Thursday, April 9, 2015

Crónica de una estúpida guerra contra los monumentos

Crónica de una estúpida guerra contra los monumentos
[09-04-2015 14:43:34]
Mario Hechavarría Driggs

(www.miscelaneasdecuba.net).- La noticia viene del Parque Central, un
diario concurrente a la habitual peña deportiva, dejando a un lado el
Play Off de la Pelota nacional, anunció a gritos: ¡Están restaurando el
águila del Maine, dicen que volverá a su lugar muy pronto!
De ser verdad, estaríamos ante la última acción de un prolongado
combate, tan sordo como el diálogo sobre derechos humanos que acaban de
protagonizar en Washington los delegados de Cuba y los Estados Unidos.

La guerra contra las estatuas se traduce en un combate sordo de medio
siglo intentando tergiversar el pasado. El Mayor General José Miguel
Gómez fue derribado de su pedestal en la Avenida de los Presidentes,
tirando en un rincón y luego vuelto a colocar en su sitio.

Hay casos extremos, como la puerta de hierro que cierra la verja
alrededor de la ceiba del Parque de la Fraternidad Americana, allí
aplicaron una antorcha de acetileno, borrando el nombre del Presidente
Machado, promotor de numerosas construcciones que embellecieron la
ciudad, entre otras el Capitolio y el remozamiento del Prado.

Al titán Maceo le tuvieron enclaustrado injustamente durante varios
años, lejos del libre tránsito de sus admiradores, rodeado de altos
muros de hierro y cemento, en su extensa área monumental junto al
Malecón. Semejante a un recinto militar, la entrada contaba con garita
de control y vigilantes. Felizmente era demasiado y terminaron por
tumbar las cercas. De paso, valdría la pena contabilizar los gastos de
la insensata operación.

Otras esculturas permanecen de milagro en sus añejos pedestales,
esperando resucitar algún día. Supervielle parece molestarse en su
reconocida probidad, contra muchos de los clientes que derrochan pesos
convertibles en el cercano supermercado Harris Brothers. ¡Vaya usted a
saber cómo llenaron sus bolsillos!

Un reciente documental titulado "Nacidos en el 59", circula
clandestinamente a través de las memorias USB, el llamado "internet
popular". Los protagonistas se definen a sí mismos con la frase Somos la
generación del cambia cambia.

Al menos no han tocado a nuestro Martí de blanco mármol, con la mano
extendida y el dedo acusador en el Parque Central de la noticia. Cerca,
desde lo alto de la torre Art Decó Bacardí, el orgulloso murciélago de
una marca emblema de la nación, espera aletear de nuevo.

No es de extrañar entonces, el regreso del águila herida de los Versos
Sencillos del Apóstol, derribada a mandarria limpia por el Comandante
Camilo Cienfuegos. ¿Aparecerá nuevamente el querido barbudo del sombrero
alón?

Source: Crónica de una estúpida guerra contra los monumentos -
Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/552673f63a682e1a0c4177be#.VSZ8LPmUc3Q

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