Monday, March 9, 2015

El guagüero contra el Imperio

El guagüero contra el Imperio
Maduro sigue copiando a sus mentores. Le ha dado a EE UU 15 días, para
que reduzca el personal de su embajada en Caracas: De 100 a 17. Le fue
comunicado al encargado de negocios estadounidense durante un encuentro
que la canciller venezolana calificó como "cordial y ameno"
lunes, marzo 9, 2015 | René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba -Si por algo se ha caracterizado el régimen que durante
decenio y medio ha hecho su voluntad en Venezuela, ha sido por imitar al
de Cuba. Partiendo de la tendenciosa interpretación que dan a los hechos
los "socialistas del siglo XXI", esa copia se explica. Si el teniente
coronel Hugo Chávez consideraba que la isla caribeña es "un océano de
felicidad", entonces parece bastante natural que él y sus seguidores
hayan procurado calcar la labor de los castristas.

Los cubanos, que hemos sufrido las duras realidades por más de medio
siglo, sabemos que toda esa concepción se basa en una tergiversación
descomunal. En realidad, las recetas de los triunfadores de 1959
constituyen una guía segura hacia la involución y la ruina. Así lo
demuestran los hechos, pero al multitudinario ejército de asesores
provenientes de la Isla que ha invadido Venezuela, no le basta con haber
hundido a la Patria de Martí en el desastre actual. Ahora están
empeñados en hacer lo mismo con la de Bolívar.

Y a juzgar por las noticias más recientes que nos llegan desde Caracas,
el éxito está coronando los esfuerzos que el ex guagüero Maduro y su
equipo, mal aconsejados por los cubanos, realizan en ese sentido. Las
penurias y escaseces de todo tipo —¡hasta de divisas!— se enseñorean de
un país cuyo principal rubro exportable gozó durante más de un decenio
de precios fabulosos que le aportaron ¡sobre un billón de dólares!

Siguiendo el ejemplo sentado en su momento por Fidel Castro, el sucesor
de Chávez intenta combatir la irritación popular y el descenso de su
popularidad utilizando medios nada idóneos para ello. Huye hacia
adelante y lanza todo género de acusaciones contra los demócratas que se
le oponen, a quienes tilda de "agentes del imperialismo yanqui".

Al igual que hacía el teniente coronel de Barinas, Maduro no
desaprovecha ocasión para denostar al gobierno de Washington con el fin
de fomentar el enemigo externo que necesita. Con tal de agitar en ese
sentido, el actual inquilino de Miraflores no vacila en morder la mano
que alimenta a su país. (No hay que olvidar que Estados Unidos es —con
mucho— el principal comprador del petróleo venezolano.)

El más reciente capítulo en esta desaforada ofensiva antiyanqui es el
ultimátum que el régimen chavista le ha dado al gran país del Norte para
que éste, en un plazo de quince días, reduzca el personal de su embajada
en Caracas: ¡De 100 a 17!, que es el número de los funcionarios que
laboran en la representación diplomática del país sudamericano en
Washington. Esto fue comunicado al Encargado de Negocios estadounidense
durante un encuentro que la actual canciller venezolana tuvo la
desfachatez de calificar como "cordial y ameno".

Este episodio constituye una nueva imitación —con ribetes simiescos— del
actuar de los mentores cubanos de Maduro: No debemos olvidar que, al
comenzar enero de 1961, Fidel Castro también exigió la drástica
reducción del número de los diplomáticos norteamericanos acreditados en
Cuba. La demanda constituyó el prólogo a la ruptura de las relaciones
entre ambos países, que dura hasta hoy, aunque ahora se negocie el
restablecimiento de éstas.

En aquella ocasión, el reclamo del "Máximo Líder", formulado el 2 de
enero de 1961, recibió una enérgica y rapidísima respuesta de la Casa
Blanca: Al día siguiente se anunció la decisión estadounidense de romper
las relaciones con la Isla caribeña. Ya sabemos que entonces corrían los
últimos días de la Administración del general Eisenhower; hoy es Barack
Obama quien despacha en la famosa Oficina Oval washingtoniana.

Por el momento, las autoridades norteamericanas sólo han expresado, con
gran comedimiento, que darán su respuesta al gobierno venezolano "por
vía diplomática después de la debida consideración de su petición". La
portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, no olvidó recalcar que
disponen de una quincena para hacerlo.

¿Qué debemos esperar cuando se acerque el vencimiento del plazo? ¿Cabe
suponer una respuesta fulminante como la dada por Eisenhower? No parece
probable. ¿Debemos esperar una retaliación de los estadounidenses? ¿Que
a su vez exijan que el límite de 17 funcionarios se aplique no sólo al
personal de la Embajada en Washington, sino al de todas las oficinas
diplomáticas que Venezuela tiene en Estados Unidos (incluyendo los ocho
consulados)?

No será menester esperar mucho tiempo para conocer el desenlace de este
nuevo capítulo de la serie "El guagüero contra el Imperio".

Source: El guagüero contra el Imperio | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/el-guaguero-contra-el-imperio/

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