Monday, December 8, 2014

Creció la economía en 2014?

¿Creció la economía en 2014?
ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES | Los Ángeles | 8 Dic 2014 - 8:26 am.

Desde el Che, todos los dirigentes cubanos relacionados con la economía
han mentido. A la hora de medir el PIB, el castrismo se vuelve creativo.

Una vez más el Gobierno pasa gato por liebre cuando informa sobre el
comportamiento anual de la economía de la Isla. Hace unos días, el
ministro de Economía, coronel Marino Murillo, adelantó que en 2014 el
Producto Interno Bruto (PIB) aumentó en un 1.3%, cifra que aunque por
debajo del 2.2% programado, está en terreno positivo. Murillo afirmó que
el crecimiento en 2015 será "ligeramente superior al 4%".

Así será informado el próximo 19 de diciembre en la Asamblea Nacional.
Pero, ¿creció de veras la ruinosa economía cubana? No, y tal vez tuvo
una contracción superior al 0.5% registrado por los países
latinoamericanos integrados en el Mercosur (Venezuela, Argentina,
Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay), en contraste con las naciones de
gobiernos más sensatos, miembros de la Alianza del Pacífico (México,
Colombia, Perú y Chile), que crecieron un 2.8%, según la CEPAL.

El PIB es el valor monetario del total de la producción de bienes y
servicios (cobrados) de un país, generalmente en un año. El de Cuba
apenas puede crecer por dos razones: 1) Cuba produce muy poco (tuvo que
importar alimentos por más de $2.100 millones en 2014), y 2) desde hace
unos 20 años la tasa de inversión no llega ni al 10% del PIB, mientras
en el resto de Latinoamérica oscila entre el 25% y el 32%. O sea, de
hecho, el país está descapitalizado. Y sin inversión no hay incremento
de producción y servicios.

Pero los Castro tienen sus mañas. Suman como nuevos valores creados (que
van al PIB) los servicios gratuitos de salud pública, educación y otros,
que no generan ingresos, sino que son egresos del Estado. Algo único en
la tierra.

La costumbre de falsear estadísticas data del propio año inaugural 1959,
cuando en el mes de noviembre el marxista-estalinista Che Guevara (que
de finanzas no sabía nada) sustituyó al economista liberal Felipe Pazos
como presidente del Banco Nacional de Cuba.

Cuando al médico argentino le informaron que el PIB en 1959 había
crecido menos de un 1% montó en cólera y ordenó que se emplease un
método no tradicional, más "creativo" para calcular el PIB. El neófito
presidente del Banco Nacional cubano consideró que aquella exigua tasa
de crecimiento presentada era una acción deliberada de tecnócratas
"burgueses" para dañar la imagen del Gobierno Revolucionario.

Desde entonces, Cuba carece de un sistema confiable de cuentas
nacionales para medir el PIB. Tiene uno tan "original" que permite
inflar las cifras con fines políticos. Al implantarse el sistema de
economía centralmente planificada y sobre todo con la entrada de Cuba en
el CAME no hubo mayores problemas, pues en las economías comunistas las
cifras macroeconómicas se podían adecuar a las "orientaciones" de la
cúpula dictatorial. Incluso al PIB se le cambió el nombre por el de
Producto Social Global (PSG), un invento soviético para diferenciarlo
del modelo occidental.

Gato por liebre

Al derrumbarse el sistema comunista europeo Cuba regresó a los tiempos
del Che Guevara en el BNC, pero los economistas esta vez fueron aún más
creativos y surgió el actual sistema de medición del PIB.

Este consiste en aplicar arbitrariamente cuentas y categorías
capitalistas a una economía socialista. Por ejemplo, en el sector de la
salud se calcula cuánto costarían en países capitalistas las cirugías
realizadas en los hospitales de Cuba durante un año. Igualmente el
Gobierno hace un estimado de cuánto valdría cada análisis de sangre,
rayos-X, ultrasonido, o una consulta con un especialista. En el sector
de la educación se calculan los costos de las carreras universitarias en
naciones capitalistas, o los cursos que se dan por la TV si se vendieran
en DVD como en otros países, etc.

Esta ficción contable equivale a miles de millones de dólares que se
contabilizan como ingresos y nuevos valores creados. O sea, se suman
valores ficticios de servicios prestados gratuitamente como si hubiesen
sido cobrados y generado ingresos a instituciones privadas. Y todo
basado en otro fraude, al darle al peso convertible (CUC) una
equivalencia con el dólar estadounidense que simplemente no tiene.

Gratuidad pagada por "amigos"

Lo de registrar pasivos como activos quizás fue inspirado en que en la
contabilidad normal (la capitalista) las Cuentas por Cobrar son parte
del Activo Corriente, pues se convierten en ingresos al ser cobradas.
Pero en Cuba la salud y la educación son servicios estatales no
cobrables, que además no pueden ser sustentados por una economía tan
improductiva que no genera riquezas suficientes para financiarlos. Es
por ello que la nación necesita subsidios multimillonarios, que antes
llegaban de Moscú y ahora de Caracas. Es decir, la gratuidad de la salud
y la educación en Cuba siempre la financian "amigos" foráneos.

Si todos los gobiernos del mundo hiciesen lo mismo que la dictadura
castrista, el PIB global del planeta no sería de 72 billones de dólares
(como fue en 2013), sino un gran embuste de $200 billones. Técnicamente
no habría pobreza en la tierra.

El coronel Murillo miente, como han mentido de oficio todos los
ministros a cargo de la economía cubana desde los tiempos del comandante
Guevara. El récord, sin embargo, lo ostenta el defenestrado José Luis
Rodríguez, a quien le "tocó" informar en 2006 que ese año el PIB cubano
creció en un 12,5%, la mayor tasa del mundo, por encima incluso de la
China (10,7%) y la más alta registrada nunca en la historia reciente de
América Latina. Un año antes, en 2005, el propio Rodríguez afirmó sin
sonrojarse que el PIB cubano había crecido en un 11,8%.

En 2014 no pudo haber crecimiento económico en Cuba cuando no se
cumplieron los planes azucareros, de la industria en general y en
particular la manufacturera, la producción agrícola y pecuaria, la
construcción, el transporte y el comercio. El turismo, por su parte,
tampoco captó los tres millones de visitante esperados.

Manipular por "honor revolucionario"

Salvo cuando se produjo el cese de los subsidios soviéticos, el régimen
jamás ha admitido una contracción del PIB. Para los Castro (como lo fue
para el Che), es cuestión de "honor revolucionario" mentir antes de
reconocer estadísticas adversas que podrían ser utilizadas por el
"enemigo" para cuestionar el socialismo y la revolución.

Lo asombroso es que la CEPAL acepta tranquilamente las cifras
manipuladas que le suministran los Castro. Varios días después de que
Murillo dijese que la economía cubana crecerá más de un 4% el año
próximo, esa institución regional de la ONU rebajó en sólo un punto
dicha cifra y ahora estima que para 2015 la economía de la Isla crecerá
en un 3%. ¿En qué se basa realmente esa entidad para hacer semejante
pronóstico?

Casi todos los organismos internacionales aceptan estas estadísticas
ficticias. Sus expertos, o saben que no son reales, o son tontos. Pero
no dicen nada, por no disgustar a los Castro, o por razones ideológicas.

En resumen, no importa que La Habana manipule estadísticas económicas y
sociales. Nadie las cuestionará a fondo. Y esa es la "realidad" cubana
que conoce el mundo entero.

Source: ¿Creció la economía en 2014? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1417767825_11636.html

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