Friday, May 15, 2015

Yoani y el don de la pertinencia

Yoani y el don de la pertinencia
Antes que sacar provecho de la política estadounidense, como hizo Fidel
Castro, Yoani y los demás disidentes viajeros se enredan en la
politiquería de Miami
Arnaldo M. Fernández, Broward | 15/05/2015 11:55 am

Al revolver que los líderes de la oposición "han sido incapaces de
movilizar a una parte significativa de la sociedad", Haroldo Dilla marcó
ese paso tan chévere de cubanía, narcisismo y petulancia con que
arrollan quienes desde 2009 fueron despachados por el jefe de la
diplomacia estadounidense en Cuba como "individuals with strong egos (…)
trying to undercut one another".
Dilla comenta que hasta Yoani Sánchez, "una persona que a su
inteligencia política siempre ha sabido unir el don de la pertinencia",
sucumbió al narcisismo al entrar ahora a Chile "de la mano de una
derecha pinochetista". Solo cabe recordar que en 2013 entró a Brasil de
la mano de la izquierda lulista para dar con la clave pisco-sociológica
(¿o socio-psicológica?) de que hay que agarrarse de la mano que se
tienda. Esto nada tiene de inmoral. El mercado de ideas es un mercado
como otro cualquiera: allá quien pague. Yoani no tiene por qué
justificarse con que "viajo gracias a la solidaridad de muchas pequeñas
personas como yo".

La trampa plattista
Lo que sí debe aclararse es que su inteligencia política no estriba en
hacerla, sino en vivir de ella, y que su don de la pertinencia radica en
aprovechar la coyuntura de mercado del lado de la bandería dialoguera
cubano-americana que acabó por encajar con el pacto Obama-Castro y viene
desbancando a la bandería radical.
Antes que sacar provecho de la política estadounidense, como hizo Fidel
Castro, Yoani y los demás disidentes viajeros se enredan en la
politiquería de Miami. Todos vienen a desmentir el eslogan de la
malograda escuela de cuadros disidentes del Miami-Dade College: "Somos
un solo pueblo". Aparte de que ninguno tiene pueblo (base política
propia) allá, tienen que dividirse aquí según las pautas de sus
proveedores de base mediática: las banderías republicana y demócrata del
anticastrismo exiliar. Así, la disidencia interna clona el cisma entre
la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) y el Consejo por la
Libertad de Cuba (CLC).
Al apoyar la candidatura de Obama en 2008, Jorge Mas Santos (FNCA) cantó
bien clarito la jugada: McCain promovía hacia Cuba "una política que han
cogido de rehén los hermanos Díaz-Balart". De ahí que se amañara la
entrevista de Yoani a Obama en 2009 y que en 2013 Mas Santos colara en
su casa a Guillermo Fariñas y Berta Soler como lucecitas para escena, en
medio de una recaudación de fondos electorales del Comité Demócrata,
porque Obama iba a largar: "Hemos comenzado a ver cambios en la Isla [y]
tenemos que continuar actualizando nuestras políticas".
De ahí también que el Instituto La Rosa Blanca, presidido por Lincoln
Díaz-Balart, "apoya firmemente" al Dr. Oscar Elías Biscet, Antonio
Rodiles e incluso a Rosa María Payá, amén de valerse de Antúnez como
punta de lanza. Nada más que llegó a Miami, Antúnez profirió en Radio
Mambí que venía, "a diferencia de algunos, a denunciar a la dictadura
castrista [y] criticar al gobierno de Barack Obama que rompió una
política de años".
Justamente para ensalzar esa ruptura, Mas Santos se había valido antes
de Yoani con el embeleco de que ella estaba "uniendo lo que Castro ha
dividido". Carlos Saladrigas remachó con que "Yoani replantea el debate"
y Yoani tiene que sellar de algún modo este empalme de la disidencia
interna y el exilio dialoguero. En Chile vino a hacerlo con otro
embeleco: que las negociaciones entre La Habana y Washington "me parecen
una profunda derrota para el gobierno [castrista]".
Tiempos de cambio
Así mismo es embeleco su proclamada revolución underground por obra y
gracia de la memoria flash. Nada tiene de inteligencia política suponer
que los mensajes se tornan movilizadores por cambiar de soporte
tecnológico, sobre todo si al preguntársele qué información podría
montarse en esas memorias para meterlas en Cuba y despertar la
conciencia de libertad y democracia, Yoani respondió a El Nuevo Herald
que programas "de los periodistas Oscar Haza y María Elvira Salazar, así
como documentales sobre el dictador soviético José Stalin, la revuelta
que tumbó al gobierno comunista de Rumania y la caída del Muro de Berlín".
Nada de lo anterior será efectivo, máxime si vamos ya para la cuarta
década de ida y vuelta de cubanos avecindados en tierras de libertad sin
contagio alguno entre sus familiares en la Isla del Diablo. Muy pocos
estarían dispuestos a pasar malos ratos o correr el riesgo de Alan Gross
por llevar memorias flash en visitas a Cuba, tal y como muy pocos han
respondido a la solicitud explícita que hizo Yoani de ayuda tecnológica
para llevar adelante su revolución underground. El Nuevo Herald notició
apenas "cuatro laptops y más de 20 teléfonos celulares y unidades flash".
No hay donaciones significativas de parafernalia democratizadora como no
hay colectas de dinero para la causa patria. Nadie compraría bonos de la
Generación Y, porque todo el mundo sabe que esa inversión no tiene
retorno. Sólo que como pueden largarse alegremente mensajes por
dondequiera, cada cual se opone al castrismo conforme a su dispositivo
de telecomunicación y arraiga entonces la ilusión de que la política no
se gesta por grupos o multitudes, sino por presencia en el éter o en el
ciberespacio.
También por El Nuevo Herald nos enteramos, el 1 de abril de 2014, que
Yoani "obtuvo una licencia para la clasificación laboral [de]
mecanógrafa". Sin embargo, el 24 de mayo de 2014 Granma fue autorizado a
informar que la Casa Blanca respaldaba "el proyecto de la bloguera
contrarrevolucionaria Yoani Sánchez, de crear un medio de prensa
digital, el cual es financiado totalmente con dinero proveniente del
exterior y tiene como propósito fundamental alimentar las campañas de
desinformación y difamación contra Cuba".
El Nuevo Herald no ha dado más noticia de la trayectoria laboral de
Yoani como mecanógrafa, pero sí sabemos que su proyecto
contrarrevolucionario cuajó y campea por sus respetos como "diario hecho
en Cuba", por encima de las leyes de inversión extranjera y del trabajo
por cuenta propia. No en balde el bloguero castrista Manuel Largade
colocó esta baliza en la blogósfera anticastrista: "La hipócrita
posición de víctima de Yoani podría justificarse, hasta cierto punto, si
se tiene en cuenta que (…) ella sí está del lado de acá".

