Tuesday, June 23, 2015

Para explorar el rol de Alejandro Castro en el futuro de Cuba

Para explorar el rol de Alejandro Castro en el futuro de Cuba
La única forma en la que podría trascender al padre sería a través de un
pacto con el gobierno futuro, usándolo como garante para proteger la
inmunidad de Raúl y de la familia.
Juan Juan Almeida
junio 22, 2015

Un exoficial de la CIA que apoya sus opiniones en la experiencia
adquirida estudiando a una familia de la que aún desconoce sus miedos,
hábitos, gustos, preferencias, costumbres e incluso personalidad de
cualquiera de sus miembros; un exembajador cubano que vivía aterrado en
Bruselas porque un día decidió brindar amparo en la residencia
diplomática a dos de sus nietos y a una hija que casada con un
exciudadano ruso que huían de la zona del conflicto armado en Chechenia;
y un historiador canadiense que escribe un libro tratando a Raúl Castro
de estratega son las fuentes que utiliza la prestigiosa agencia Reuters
para explorar el rol que podría tener Alejandro Castro Espín como
sucesor de su padre.

Es un dislate asumir que Alejandro, por ser el hijo de Raúl y porque es
coronel, cuenta con el apoyo de los altos mandos militares. Es como
aceptar que Nicolae Ceausescu habría podido gobernar eternamente en
Rumanía y que, además, sería cívicamente sucedido por su amado hijo Nicu.

Me parece sumamente irrespetuoso o, cuando menos, desconsiderado,
analizar el futuro rol de un personaje ignorando que es cubano; que vive
en Cuba; que nuestra isla está ubicada en el área de influencia de
Estados Unidos; y que no hay ninguna duda de que aunque la política
norteamericana, en múltiples ocasiones, ha errado en relación a su
posición con Cuba, los cambios que han de producirse serán de corte
occidental. Cuba no es Corea del Norte, que geopolíticamente se
encuentra bajo el área de influencia de Rusia y China.

Alejandro salió a la palestra mucho antes del 17 de diciembre pero, pese
a sus seis pies y dos pulgadas de estatura, es un personaje anodino, de
absoluta incompetencia para comunicar y/o llamar la atención.

Comparar la manera en la que Fidel Castro utilizó a su hermano Raúl, con
la forma en que Raúl utiliza a su hijo Alejandro, es una falta de
respeto a la inteligencia; demuestra un total desconocimiento de la
historia nacional.

Sí, Raúl Castro heredó la base política de Fidel pero participó en el
ataque al Moncada, estuvo en el exilio, viajó en el Granma, en La Sierra
Maestra fue jefe del II Frente guerrillero oriental y, aunque no sea muy
culto, 50 años de ejercicio en la cúpula gobernante de la dictadura
cubana, le enseñaron el oficio, o mejor dicho, el arte del poder.

El varón de los Castro Espín, como historia tiene un cuento, no es un
militar de carrera y mucho menos de combate, no es miembro de la
Asamblea Nacional ni del Comité Central. Lo pueden hacer, claro está,
pero de nada serviría; la única forma en la que Alejandro podría
trascender al padre, sería a través de un pacto con el gobierno futuro,
usándolo como garante para proteger la inmunidad de Raúl y de la familia.

Si la disidencia cubana continúa haciendo lo que hace y el Gobierno
gobernando como hasta hoy, las posibilidades de un verdadero cambio
político en Cuba son mínimas. Pero una cosa es decir que las
expectativas son bajas y otra, muy diferente, es admitir que sean nulas.

Durante los últimos meses, Raúl Castro ha venido lesionando su propia
base política, por retardar las conocidas reformas y por su clara
insuficiencia para manejar los mecanismos del poder. Alejandro es
todavía más desmañado, su permanencia enrarecería la atmósfera dentro de
ese grupo, (ministros, militares de jerarquía y funcionarios del
Gobierno) que hoy brinda soporte al poder y comenzaría a destrozar la
apetencia del mañana.

Esto puede que lo desconozca el estudioso Brian Latell, el profesor
Carlos Alzugaray o el historiador Hal Klepak; pero lo sabe muy bien el
general Raúl Castro, que conoce con exactitud las limitaciones de cada
uno de sus hijos y sabe, además, que promover a su hijo Alejandro como
un posible sucesor, pasando por encima de otros tantos personajes con
iguales ambiciones y mejores condiciones, sería contraproducente incluso
para su propia familia.

En busca de información para escribir esta nota, conversé con un alto
oficial de las tropas terrestres cubanas, le pregunté por Alejandro y
esto me respondió: "Juan Juan, seguramente tú conoces la famosa locución
latina cogito ergo sum. Pues bien, el economista e historiador cubano
Regino Boti decía que en Cuba se practica una libérrima versión del
'pienso, luego existo' del filósofo francés René Descarte y la denominó
'mando, luego sé'".

Y eso es Alejandro Castro, la apología al disparate. ¿Se puede repetir,
entonces, el modelo Fidel Castro en Cuba? No.

Source: Para explorar el rol de Alejandro Castro en el futuro de Cuba -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-raul-castro-alejandro-espin-/97171.html

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