principales
problemas es que hemos estado desarrollando proyectos y prácticamente no
ha habido normativas".

Y abundó: "Hay un grupo de compañeros que se sienten dueños de la
información o piensan que este es un tema secundario, y nosotros estamos
ocupados con este asunto, que va más allá de la prensa".

El jefe del Departamento Ideológico del PCC, ostensiblemente molesto,
advirtió que no se toleraría "la postura inconsulta y el desdoblamiento"
asumido por algunos miembros del gremio del periodismo oficial en sus
colaboraciones no autorizadas con sitios web que son financiados desde
el exterior y la prensa internacional.

Expresó su preocupación por "los problemas que existen con la cultura
comunicacional en la sociedad", y planteo que "se impone abordar esos
problemas desde otros matices, sin descuidarlos en lo más mínimo porque
se compromete el futuro del periodismo y quizás hasta de nuestro
proyecto social como país".

Alfonso Borges dijo: "Algunos de esos asuntos se resuelven con políticas
y otros, con la aplicación de esas políticas, pero los problemas más
complejos de cambiar tienen que ver con el pensamiento, con las culturas
establecidas".

Periodistas presentes en el evento señalaron que "el escenario principal
es la redacción, donde hay que hacer añicos las ataduras en la mente
de los editores y periodistas".

Algunos se preguntaron en qué medida los medios promueven el periodismo
que necesita Cuba y concordaron en que "si no se desatan los nudos, no
se van a resolver los problemas internos de incapacidad para asumir la
autorregulación".

Alguno de los presentes dejo a un lado el miedo patológico que llevan
sembrado en su psiquis y se atrevió a decir: "No podemos delegar en
nadie el derecho de pensar y decidir por nosotros", y explicó que
"cuando Martí decía 'tanto tiene el periodista de soldado', no se
refería a la obligación de seguir órdenes, sino a la posibilidad de
morir en el combate".

Como era de esperarse, tal atrevimiento provoco la ira del principal
censor de la prensa oficial.

El servilismo y el adocenamiento de la dirección nacional de la UPEC una
vez más fue puesto de relieve.

Los mandamases de la UPEC se refirieron a "la lucha interminable en la
que el PCC desempeña un papel importante para derribar los muros del
silencio de ministerios, instituciones y cuantos organismos conservan el
poder informativo", cuando saben perfectamente que la burocracia
representada y protegida por el PCC es la principal responsable del
secretismo, la opacidad y la labor obstruccionista para que la prensa
oficial no saque a la superficie todos sus desmanes y turbios negocios.

En la asamblea de balance de bloque ramal de la prensa escrita de la
UPEC, prevaleció por un lado el modo conservador de pensar de los
comisarios que defendieron a cómo pudieron la línea del PCC y su
Departamento Ideológico, y por otro, para asombro de los inmovilistas,
los que perdieron el miedo y plantearon que ya era el momento de poner
fin al discurso triunfalista y de poner al desnudo las ineficiencias de
la sociedad cubana.

Se escuchó hablar de la necesidad urgente de discutir las dificultades a
las que se enfrentan los periodistas oficiales en su labor diaria para
poder tener acceso a las fuentes y se quejaron de la censura a las
informaciones, que por lo general son podadas por los editores antes de
que se le den a conocer al pueblo. Se pronunciaron por "reportes
profundos, esclarecedores y convincentes", y en contra del periodismo
complaciente y triunfalista, que según afirmaron, "hace más daño que una
dura crítica".

Con tales quejas quedó de manifiesto que el Departamento Ideológico del
PCC es el principal responsable de los problemas de la prensa oficial. Y
todos saben que el proceder del Departamento Ideológico responde, ante
todo, a las órdenes que le imparte el Gobierno.

El Departamento Ideológico impartió la orden de que lo debatido en la
asamblea no fuera reflejado por los medios oficiales, dado que no era
conveniente que fuera conocido por la ciudanía.

Los criterios expuestos en la asamblea de balance no fueron hechos por
periodistas independientes, a los que el régimen tilda de mercenarios y
asalariados del Gobierno de EEUU. Fueron periodistas de los medios
oficiales que decidieron, como Hernán Cortés, quemar sus naves y decirle
a Alfonso Borges las verdades en su cara.

Para no seguir perdiendo credibilidad, los periodistas abogaron por
poder exponer los hechos, y darles seguimiento, respaldados por sus
editores. Se quejaron de que muchos de sus trabajos no salen a la luz
por los criterios de personas que, aunque no son especialistas, son los
que determinan, en lugar de la dirección del medio, si un trabajo se
publica o no.

Probablemente Cuba es el único país del Hemisferio Occidental en que los
dirigentes gubernamentales y los directivos de las empresas estatales no
están autorizados a conceder entrevistas o dar conferencias de prensa.

Para buscar información, los periodistas oficiales no pueden tocar la
puerta de ninguna dependencia estatal, política, cultural, deportiva, y
mucho menos de las organizaciones sociales dirigidas por el PCC. Es
común escuchar los lamentos y quejas de los periodistas porque
funcionarios del Gobierno o dirigentes de empresas se negaron a
concederle una entrevista o incluso han llegado al extremo de
prohibirles el acceso a las dependencias que están bajo su responsabilidad.

Tal proceder se contrapone a la afirmación de que "la prensa cubana
responde a los intereses del pueblo". Si es así, entonces, ¿a qué
intereses responden estos funcionarios públicos que se niegan a brindar
la más mínima información? ¿Que temen? ¿Qué le ocultan al pueblo?

Source: Periodismo oficial: la disputa por la información | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1433514667_15002.html

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