Thursday, May 21, 2015

Analizando los cambios en Cuba

Analizando los cambios en Cuba
La revista The Economist considera que hay un cambio generacional en la
Isla y que los nuevos dirigentes apoyan los cambios aunque no lo
manifiesten públicamente
Rolando H. Castañeda, Washington DC | 20/05/2015 9:34 am

Con el replanteamiento, inicio de la normalización, o "deshielo" de las
relaciones entre EEUU y Cuba, la Isla se ha puesto de moda, muchos
gobernantes y empresarios la visitan y se espera que esto se
intensifique con el nombramiento de los embajadores de EEUU y Cuba, y la
visita del papa Francisco en setiembre. En su edición del 16-22/5/2015,
The Economist (Ec) le dedica tres interesantes artículos, lo que es
realmente inusual, a comentar temas críticos sobre la situación de la
Isla, los problemas y las oportunidades existentes, y el incierto futuro
inmediato.
Ec considera que la Isla está experimentando algunos cambios indudables,
como la rápida expansión de los hospedajes privados para extranjeros y
los paladares, pero que aún son insuficientes para superar el lento
crecimiento económico de los últimos años. La Isla ha quedado atrasada
con respecto a muchos de sus países vecinos, con salarios muy bajos para
los empleados de las empresas estatales y la administración pública (el
80 % de fuerza laboral) que se estima son menores al 30 % de los
salarios reales existentes en 1989, y la población continúa emigrando
por vías normales e irregulares.
El deshielo ha significado un importante cambio en las expectativas de
la población, el turismo estadounidense se ha expandido de inmediato y
se estima que contribuirá a aumentar el PIB en cerca de 1 % en 2015. El
déficit fiscal aumentaría al 6 % del PIB en 2015, el mayor de los
últimos años, en parte debido al aumento de algunos salarios públicos en
sectores clave (empleados de la salud y el azúcar). Sin embargo, Ec
ignora dos variables principales que refuerzan el análisis que presenta,
la reducción de la ayuda venezolana a la mitad del nivel anterior, país
que continúa de mal en peor, y el efecto adverso de las fuertes lluvias
de mayo que ha hecho evidente el deterioro de la infraestructura urbana
y de las viviendas, particularmente en La Habana.
Ec considera que Cuba deberá hacer reformas con mayor audacia y rapidez
para aprovechar las nuevas posibilidades que ofrece el deshielo y
concretar el mejoramiento de las expectativas de la población; hasta
ahora han ocurrido pocos cambios y la dirigencia ha brindado escasa
información y fechas especificas sobre los cambios futuros.
Concretamente, Ec sugiere liberalizar el trabajo por cuenta propia para
emplear el valioso capital humano nacional, pasando de la restrictiva
lista de las 201 actividades autorizadas a una lista más amplia con sólo
actividades prohibidas; así como desarrollar mercados mayoristas que
abastezcan apropiadamente las actividades permitidas. Reconsiderar la
nueva ley de inversiones extranjeras y los procedimientos
administrativos vigentes que son vagos y arbitrarios y exigen la
contratación de los empleados a través del Estado, lo que restringe en
vez de alentar la expansión de la inversión extranjera. Ec se refiere en
detalle a las demoras en efectuar, aunque sea gradualmente, la difícil
unificación cambiaria, el llamado día cero, que terminaría con el
subsidio a las empresas estatales y que prolonga las distorsiones y
corrupción existentes, tal como Pavel Vidal ha señalado en una
entrevista recientemente. Ec aprecia que habrá muchos días cero.
Ec considera que se está realizando un cambio generacional y que los
nuevos dirigentes, parecen apoyar los cambios aunque no se manifiestan
públicamente a favor de ellos. Muchos de los nuevos dirigentes son
modernizadores y utilizan computadores y otros aparatos electrónicos nuevos.
Ec presenta interesantes observaciones sobre los dilemas e inquietudes
existentes que ameritan reflexión entre los cubanos, sobre los que tengo
algunas acotaciones que señalo con peros. Ec comenta que los dirigentes
temen que los cambios le resten control como sucedió en Europa del este,
pero los están haciendo en forma similar a los fracasados cambios de esa
región en los años 1980 y durante la perestroika en la URSS. Raúl Castro
desea mostrar progresos en Cuba para cubrirse de los riesgos de una
futura administración republicana que pretenda revertir el deshielo,pero
la marcha de cambios "sin prisa pero sin pausa" no lo está consiguiendo;
además deberá enfrentar con los limitados logros alcanzados el Congreso
del Partido de abril de 2016.
Ec menciona que las autoridades rechazan los conceptos de reformas y
privatización, pero ambos constituyen acciones imprescindibles. Señala
que las autoridades pretenden crear prosperidad sin ciudadanos prósperos
y posiblemente no lograrán ni lo uno ni lo otro. Cita a Rafael
Hernández, el Director de la Revista Temas, respecto a que la dirigencia
y la población quieren y apoyan los cambios, aunque éstos se trancan al
pasar por la burocracia. Hay el peligro, lo que realmente es un
pretexto, de que los cambios pondrían en peligro los logros sociales de
la revolución, pero se ignora que se requiere una economía más robusta
para sostenerlos y que la insuficiencia de cambios está perpetuando los
retrocesos sociales de la revolución como expongo en el párrafo
siguiente. Ec comenta que Dagoberto Valdés (DV), el prominente líder
católico, señala que el deshielo hace evidente ante los intelectuales
que el problema de la Isla no es el embargo sino el sistema vigente; DV
y Manuel Cuesta Morúa han emplazado a la ciudadanía para que se
involucre, opine y participe activamente con propuestas sobre las
reformas imprescindibles a fin de influenciarlas y encauzarlas para
lograr la sociedad que anhelan.
Las observaciones anterior se deben analizar en el contexto del mito de
que Cuba está muy avanzada socialmente, o sea que posee un muy elevado
índice de desarrollo humano. Ocupa la posición 44 entre 187 países a
nivel mundial, solo superada en América latina por Chile, lo que se basa
en tres parámetros: la expectativa de vida al nacer, la tasa de
escolaridad de la población y el producto por habitante que en el caso
cubano siempre se ha sobreestimado por vías indirectas, la última con
base en un cálculo de la CEPAL. Sin embargo, la posición relativa de la
Isla cae bastante cuando se utiliza el más riguroso e inclusivo Índice
de Progreso Social que abarca el desempeño en 52 parámetros en tres
áreas principales: las necesidades humanas básicas (entre ellas: la
vivienda), los fundamentos del bienestar o equipar a los ciudadanos para
mejorar su calidad de vida (entre ellos: la sustentabilidad del
ecosistema y el acceso a la información y las comunicaciones) y brindar
oportunidades (entre ellas: los derechos personales, y la libertad
personal y de elección). Entonces Cuba ocupa la posición 84 entre 133
países, por debajo de los otros países de América latina debido al muy
bajo desempeño en las categorías de los fundamentos del bienestar y
brindar oportunidades. Este en un tema fundamental que no debe ser
ignorado y demuele las excusas para no hacer cambios.

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http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/analizando-los-cambios-en-cuba-322864

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