Monday, April 20, 2015

El caso de España ya es de risa

El caso de España ya es de risa
España ya no pinta nada dentro de un continente que une vez fue uno y
suyo. Aunque el nivel de las inversiones brutas alcanzó en 2014 casi el
mismo nivel de 2011, ese flujo es una gota de agua comparado con el
interés que despierta en la región el gigante chino
lunes, abril 20, 2015 | Fernando Nuñez

PARIS, Francia – No solamente el ministro de relaciones exteriores de
España, García Margallo fue ignorado por Raúl Castro durante su última
visita a La Habana el 26 de noviembre, sino que la Cancillería y la
Embajada (que siempre aseguran a sus interlocutores europeos poseer
informaciones de inteligencia de primera mano) quedaron fuera de las
negociaciones que culminaron el 17 de diciembre del año pasado. Los
españoles se enteraron igual que todo el mundo por los cables de las
agencias de prensa. Se trata de uno de los ridículos más grandes que ha
podido hacer la diplomacia peninsular (que ya de por sí es bastante
gafe) en el ámbito internacional en los últimos años. Otro ministro de
exteriores con más vergüenza que el actual habría renunciado a su cargo.

Un reciente editorial de El País[1] pedía: "en el nuevo tablero
geoestratégico que se está dibujando en la cumbre de Panamá (…) un
esfuerzo por parte del Gobierno y del mundo económico españoles para no
permitir que España quede relegada en un momento clave que definirá el
futuro en Latinoamérica". Lamento comunicarle al editorialista de ese
panfleto al servicio del nacionalismo catalán, que eso ya no es posible.
Los gobernantes españoles han llegado tarde. Su falta de visión (que no
es de ahora) ha conducido a una pérdida de influencia irremediable en un
país, que al contrario del resto de las naciones continentales, está
poblado exclusivamente por españoles.

Hace un año o dos, hubiera sido muy fácil, como lo vienen pidiendo desde
el año 2008 varias asociaciones en Puerto Rico y en Cuba, extender la
ciudadanía a todos los cubanos y puertorriqueños que lo así lo
desearan. Como lo reconocía el marqués de Olivart, hace 117 años, en su
libro La nacionalidad de los cubanos, la cláusula que privaba a los
naturales de aquellas islas de ese derecho cuando se firmó el Tratado de
París no era legal y podría ser impugnada cuando lo quisiera España.
Esta era también la opinión de Montero Ríos, el jefe de la delegación
española, quién se quejó expresamente ante el comisionado norteamericano
y los cubanos presentes en aquel cónclave[2]; sin embargo, la gran
verdad es que ningún gobierno español ha querido hacer justicia a sus
ciudadanos desde entonces. Una ley extendida de la nacionalidad habría
provocado en Cuba un seísmo de consecuencias incalculables, empezando
por la desarticulación del castrismo. Ahora ya es tarde.

Los dirigentes cubanos han olvidado (o lo pretenden por la urgencia y la
euforia vindicativa del momento) que la política del buen vecino ya ha
existido. La impuso Roosevelt en 1933 y duró, como se sabe, lo que duran
las conveniencias políticas. Después, Latinoamérica mantuvo durante
décadas una larga cadena de dictaduras sostenidas abiertamente por
Washington. Más recientemente, cuando las cosas no funcionaban como lo
deseaban Kissinger y los otros aprendices de brujo que le sucedieron en
el U.S Department of State, allí estaba la Navy para restablecer la pax
americana, como ocurrió en el propio Panamá en 1988. No nos llamemos a
engaño. Sin los cambios estructurales que sólo podían venir del
empoderamiento de la sociedad civil, ignorada y maltratada por el
oficialismo castrista dentro de Cuba y fuera de ella, la nueva política
de buena vecindad reactivada por Obama sólo provocará dentro de algunos
años otra guerra sangrienta entre cubanos.

Otra cosa que ha quedado clara en la VII Cumbre de las Américas, es que
España ya no pinta nada dentro de un continente que une vez fue uno y
suyo. Aunque el nivel de las inversiones brutas alcanzó en 2014 casi el
mismo nivel de 2011, ese flujo es una gota de agua comparado con el
interés que despierta en la región el gigante chino o ruso; sin hablar
de los intercambios Norte-Sur que resultaron sin sorpresa los más
significativos. Si bien el Caribe seguía siendo el pariente pobre de
esas Inversiones Extranjeras Directas (IED), los recientes
acontecimientos parecen indicar que esta situación va a cambiar
drásticamente el próximo lustro… sin España y sin los cubanos.

Source: El caso de España ya es de risa | Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/el-caso-de-espana-ya-es-de-risa/

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