Pregúntale al pueblo

Pregúntale al pueblo
Se cocina una auto-transición que desconoce la voluntad de los cubanos y
su exilio
ROSA MARÍA PAYÁ ACEVEDO Actualizado: 12/04/2015 00:57 horas

A pesar de que la actual Cumbre de Panamá ha sido la pizarra donde los
pueblos de América se han visto forzados -una vez más- a atragantarse
con el buche bárbaro de esa asignatura antigua que es el totalitarismo
cubano, la esperanza se renueva en la actitud consecuente y solidaria
que ha asumido la diversa sociedad civil de América.

Hoy se cocina en Cuba una auto-transición del Poder al Poder, que
intenta desconocer la voluntad del pueblo cubano y su exilio,
entronizándose en tanto élite militar tras una mascarada de reformas que
despenaliza ciertas concesiones económicas pero mantiene secuestrados
todos los derechos de la ciudadanía.

Desde que aterricé en la hermana nación de Panamá, reviví en carne
propia la represión al estilo del régimen cubano. Las sinceras disculpas
de la Cancillería Panameña pierden fuerza ante todos los atropellos que
se permitieron después contra la sociedad civil independiente cubana y
de toda América.

Únicamente los activistas de la sociedad civil cubana y los extranjeros
que trabajan con nosotros fuimos amenazados y requisados en Panamá. Mas
no hubo consecuencias para los oficiales de la Seguridad del Estado
cubana -como Alexis Alfonso Frutos Weeden- que golpearon en plena calle
a compatriotas pacíficos, sólo por pensar que nuestra amada Cuba merece,
a la vuelta de más de medio siglo sin elecciones plurales, una
alternativa al totalitarismo. Igualmente esos agentes boicotearon las
mesas de diálogo de la sociedad civil y golpearon a extranjeros acreditados.

Como en la Isla, también en Panamá la oposición cubana ha sido culpable
a priori ante los ojos de la autoridad. Lo real-maravilloso devino así
en el istmo lo represivo-mágico. De ahí la demanda que miembros de la
sociedad civil en favor de la democracia en Latinoamérica elevaremos a
la O.E.A., a la espera de oídos menos indolentes que los de su saliente
secretario general.

Sin embargo, los documentos leídos en plenaria al final sí fueron los
del consenso de la sociedad civil de toda América. De poco sirvió al
régimen su grosería, ante el chillido intolerante de "no hay foro", se
alzó la voz consecuente de la sociedad civil latinoamericana, apoyando
la implementación de "mecanismos vinculantes de consulta ciudadana, como
plebisicitos y referéndums".

Se fraguan ya las redes de la sociedad civil para reclamar una vida en
la verdad. Los jóvenes latinoamericanos nos negamos a ser súbditos de
alianzas y hegemonías que, con una retórica más o menos revolucionaria,
cobra la vida de estudiantes venezolanos o mexicanos, amordaza la prensa
en Nicaragua o en Ecuador, y condena dinásticamente a los cubanos a un
totalitarismo a perpetuidad.

Como mi padre Oswaldo Payá dijera tantas veces antes de su ejecución
extrajudicial en Cuba el domingo 22 de julio de 2012, las dictaduras no
son de izquierda ni de derecha: son sólo dictaduras. Porque los derechos
no tienen color político, ni de raza, ni de cultura. Porque la dignidad
de la persona humana es un don inalienable más allá de los mercados y el
Estado.

Por eso trabajamos ahora en la iniciativa ciudadana Cuba Decide que
propone la realización de un plebiscito, la cual presentamos en las
cumbres paralelas y en el Foro de Sociedad Civil de Panamá. Tras décadas
de dictadura, el gobierno cubano no representa al pueblo. Tampoco
nosotros pretendemos hablar por todos los cubanos, sino que queremos que
el pueblo cubano tenga voz.

Las democracias del mundo tienen hoy la oportunidad de rendir menos
pleitesía mediática a los apretones de mano entre el presidente electo
de la Casa Blanca y el general heredero de la Plaza de la Revolución, y
priorizar la agenda de acompañar a los cubanos en nuestra liberación,
preguntándole al pueblo en un plebiscito que nos devuelva nuestra soberanía.

Source: Pregúntale al pueblo | internacional | EL MUNDO -
http://www.elmundo.es/internacional/2015/04/12/55295f9722601d1f0e8b456e.html