Sunday, April 12, 2015

Las contradicciones de la "doctrina Obama"

Las contradicciones de la "doctrina Obama"
Carlos Chirinos
BBC Mundo
10 abril 2015
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Seis años le tomó a Barack Obama cumplir la promesa de "superar el
pasado" en las relaciones con América Latina que hizo en Trinidad y
Tobago, cuando el flamante presidente estadounidense era la rutilante
novedad de la política internacional.
Dos encuentros continentales después, en la 7ª Cumbre de las Américas en
Panamá, Obama presenta el deshielo con Cuba anunciado en diciembre como
la evidencia de que busca cambiar una dinámica que para muchos quedó
anclada en la Guerra Fría.
Es la primera vez que Cuba asiste a uno de estos encuentros
hemisféricos, que se estrenaron el 1994 en Miami -la capital del exilio
cubano- promovido por el entonces presidente Bill Clinton con la expresa
exclusión del vecino comunista del Caribe.
En el papel, el acercamiento entre Washington y La Habana va en línea
con la diplomacia practicada por Obama desde que llegó al poder en 2009,
en la que la negociación ha reemplazado la confrontación que caracterizó
la de su predecesor George W. Bush.
Eso que algunos llaman la "doctrina Obama" -ensayada con resultados
disparejos con Rusia, Siria, Irán o China- llega tarde a tierras
americanas y aunque hasta ahora en el caso cubano se ha limitado a la
retórica de las buenas intenciones, puede ayudar a desmontar décadas de
desconfianza.
Sin embargo, un creciente foco de tensión se está gestando en el Caribe,
ahora en Venezuela, y podría convertirse en piedra de tranca en las
relaciones hemisféricas, al punto que algunos temen que pueda terminar
dominando el encuentro panameño.

Las contradicciones
Para la Casa Blanca no hay una "doctrina Obama", sino un estilo diplomático.
Dentro de ese estilo todo cabe, incluso aparentes contradicciones, como
profundizar roces con Venezuela mientras busca que la distensión con
Cuba permita a Washington acercarse más a la región.
La reciente decisión de imponer sanciones contra funcionarios del
gobierno de Nicolás Maduro y de paso calificar al país sudamericano de
"amenaza para la seguridad nacional" causó desagrado en cancillerías
latinoamericanas, incluso en algunas que no pueden considerarse como
amigas de Caracas.
Lo que para algunos es un exceso de retórica burocrática ha resultado
contraproducente para Washington, que quedó aislado en lo describe como
un esfuerzo de promover el respeto a los derechos humanos en Venezuela.
Maduro ha advertido que el lenguaje evidencia la intención de derrocar
al gobierno, incluso mediante una "inminente" invasión militar, y ha
usado la coyuntura para movilizar con éxito apoyos dentro y fuera del país.

La subsecretaria de Estado para el hemisferio occidental, Roberta
Jacobson, lamentó que los gobiernos del continente no secunden a su
gobierno y que reparen en cuestiones de una redacción que la misma
funcionaria reconoció como "infeliz".
Cálculos internos
Pero en diplomacia las palabras tienen mucho peso.
Tras intentar explicar al calificativo, en las últimas semanas el
gobierno estadounidense ha asegurado que, aunque el término busca
satisfacer algún requisito legal, en realidad "no significa mucho".

O al menos no significa lo que la gente cree que quiere decir.
El presidente Barack Obama le dijo a la agencia EFE este jueves que no
creía que "Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos, ni Estados
Unidos para Venezuela".
Si Caracas no es una amenaza, ¿entonces se cometió un desliz de lenguaje?
"Es un lenguaje muy fuerte que no tenían por qué usar, pero hay que
recordar que toda política es doméstica", dijo a BBC Mundo Erick Langer,
director del centro de Estudios Latinoamericanos de la escuela de
Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown en Washington.
Langer estima que la coincidencia cronológica entre las sanciones
venezolanas y del deshielo cubano indican que la Casa Blanca está
tratando de apaciguar a los factores dentro de EE.UU. molestos con el
acercamiento con el gobierno de Raúl Castro.
"Es una contradicción aparente (con la "doctrina Obama"), pero abrirse
con Cuba le permite a Obama apretar las cosas con Venezuela".
Cuando hablar no funciona
La vieja alianza entre Venezuela y Cuba ha hecho que desde hace muchos
años algunos sectores estadounidenses pidan mano más dura con el "amigo
del enemigo".
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de
estudios hemisféricos de Washington, aseguró a BBC Mundo que "hubo mucha
presión del Congreso" y que "la diplomacia del entendimiento no estaba
funcionando" con Caracas.
Pese a episodios tensos con expulsión de embajadores y explosiones
retóricas, en términos prácticos las relaciones entre ambos países
siguen funcionando.

Venezuela sigue destinando casi 800.000 barriles diarios de petróleo al
mercado estadounidense y EE.UU se mantiene como su primer socio comercial.
La baja del precio del crudo y el debilitamiento del mercado interno
venezolano por la escasez de divisas ha hecho que las cifras del
intercambio bajaran en los últimos años de US$ 55.000 millones en 2012 a
US$ 41.000 en 2014.
Esa importancia de Venezuela como proveedor y como mercado atractivo
para las empresas estadounidenses hace menos comprensible para muchos la
renovada dinámica de enfrentamiento.
Esta semana, el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, advirtió a
Washington que debe recordar todo el daño que causó a las relaciones
continentales la política hostil hacia Cuba.
"Ahora parece como que quisieran cometer el mismo error con Venezuela.
Semejante problema no debería repetirse".

Source: Las contradicciones de la "doctrina Obama" - BBC Mundo -
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/04/150406_panama_cumbre_venezuela_cuba_cch

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