Sunday, April 12, 2015

El castrismo sigue siendo el castrismo

El castrismo sigue siendo el castrismo
Continúan los mítines de repudio, la violencia y la descalificación de sus adversarios. El acercamiento con EEUU no cambia la cara fascista del régimen
viernes, abril 10, 2015 |  Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba. – Imagino que los acontecimientos en Panamá, durante la jornada inaugural del Foro de la Sociedad Civil, les hayan caído como un jarro de agua fría a aquellos ilusos que pensaban que Cuba estaba cambiando.

El castrismo, ese sistema de gobierno que siempre se ha caracterizado por los mítines de repudio, la violencia, y la descalificación de sus adversarios, no ha cambiado ni un ápice. No importa que vaya desvaneciéndose la concepción de “fortaleza sitiada”, que esgrimían los elementos de línea dura de la nomenclatura cubana en los momentos de tensión en las relaciones con Estados Unidos.

Los enviados del gobierno cubano emplearon ahora en Panamá esos métodos espurios contra los verdaderos representantes de nuestra sociedad civil, en un intento por acallar las voces que iban a denunciar la triste realidad de la isla.

Entonces las adecuaciones en el modelo económico, el incentivo a las inversiones extranjeras, y la anunciada nueva ley electoral, entre otros, no son más que retoques cosméticos con el fin de mejorar el rostro de una vieja dictadura que no renuncia a su esencia represiva.

Los Abel Prieto, Luis Morlote, y compañía— hasta un total de 200 personajes identificados con la maquinaria de poder en Cuba—, argumentaron que no podían compartir el local de la reunión con “terroristas y mercenarios pagados por el imperio”. Pero es que, para el castrismo, cualquiera que se le oponga ya es un mercenario al servicio de Estados Unidos.

Y si no han desaparecido a todos los opositores, periodistas independientes y activistas prodemocracia que laboran en el interior de la isla, ha sido por temor a la condena internacional, y no precisamente por una inclinación hacia la tolerancia. Los escándalos provocados por la detención del poeta Heberto Padilla en 1971, y el arresto de los 75 opositores en 2003, son ejemplos de que la comunidad internacional no se cruza de brazos ante los desmanes de las autoridades cubanas.

En esta ocasión la turba castrista no se limitó a gritar, proferir insultos y alterar el orden en la puerta del salón donde tenía lugar el Foro de la Sociedad Civil, sino que también extendió sus tentáculos a otros sitios de la Ciudad de Panamá. Específicamente en un parque de esa urbe, donde un grupo de “sindicalistas” panameños la emprendieron contra opositores cubanos que se disponían a homenajear a nuestro Héroe Nacional José Martí. Esa violencia se repetiría en la segunda jornada.

Por supuesto, esos “sindicalistas” y otros elementos similares integran la tropa internacionalista de Kenia Serrano y sus muchachones del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), que se dedican a velar por los intereses del castrismo en cualquier parte del mundo. Una vez que los cinco agentes cubanos fueron liberados de cárceles norteamericanas, el único contenido de trabajo que le resta al ICAP es entrenar a sus integrantes para que los piñazos y las patadas sean propinados con mayor efectividad. Y para ello el ICAP se ha fortalecido con el nombramiento de uno de los cinco, Fernando González, como uno de sus vicepresidentes.

Por suerte para la democracia, esta vez, al parecer, los organizadores del Foro de la Sociedad Civil no cedieron a las presiones del castrismo.

Source: El castrismo sigue siendo el castrismo | Cubanet - http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/el-castrismo-sigue-siendo-el-castrismo/

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