Saturday, December 13, 2014

El hechizo de los redentores

El hechizo de los redentores
[12-12-2014 13:46:49]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Los griegos decían que el carisma era un
regalo divino, en consecuencia si procede de los dioses, es ajeno a
los conceptos sobre el bien y el mal de los simple mortales.

Esa habilidad para generar entusiasmo, atraer, convencer, llamar la
atención e inspirar confianza, es un don especial que atrapa a los
magnetizados en una telaraña virtual de la que se hace difícil escapar
porque entre otros factores, engendra dependencia y complicidad.

A esos individuos les puede rodear un aura de santidad o heroísmo. Sus
actos difieren de los de las mayorías. Son rebeldes y tienen una
infinita confianza en sus capacidades.

Otros componentes posibles de estas personalidades son: una sonrisa
perpetua que muta a rigidez y furia celestial, cuando lo que propone
está en peligro o es atacado.

Un lenguaje halagador fácil, sencillo. Rápida confraternización con el
interlocutor o el público. Capacidad de trasmitir su certeza a la
multitud a la que se dirige, como si fuera a un individuo en particular.

El líder carismático se diferencia del "Jefe" en que no inspira miedo,
gana adeptos por el respeto y la confianza que infunde. Vende a futuro,
promete paraísos que el ávido comprador negaba minutos antes fuera
posible su existencia.

Sin embargo en no pocos casos los lideres carismáticos han sido crueles,
manipuladores, malignos, y con una capacidad de destrucción de carácter
excepcional. Sus seguidores se transforman en las herramientas de sus
propósitos.

La condición mesiánica de este tipo de líder suele desarrollar toda su
potencialidad en una sociedad en crisis. Una comunidad nacional o local
en problemas, es un caldo de cultivo ideal, porque vigoriza la figura
del Guía, lo que le permite desarrollar hasta en los más pequeños
detalles sus propuestas.

El carisma es intangible y difícil de definir. La apariencia física, la
voz, el talento para la comunicación y una inteligencia notable, son
entre otros, factores que pueden hacer mas intensa y extensa la
capacidad de persuasión del elegido, pero aunque algunas de estas
cualidades falten, el individuo sigue siendo una personalidad notable
que no pasa inadvertida para quienes le rodean.

El líder carismático tiene una autoridad muy difícil de cuestionar. Sus
decisiones son respaldadas voluntariamente por sus partidarios y cuando
deciden extender su influencia hasta aquellos que son inmunes a su
magnetismo y recurre a la violencia, le es fácil encontrar fieles
dispuesto a llevar la nueva verdad hasta el último cobijo.

La confianza que inspiran y las esperanzas que siembran, atraen
labriegos morales que sin cargos de conciencia, aplican la guadaña para
eliminar la hierba corruptora.

El Profesor Richard Wiseman dice que una persona carismática tiene tres
atributos, A) Siente emociones de forma muy intensa, .B) Las induce en
otras personas .C) Es ajena a la influencia de otras personas carismáticas.

Por otra parte Max Weber considera que estos lideres tienen la
habilidad de trasmitir ideas complejas de forma sencilla, se comunican
usando símbolos, analogías, metáforas e historias.

Desde hace mucho tiempo escuchamos decir que a determinado dirigente le
falta carisma para convencer, como si esa condición de excepción fuera
suficiente para que un elector consciente le conceda su confianza.

El carisma como dice Weber, no es garantía de que la misión proyectada
sea la correcta, ética y exitosa, por lo que aquellos que tienen el
derecho a elegir a sus representantes, sin rechazar el liderazgo
carismático, deben ser mas juicioso y no dejarse encantar por modernas
sirenas.

Los medios de comunicación han sido un factor determinante en promover
individuos carismáticos.

En el pasado las condiciones de excepción de estas personalidades
quedaban circunscritas a espacios limitados, pero en la actualidad son
globalizadas y su imagen y discursos, satisfacen las expectativas de
los que demandan reivindicaciones hasta en lugares que en el pasado
reciente no era posible.

No hay vacunas contra el carisma si exceptuamos la plena conciencia de
que se poseen derechos naturales que no pueden ser transferidos ni
asumidos por otros. La experiencia es un antídoto, haber padecido o
convivido en un "paraíso", puede estimular anticuerpos contra un nuevo
hechizo.

Pero es evidente que hay quienes nacen inoculados o tienen
disposición a ser contaminados. Son seducidos, atraídos, convencidos y
esclavizados por un Mesías redentor, cuyas promesas pueden no ser de
este mundo, pero que los partidarios asumen como una realidad
incontrastable y pueden hasta matar por ellas.

Muchos opinan que el flautista de Hamelin era un intérprete de gran
carisma, que su persona podía pasar inadvertida, pero su flauta tenía la
capacidad de conducir hasta la propia muerte a los ratones de aquel
modesto poblado alemán, lo que obliga a pensar que algunas personas
tienen oídos de ratones y marchan hacia los precipicios sin percatarse
del desastre.

Source: El hechizo de los redentores - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/548ae3b93a682e109c39a81c#.VIwkSivF9HE

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