Tuesday, March 10, 2015

El antiimperialismo pro-norteamericano de los cubanos [II]

El antiimperialismo pro-norteamericano de los cubanos [II]
Esta es la segunda y última parte de un artículo, cuya primera apareció
ayer lunes
Waldo Acebo Meireles, Miami | 10/03/2015 11:26 am

Los vientos que soplaban del norte actuando contra natura se llevaron a
los marielitos, creando con ello las condiciones no sólo para una nueva
película de Hollywood, sino para la entrada de más popis y jeans.
Ahora ya no funcionaban las historietas de los médicos manejando
ascensores, ingenieros lavando platos y demás leyendas, que aunque
teniendo, como toda leyenda, una base real ya con ellas no se podía
adormecer a la gente. Con esos cuentos de terror y espanto ya no se le
metía miedo a nadie.
Como alguien, que prefiero no mencionar, una vez dijo: Los hechos son
tercos. Y los hechos decían claramente y con mucha terqueza de que los
cubanos seguían admirando el norte, que ahora incluía a una buena
cantidad de cubanos que habían tenido éxito, por lo menos relativamente
y en comparación con los que habían permanecido en la Isla, o por si
alguien se molesta, en el archipiélago.
El conflicto se agudizó, el trastorno bipolar de los cubanos se hizo
crítico. A ello contribuyeron factores diversos y el uso de esos
factores por la retórica oficial de una forma tenaz y justificada. El
bloqueo, el embargo, o como prefiramos llamarlo ha sido una constante en
la alienación criolla. Llevada hasta el paroxismo por el culto sagrado a
los "Cinco Héroes", rescatados de las mazmorras bien cebaditos y ahora
"enmedallados".
No es para menos, descontando el uso y abuso de este asunto en los
medios de propaganda, para la justificación de todos los problemas, no
desmiente lo que alguna vez dijo Benjamin Franklin sobre la definición
de la locura: como alguien que repite una y otra vez las mismas acciones
esperando un diferente resultado. El embargo es la locura política usada
a su vez para mantener enajenado a todo un país.
Pero la irracionalidad no se limita, desgraciadamente a esto, hay más y
más agresivo y disonante. Los gritos de "baños de sangre", las
hiperbólicas demandas de recuperar casas, tierras, fábricas y lo que
sea, no son precisamente pastillitas de diazepam. Tampoco los
energúmenos discutiendo sobre la viabilidad antihistórica del estado 51
ayudan mucho.
Ello quizás explique el fenómeno de gente que ya no cree en que ninguna
solución de la situación cubana pueda producirse desde la retórica
gubernamental y a la vez se niega a aceptar las propuestas que admiran
en el vecino. El dicho popular "esto no hay quien lo tumbe pero tampoco
hay quien lo arregle", refleja esa impotencia de la pragmática popular
que como siempre eclosiona en el choteo.
Ese desagrado por las fórmulas, pero no por los productos, de la
sociedad de consumo tiene un sustrato conciente, o inconsciente, en
varios aspectos de la realidad cubana, por una parte la comprensión,
pero no aceptación, de que por ejemplo los retiros a los 55 o los 60; la
educación universal gratuita; la medicina gratuita; las licencias
extendidas de maternidad y otros "logros" similares, con independencia
de los defectos que tengan, no podrán ser mantenidos dentro de una
economía racional en un país como el nuestro, es algo que preocupa a
todos los "beneficiarios". Saben que es imposible mantener semejante
sistema de beneficios pero, por muy deteriorados que en realidad estén,
no quieren perderlos.
Y por otro lado la penetración controlada y limitada de fórmulas
capitalistas en manos de inversionistas extranjeros en determinados
sectores, tampoco es algo para tranquilizar a nadie ya que esos
capitalistas han usado las variantes más agresivas apoyadas e
incrementadas por sus contrapartidas nacionales. En resumen capitalismo
salvaje plus bestialidad burocrática. Pero nueva ambivalencia, los
cubanos se matan por dejarse explotar por los nuevos colonizadores
españoles, o de donde sean.
¡Vaya que no hay dios que entienda!
No, en realidad todo esta clarito, clarito, lo que quieren los cubanos
es lo mejor de cada mundo posible, es como un Pangloss multidimensional,
es el optimismo llevado a la apoteosis, es la bobería disfrazada de
genialidad, es el tapar el sol con un dedo y el otro…, es lo imposible
visto como perfectamente realizable a corto plazo y sin mucho problema.
Ahora se ha destapado el embullo, que no es igual a entusiasmo, con la
prometida reanudación de pretensas relaciones diplomáticas entre los
gobiernos raulista y obamista. Es la nueva utopía cubiche, con la
ventaja de que mientras se cumple pueden seguir gritando:
¡Manden más que estamos ganando!

Source: El antiimperialismo pro-norteamericano de los cubanos [II] -
Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-antiimperialismo-pro-norteamericano-de-los-cubanos-ii-322226

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