Wednesday, June 17, 2015

“Muchos van a Cuba para obtener lo que aquí les costaría un ojo de la cara”

"Muchos van a Cuba para obtener lo que aquí les costaría un ojo de la cara"
El artista plástico Ofill Echevarría ha hecho pública una carta que
reflexiona en torno a la realidad del artista cubano
martes, junio 16, 2015 | CubaNet

MIAMI – El artista plástico Ofill Echevarría, de la denominada
Generación de los 80 y miembro fundador del ex-grupo Arte Calle,
radicado en Nueva York, ha hecho pública una carta que reflexiona en
torno a la realidad del artista cubano dentro y fuera de la Isla, y a la
Bienal de La Habana.

Ofill también dio a conocer dos vídeos publicados en su canal de
Youtube, en respuesta, en parte, a las recientes declaraciones del
paisajista Tomás Sánchez.

"Quiero Decirle A…"

Recuerdo que a mediados de los ochentas, en La Habana, siendo aún
adolescente, mientras creaba junto a mis compañeros (de Arte Calle),
obras de contenido social y político que ayudaran a difundir ideas
nuevas entre los intelectuales y artistas de la época, descubrí, tal vez
con la misma rapidez con que crecía, que sería mejor marcharme a vivir a
otro lugar, fuera de mi país, donde mis perspectivas fueran más amplias
y mi libertad para expresarme, mucho mayor. "La Habana esta imposible",
pensaba yo. La misma frase escuché decir el otro día a un joven artista
cubano aquí en New York.

En abril, durante un viaje que hice a México, mi segunda casa y lugar de
destino por casi diez años antes de decidir lugar de residencia -poco se
sabe sobre las travesías ya no en aguas abiertas, pero del karma, de los
cubanos que deciden escapar del régimen totalitario de los Castro- un
amigo artista, también cubano, muy reconocido e influyente, me recomendó
que visitara la Habana durante la bienal este año; que la cosa se
pondría buena; que todo el mundo estaría allí; que este era el año para
ir; que incluso oportunidades no faltarían; "además -añadió- vas a ver,
se acuerdan de ti, te van a conocer"-. Yo hace casi 25 años me fui de
Cuba y nunca he regresado.

El comentario no me sorprendió, incluso cuando uno de mis ex-compañeros
de Arte Calle hoy radicado en España, Aldito, denunciaba por aquellos
días que su permiso de entrada a la isla le había sido negado, y a Tania
Bruguera la habían aprehendido, finalmente, con la excusa de querer
realizar un show similar al que hiciera años atrás en la sala de la
UNEAC, donde el pueblo (o el que quisiera) podía ir a decir (lo que
quisiera) en una tribuna con micrófonos, al estilo de Fidel.

[La Bienal de La Habana, tan caprichosa como ella sola puede serlo,
(todo el mundo sabe que ni siquiera sucede cada dos años), agrupa por
así decir, a un sin número de personas concernientes al medio de las
artes visuales de Cuba, así como a todo aquel que, fuera de la isla,
siendo cubano o no, se encuentre en ese momento manteniendo relaciones
amistosas con funcionarios de la cultura, las artes visuales y el
gobierno en ese país]. Y por favor no confundamos esta acotación con un
comentario intolerante o anti-turismo. Los que me conocen saben que soy
una persona de mente abierta.

Pero volviendo a mi viaje, ya otra vez en Cuernavaca, donde estuve unos
días más antes de volver a la gran manzana, tal vez por pura
coincidencia internáutica me detuve a 'videar' ese importante documental
cubano, "Conducta Impropia", realizado por intelectuales cubanos de
otras épocas. Mi cabeza seguía dando vueltas, recomponiendo y
reorganizando momentos, hechos (históricos y personales). No podía creer
que hicieran más de 30 años de la premier de esta joya de la
cinematografía (en París). Recuerdan cómo termina? Ni el resultado más
acertado de todos nuestros análisis podrá jamás explicar el drama
perfecto del cubano.

En lo personal, iría con gusto a la Bienal o expondría en La Habana
orgullosamente, si no fuera por la cantidad de inconveniencias que
implicaría tan arriesgada empresa. Si para ello no tuviera que conceder
privilegios a curadores que no curan o a funcionarios que se esconden
tras un velo intelectual, pero que en realidad fungen como policías de
la cultura.

Me encantaría llegar a mi país y pasear sus calles sabiendo que soy
libre de decir lo que pienso; o sentir que no soy superior sólo porque
vivo fuera, disfrutando de oportunidades y de una libertad que la
mayoría de las personas a mi alrededor desconocen.

En general me siento mal tan solo de pensar que muchos van a Cuba para
obtener lo que aquí les costaría un ojo de la cara.

Ya se sabe que en Cuba, artistas y figuras públicas con base en ese
país, deben seguir reglas específicas convenidas con las autoridades
cubanas, si quieren conservar el privilegio de vivir [viajar] como
cualquier persona civilizada en cualquier lugar del mundo (civilizado).
Estos cubanos privilegiados prefieren viajar en silencio; cumplir con
todos, pero en silencio, otorgando al gobierno totalitario de la isla la
autoridad para seguir desarrollando su proyecto; cualquiera que este sea.

En los Estados Unidos, y para los que aún creen en esa idea pueril de
hermandad entre Cuba y el monstruo del norte, a los artistas se les
juzga con la misma intolerancia que impera en el país del que provienen.
"Para los artistas cubanos -como una vez vi decir en una cena a uno de
esos mismos funcionarios camuflados en el medio artístico- sería un
suicidio quedarse a vivir fuera de Cuba". Así como, también me dijo una
vez uno de esos curadores tibios que moran estas tierras, refiriéndose a
una obra de arte importante típica de los ochentas- "a mí no me
interesa". Ya me decía una vez mi querido amigo Arturo Cuenca: "al
talento lo matan"; a saber por qué.

Y bien, mientras ese otro grupo de intelectuales izquierdosos
newyorkinos continúa, desde sus cómodos apartamentos, disfrutando del
buen vino y el buen queso, apoyando secretamente lo mismo mapas enteros
de silencio o, las perturbadoras historias de artistas cubanos caídos en
desgracia, yo quiero decirle al maestro Tomás Sánchez, así como a todos
esos que hoy aprovechan los "vientos del norte", que a los artistas
cubanos en el exilio sí nos importa lo que le está pasando a Tania, al
Sexto, o las miles de injurias producidas por el gobierno del país que
él también dejo por falta de libertades. Olvidar, es uno de esos lujos
que los cubanos no nos podemos dar.

Ofill Echevarria

Source: "Muchos van a Cuba para obtener lo que aquí les costaría un ojo
de la cara" | Cubanet -
http://www.cubanet.org/noticias/muchos-van-a-cuba-para-obtener-lo-que-aqui-les-costaria-un-ojo-de-la-cara/

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