Friday, May 8, 2015

El insólito Gross

El insólito Gross
Pedro Corzo

Al menos hay dos informativos que pretenden presentar sucesos o
situaciones difíciles de entender y aceptar, el más conocido es el
"Créalo o no" de Ripley, pero también está el micro radial "Nuestro
Insólito Universo", en el que se narran acontecimientos extraordinarios,
sucesos misteriosos y extraños, para los que es difícil encontrar una
explicación.

En cualquiera de estos ejemplos cabria la decisión de Alan Gross de
sumarse a quienes trabajan a favor de los viajes a Cuba y procuran
incrementar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la
dictadura insular, sin demandar del gobierno de La Habana cambios
sustanciales en las injustas leyes que lo condujeron a prisión, las
mismas que han hecho posible el fusilamiento de miles de personas y el
encarcelamiento de cientos de miles.

Gross estuvo encarcelado durante cinco años por llevar a la comunidad
judía de la isla equipos para que pudieran mejorar su acceso a internet,
muy diferente a las actividades de espionaje contra Estados Unidos y a
favor del gobierno de Cuba, que realizaron los cinco convictos de la
llamada red Avispa, sin pasar por el alto la implicación del grupo en el
asesinato en el aire de los pilotos de Hermanos al Rescate.

Según diferentes informaciones, el cooperante durante más de 25 años
cumplió una amplia trayectoria profesional en el campo del desarrollo
internacional, trabajando en más de 50 países de Oriente Medio, África y
Europa.

Desarrolló proyectos en la comunidad minera de Baluchistán, Pakistán, y
con palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania, así como en proyectos
agrícolas en Azerbaiyán y Bulgaria, y no hay información de que hubiera
sido arrestado en alguno de esos lugares.

Cuando le detuvieron en Cuba en el 2009 y fue acusado de espionaje,
trabajaba como empleado de la empresa Development Alternatives Inc. con
sede en Maryland que subcontrataba tareas para la Agencia Estadounidense
para el Desarrollo Internacional (USAID).

Gross, que calificó su encarcelamiento de vergonzoso calvario y su
detención de arbitraria, actos ejecutados por el gobierno de Cuba, se
declaró en huelga para demandar que La Habana y Washington convinieran
su excarcelación, pero los Castro estaban empecinados en usarlo como
pieza de cambio en su plan de lograr la liberación de los espías que
seguían encarcelados en Estados Unidos.

El gobierno cubano no escuchó las solicitudes de clemencia a su favor de
políticos como el ex presidente Jimmy Carter o el ex gobernador de Nuevo
México Bill Richardson, quienes viajaron a Cuba para interesarse por su
estado.

Mientras René González, en libertad condicional de una sanción a quince
años por espionaje, fue autorizado a viajar en dos ocasiones a la isla
para asistir al sepelio de igual número de familiares, al estadounidense
el gobierno de Cuba le negó el permiso de viajar para que asistiera al
sepelio de su madre.

Las diferencias de los regímenes carcelarios de ambos países se apreció
en toda su dimensión cuando el gobierno de Estados Unidos autorizó la
inseminación artificial de la esposa de Gerardo Hernández, jefe de la
red de espías, condenado a dos cadenas perpetuas y quince años de cárcel
por su vinculación directa con la muerte de cuatro pilotos, tres de
ellos ciudadanos de Estados Unidos y el cuarto residente.

Gross no disfrutó de ninguna de las ventajas de los espías cubanos en
las prisiones de estadounidense, sus condiciones de confinamiento eran
tan dramáticas que su esposa declaró estar muy preocupada de que pudiera
hacer algo drástico después de la muerte de su madre.

El ex cooperante estaba recluido junto a otros dos presos en una pequeña
celda que las autoridades mantenían iluminada durante 23 horas, según
declaró su abogado, que también lo acompaña en este nuevo empeño muy
diferente al que lo llevó a prisión.

Es difícil entender qué motiva a una persona a cambiar sus expectativas
sobre determinadas situaciones. Gross fue una víctima de la dictadura
cubana y debe saber que su empeño no va a repercutir en el pueblo
cubano, él conoce como pocos estadounidenses que el gobierno de la isla
es refractario a reconocer los derechos ciudadanos y que lo único que le
interesa es la aplicación de fórmulas que le permitan continuar en el poder.

Por supuesto que cada quien es libre de promover y trabajar a favor de
lo que considere pertinente, pero no todos podrían estar en Ripley como
el señor Gross, ya que con su conducta, más allá de cuales sean sus
deseos, está favoreciendo a un régimen que continúa cercenando los
derechos de las personas que en el pasado trató de ayudar y por lo que
permaneció encerrado cinco años de una condena de quince, los que
hubiera cumplido si Washington no hubiera intervenido. Créalo o no.

Periodista de Radio Martí.

Source: PEDRO CORZO: El insólito Gross | El Nuevo Herald El Nuevo Herald
-
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article20417316.html

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