Coda
El juego político del castrismo tardío consiste en dar pita a ciertos
disidentes para animar a la bandería dialoguera cubano-americana en el
tráfico de influencias con diversos sectores de la política
estadounidense. Así, el grupo de presión CubaNow, con Rick Herrero por
delante y Saladrigas detrás, difundió la imagen de Yoani en los anuncios
que instaban al acercamiento de Washington a La Habana.
Yoani viene bien por su inteligencia y pertinencia para mezclar el
vinagre de la crítica al castrismo con el aceite de que la transición a
la democracia discurrirá por entre memorias flash, conversaciones con el
gobierno, inversiones en pymes y demás artimañas de la hipocresía
política y del delirio de ilustración, que generan premios y viajes
fuera, pero jamás partidarios dentro.
Para colmo la otra bandería no tiene alternativa. El 30 de abril de
2013, Biscet anunció por teléfono en Radio Mambí que había echado a
andar el Proyecto Emilia con intención de radicalizar la oposición
pacífica, que se había tornado demasiado teórica. Biscet adelantó que
pasaría a la práctica dejando de estudiar textos sobre cambios pacíficos
para ver mejor películas al respecto, ya que "se parecen más a la
realidad". Así dio otro ejemplo para que Dilla refuerce su convicción de
que "lo que nos salva a los cubanos es nuestro excelente sentido del humor".

Source: Yoani y el don de la pertinencia - Artículos - Opinión - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/yoani-y-el-don-de-la-pertinencia-322816

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