Monday, March 9, 2015

Conan, ¡el bárbaro!

Conan, ¡el bárbaro!
Con su humor frivolo y pujón, O'Brien mostró a Cuba como "El País de las
Maravillas"
lunes, marzo 9, 2015 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba - Probablemente el más divertido de los programas que ha
hecho en toda su carrera el comediante norteamericano Conan O' Brien es
el que realizó en La Habana a mediados de febrero y que emitiera hace
unos días la cadena TBS.

Durante una hora, con su humor frívolo y pujón, O'Brien mostró a los
televidentes un país como lo quieren pintar el editorialista Londoño y
sus jefes de The New York Times y ciertos oportunistas interesados en
hacer negocios con la dictadura castrista, pero que no tiene mucho que
ver con el país real.

Lo que vio O'Brien en Castrolandia fue casi el País de las Maravillas.
Solo se echaba de menos la sonrisa del gato Cheshire. En cambio, poco
faltó para que apareciera el timbiriche del Sombrerero y la Falsa
Tortuga, encargada de implementar los Lineamientos Económicos, sin prisa
pero sin pausa.

Si O'Brien hubiese mostrado "la vida cotidiana de los cubanos", como
dicen algunos despistados, en vez de distraer –que fue exactamente lo
que hizo- lo que hubiese dado ganas de llorar a moco tendido.

Pero nada de eso. O´Brien no pretendía inducir pesadillas ni espantar a
los futuros turistas. ¿Para qué agobiar a los televidentes, casi a la
hora de irse a la cama, con historias de personas hambreadas y mal
vestidas a los que los techos, llenos de filtraciones de las ruinosas
casas en que viven hacinados con sus parientes están al caérseles encima?

¿A quién le importan los perdedores, incluso si son la inmensa mayoría?

En vez de historias deprimentes, O'Brien se decidió por las mulatas sexy
y sandungueras, los jóvenes que sueñan con Facebook y las películas y
seriales que descargarán de Netflix cuando en Cuba haya amplitud de
banda, los pequeños empresarios exitosos y los restaurantes hechos para
sibaritas y bon vivants.

Poco faltó para que, entre tanto guitarrero feliz a la caza de los
dólares y euros de los turistas, resucitara a Desi Arnaz y lo pusiera a
tocar maracas, junto a las santeras y los barbudos comandantes de
utilería de Eusebio Leal, en una acera de la Habana Vieja.

Y si ya hubiera sido la Feria del Habano –O'Brien se la perdió por unas
semanas- hubiera entrevistado a Naomi Campbell y Paris Hilton, a ver si
se decidían a contar los chismes de sus recholatas con los hijos de la
elite en ese fiestón anual para millonarios.

Lo mejor del show fue cuando O'Brien se hizo el sorprendido por "la
variedad de marcas en un supermercado". Anaqueles repletos de vino seco
(de una sola marca), pero faltaban el café, el detergente, etc.,
etc.¿Visitaba las TRD mal administradas por las FAR?

Supongo que su sorpresa debió haber sido aun mayor por los precios de
espanto que tienen los productos –cuando los hay- y que los hacen
inalcanzables para la mayoría de la población a la que los salarios de
miseria que cobran solo les alcanza para malcomer una semana. Pero de
eso, O'Brien no se dio por enterado.

Después de todo, en un comediante como O'Brien el absurdo juega un
importante papel. Allá los que se tomen en serio sus disparates y crean
que eso es Cuba.

luicino2012@gmail.com

Source: Conan, ¡el bárbaro! | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/conan-el-barbaro/

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