Saturday, April 18, 2015

El Documento para la estampida

El Documento para la estampida
El pasado año las autoridades consulares de Estados Unidos otorgaron más
de 57 mil visas a cubanos. Según cifras del Ministerio del Interior en
la Isla, la tercera parte de nuestra gente que viajó al exterior en
2014, lo hizo a EE.UU, y el 60 por ciento no habría regresado
viernes, abril 17, 2015 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba. — Es posible que en el mundo real sea ordinario poseer
un pasaporte. Pero en la virtual Comala donde vivimos constituye una
conquista que no tuvo precedentes durante demasiado tiempo. El libre
derecho a obtener un pasaporte (después que nos fue negado durante medio
siglo) significa hoy para nosotros una luz al final del túnel. Es el
primer paso para librarnos (aunque sea por unos días pero mejor para
siempre) de la miseria, el atraso y la falta de oportunidades a los que
nacemos condenados por destino histórico, llamémoslo así.

Mientras el gobierno de Cuba intenta exigir al de Estados Unidos la
derogación de la Ley de Ajuste como un requisito indispensable para el
restablecimiento de relaciones políticas y comerciales, y al tiempo en
que muchos de los gobiernos latinoamericanos apuntan hacia nuestra
aberrante dictadura como un ejemplo a seguir, la gente de a pie en la
Isla solamente cifra sus esperanzas en la estampida. Es otro de esos
casos en que la realidad echa por tierra los discursos.

Así pues, el temor de que más temprano que tarde sea abolida la Ley de
Ajuste Cubano, no sólo ha vuelto a disparar los índices de los
desesperados que huyen en frágiles embarcaciones. Todo lo que vuele o
flote vuelve a ser buen vehículo y todas las variantes parecen pocas.
Entre ellas la posibilidad de viajar legalmente, tanto a los Estados
Unidos como a cualquier otra nación que sirva de trampolín. Y es ahí
donde el pasaporte perdió su apelativo corriente para conquistar un
nombre, sinónimo de exclusividad, como ya sucedió antes con el partido
comunista, al que llamamos El Partido, descartando la cabida de los
otros, o con la cuartilla de racionamiento, a la que eufemísticamente
llamamos La Libreta.

El pasado año las autoridades consulares estadounidenses en La Habana
otorgaron más de 57,000 visas a cubanos que solicitaban viajar a su
país. Según cifras de la Dirección de Inmigración y Extranjería del
Ministerio del Interior en la Isla, la tercera parte de nuestra gente
que viajó al exterior en 2014, lo hizo a E.U, y el 60 por ciento no
habría regresado. 2,059 navegantes cuasi suicidas sobre diversas
cáscaras flotantes fueron interceptados en el Estrecho de la Florida.
815 lograron llegar para recibir refugio gracias a la Ley de Ajuste.
22,567 accedieron a suelo estadounidense mediante sus fronteras por tierra.

Según estimados recientes de la Oficina de Aduanas y Protección de
Fronteras, en Estados Unidos, en el primer trimestre de 2015 se observa
un incremento de 60 por ciento entre nuestros compatriotas que emigran
hacia esa nación.

A nadie debe extrañar entonces que en las oficinas habaneras del DNI
(donde expiden El Documento), las colas de gente ansiosa compitan en
estos días con las que hacemos para comprar papas en los agro-mercados.
La diferencia, a favor de estos últimos, es que en las tarimas de papas
sólo venden papas, mientras que en las oficinas del DNI las colas son
para todo en uno, o sea, la misma para varias gestiones diferentes, por
lo que el servicio resulta abusivamente lento y agobiante, a pesar de
que, a diferencia de las papas, el pasaporte cuesta 100 cuc, una cifra
muy por encima del salario medio del cubano.

Constantes averías en las conexiones informáticas de estas oficinas,
demoras injustificables en la atención, errores, fallas técnicas…
coronan la única respuesta que al parecer puede dar el gobierno a una
demanda de servicios tan masiva y que tan suculentas ganancias le está
reportando. No obstante, la gente insiste, testaruda. Han hecho
malabares económicos para pescar su pasaporte y no habrá cola larga ni
indolencia burocrática que les desestimulen. El Documento es hoy aquí la
buena noticia con la que todos esperan ponerse al día.

Mientras, la mala noticia, tanto para el régimen de Cuba como para los
cientos de miles de ciudadanos de la Florida que deploran la posibilidad
de que nuestra gente de a pie (ansiosa por escabullirse de los horrores
de la dictadura totalitarista y de la falta de esperanzas) emigre como
pueda hacia tierras estadounidenses, es que con la Ley de Ajuste Cubano
o sin ella, a través del mar o el aire, por terceros países o como tenga
lugar, continuará haciéndolo, porque sus motivaciones, muy por encima de
toda regulación y de toda política, no han cambiado ni una pizca: se
trata del impulso defensivo, inherente a los seres humanos, de
arriesgarlo todo en busca de un mínimo de seguridad para la vida.

Bruce Springsteen afirma en una de sus canciones: "Aprendimos más con un
disco de tres minutos que con todo lo que nos enseñaron en la escuela".
Aquí la máxima es aplicable a El Documento, cuyo nombre propio nos
enseña más sobre la historia de la revolución cubana que los cientos de
miles de libros y panfletos y discursos y textos para escolares que se
han publicado en medio siglo.

Source: El Documento para la estampida | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/el-documento-para-la-estampida/

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