Tuesday, April 14, 2015

El triste legado de la Cumbre

EN NUESTRA OPINIÓN: El triste legado de la Cumbre
JUNTA EDITORIAL
04/13/2015 2:30 PM 04/13/2015 9:56 PM

La recién finalizada Cumbre de las Américas en Panamá pasará a la
historia como el momento en que Cuba (léase la dictadura cubana) regresó
al foro hemisférico, después de más de medio siglo de ausencia.

Por lo demás, fue una cumbre sin mayor trascendencia, un encuentro para
que los líderes del continente se dieran la mano, intercambiaran
sonrisas y se tomaran fotos, y no mucho más.

Pero la aceptación del régimen de La Habana en un foro que durante
muchos años solo han compartido democracias, marca un nuevo capítulo en
el acontecer político del hemisferio.

El presidente Barack Obama anunció el pasado 17 de diciembre el plan de
normalizar las relaciones con Cuba, tras cinco décadas de desencuentro y
hostilidad. Su argumento: que la fórmula de distanciamiento y oposición
–embargo comercial incluido– no había dado frutos y que era hora de
cambiar de estrategia. El gobernante cubano Raúl Castro aceptó la rama
de olivo, pero aclarando que no habría cambios en el sistema político de
la isla. Fue explícito en la Cumbre de Panamá: "En algunas cosas podemos
ceder; en otras, no".

No aclaró cuáles serían esas cosas en las que no cederá, pero se pueden
predecir con la certeza de no errar: mantener la ausencia de las
libertades políticas y el control estatal de la actividad económica, con
un espacio para la iniciativa privada, pero con rigurosas limitaciones,
y conservar en la isla el dominio del sistema de partido único, es
decir, la hegemonía del Partido Comunista.

Resulta difícil entender cómo en un foro que proclama la adhesión a la
democracia y el respeto a los derechos humanos, se aceptó el regreso de
una dictadura que niega precisamente esos principios. Es cierto que el
presidente Obama dio el primer paso al tender la mano al régimen de La
Habana, pero el deseo de muchos jefes de Estado latinoamericanos de que
Cuba se pudiera sentar a la misma mesa se había expresado desde mucho
antes que el mandatario norteamericano hiciera su histórico anuncio.

En esta recién finalizada Cumbre, la solidaridad por la pertenencia a
una región geográfica –Latinoamérica en este caso– se impuso a la
solidaridad por el mantenimiento de un sistema político. La solidaridad
latinoamericana se impuso a la solidaridad democrática. Ese es el legado
de la Cumbre de Panamá.

Source: EN NUESTRA OPINIÓN: El triste legado de la Cumbre | El Nuevo
Herald El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/en-nuestra-opinion/article18428762.html

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