Saturday, June 13, 2015

La mala memoria del cardenal

La mala memoria del cardenal
MARIO FÉLIX LLEONART, La Habana | Junio 12, 2015

Como era de suponer, de la entrevista concedida al programa Hora 25 de
la Cadena Ser en España, ha trascendido la rotunda negativa del cardenal
Jaime Ortega respecto a que en Cuba todavía existan prisioneros por
motivos políticos. Raya en lo enigmático cómo alguien en la posición de
este hombre se preste a aseverar algo que nadie cree en lo absoluto y
que no le ha hecho ningún favor, ni a la Iglesia que representa, ni a sí
mismo. Es obvio que tan desatinada declaración echa por tierra toda la
doctrina social de la Iglesia que está llamado a respaldar y a practicar.

Pero suponiendo que el prelado estuviese tan mal informado que ignorase
los listados existentes, como el de la Comisión Cubana de Derechos
Humanos y de Reconciliación Nacional (CCDHRN), que incluyen a decenas de
prisioneros, partidarios o no de la violencia, pero sin duda todos
encarcelados por motivos políticos, habrá que adicionar que el cardenal
adolece también de déficit de memoria. Y es que el arzobispo debía al
menos recordar que en vísperas de la visita de Benedicto XVI, el 28 de
febrero de 2012, tuvo que visitar en el Combinado del Este al preso
político Ernesto Borges Pérez para solicitarle el abandono de su huelga
de hambre porque ponía en riesgo la visita del Papa.

Ernesto fue dócil ante la propuesta de su pastor, quien generó en él
enormes expectativas de liberación con la inminente visita de entonces.
Esa esperanza se frustró, como antes, en 2010, cuando 126 presos fueron
excarcelados, o después, en diciembre de 2014, cuando otros 53 fueron
liberados tras el anuncio del restablecimiento de relaciones EE UU-Cuba.
Muchos llegamos a pensar que había sido él por quien se había negociado
la liberación de los espías de la Red Avispa, hasta que supimos que
había sido en realidad Rolando Sarraff Trujillo, condenado por una causa
similar a la suya.

Borges Pérez ha cumplido este mes 17 años de encarcelamiento de los 30 a
los que fue condenado tras conmutársele la pena de muerte. Fue juzgado
por su intento de revelar los nombres de 26 espías que la Seguridad del
Estado de Cuba tenía listos para enviar a Estados Unidos. Él era
entonces primer analista y capitán de la Dirección General de la
Contrainteligencia y actuó influido al parecer por los aires de la
Glasnot y la Perestroika que soplaban en la URSS.

Convertido al catolicismo en la prisión, donde sobrevive como ferviente
creyente que se aferra como única tabla de salvación a su fe, debe de
haber sentido una enorme frustración tras aquella visita de su pastor,
quien se marchara satisfecho al conseguir su objetivo y nunca ha vuelto
a verle. Dudo que las dos cartas de acompañamiento pastoral dirigidas a
él por Benedicto XVI a través de la nunciatura mitiguen su decepción al
saber que su pastor ni siquiera lo tuvo en cuenta en su entrevista a
Hora 25.

Ruego a Dios que la historia no se repita y que Ernesto no vuelva a
declararse en huelga de hambre al acercarse una nueva visita papal en
septiembre.

Source: La mala memoria del cardenal -
http://www.14ymedio.com/opinion/mala-memoria-cardenal-cubano_0_1796220365.html

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