Monday, November 10, 2014

La última hora del Che Guevara

La última hora del Che Guevara
3ra parte de entrevista a ex agente de la CIA Félix Rodríguez
Mendigutia, donde narra detalles de su encuentro con el Che, aquella
mañana del 9 de octubre de 1967.
lunes, noviembre 10, 2014 | Alberto Méndez Castelló

TAMPA, Estados Unidos. -"Che Guevara, vengo a hablar contigo, le digo,
parándomele enfrente. Entonces me miró, y de forma arrogante, me dice:
'A mí no se me interroga'. Para entablar una conversación, digo:
Comandante, yo no he venido a interrogarlo, yo he venido a conversar con
usted. Yo a usted lo admiro, usted fue ministro en Cuba y está aquí por
sus ideales, aunque para mí están equivocados. Yo he venido a conversar
con usted". Recuerda el ex agente de la CIA Félix Ismael Rodríguez
Mendigutia, su segundo encuentro con el guerrillero argentino, aquella
media mañana del lunes 9 de octubre de 1967.

¿Qué respondió?

Se queda mirándome, para ver si yo me río, pero cuando ve que me
mantengo serio, me pregunta: "¿Me puede quitar las amarras?" Entonces
llamé a un soldado y ordenándole que lo desatara, lo ayudamos a sentarse
en el banco, donde estaba de lado, entumecido…

Este no fue su primer encuentro con el Che Guevara, usted…

No. Cuando se produce la captura del Che Guevara, el domingo 8, pedí al
coronel Joaquín Zenteno Anaya, jefe de la 8va División, acompañarlo a La
Higuera. Esa noche, en una especie de hotelito allí en Vallegrande, sin
luz, unas velas era lo que teníamos, estábamos brindando; yo había
sacado dos botellas de Scotch Ballantine´s que guardaba. El coronel
Zenteno dijo a su estado mayor que cualquiera de ellos tenía derecho a
acompañarlo, pero que él sabía el daño que este señor le había hecho a
mi patria, a Cuba, y que si ellos no se oponían, él quería que fuera yo
quien lo acompañara. Todos estuvieron de acuerdo, y el lunes 9,
alrededor de las siete de la mañana, partimos en el helicóptero hacia La
Higuera. Allí nos esperaban el mayor Ayoroa, el capitán Gary Prado y el
teniente coronel Selich. Entramos a la habitación; el coronel Zenteno
Anaya comenzó a hacerle preguntas al Che, que lo miraba, sin contestarle
absolutamente nada, al punto que el coronel le dice: "Óigame, usted, un
extranjero, ha invadido mi país, lo menos que puede tener es la cortesía
de contestarme". Nada. No le contestó absolutamente nada. Entonces,
molesto, el coronel salió de allí, ordenándole al teniente coronel
Selich que me entregara la documentación del Che.

La documentación…

En una cartera recta, redondeada hacia abajo, color camello, estaban los
documentos que él llevaba y que yo había pedido al coronel Zenteno
fotografiar para mi gobierno. El diario, escrito en un cuaderno alemán,
fotografías de la familia, los libros de claves con números para cifrar
y descifrar mensajes, medicamentos y una careta negra para el asma y
unos libritos escritos a máquina con mensajes de Cuba; bueno, estoy
fotografiando todo eso; junto con los oficiales del batallón, el coronel
había ido a la zona de operaciones, cercana, donde aún se escuchaba el
tiroteo, pero hay un momento en que dejo de fotografiar y es cuando
regreso a donde él está.

Es la segunda ocasión en que usted se encuentra con el Che Guevara esa
mañana, y según la versión difundida por el régimen en La Habana…

Mira, en Cuba dijeron que él no hablaba con traidores, que me escupió;
todo es cuento, todo eso es mentira. Él no sabía quién era yo. Es en el
transcurso de la conversación que él se me queda mirando y me dice: "Tú
no eres boliviano". Ya yo le había hablado del Congo, de África, y un
oficial del ejército boliviano no tenía por qué saber eso. Entonces le
pregunto: Comandante, ¿quién usted cree que soy yo?

¿Qué respondió?

Yo estaba allí con grados de capitán del ejército boliviano y me dice,
bueno, tú puedes ser puertorriqueño y puedes ser cubano, pero por las
preguntas que tú me has hecho, tú estás trabajando para el servicio de
Inteligencia de Estados Unidos.

Y…

Le digo: efectivamente, soy cubano. Yo integré los teams de infiltración
de la Brigada 2506. Entonces él se mostró interesado preguntándome: "¿Y
tú cómo te llamas?" Félix, le dije.

Luego, el Che Guevara está hablando con usted, sin saber quién es, y
cuando lo sabe es por usted mismo… ¿y sintió curiosidad por ser usted
cubano…?

Y por Bahía de Cochino. Por los teams de infiltración, porque él tenía
los nombres de la gente de nosotros.

¿De qué hablaron?

Mira, cada vez que yo le hacía preguntas que eran de interés táctico
para nosotros, él me respondía: "Usted sabe que yo no puedo contestarle
eso". Pero sí hablamos. Hubo cosas de las que sí hablamos.

África…

Al hablarle de África, obviamente, él no quería tocar ese punto, pero le
digo: mire, usted no querrá hablar de África, pero su propia gente ha
hecho comentarios de que usted tenía como diez mil guerrilleros, y de
que el soldado africano es muy malo. Entonces me dice: "Bueno, si
hubiera tenido diez mil guerrilleros hubiera sido diferente, pero usted
tiene razón, el soldado africano era muy malo". Luego hablamos de Cuba.

¿De Cuba?

Comenzó diciéndome que la economía de Cuba era un desastre por culpa del
embargo norteamericano. A lo cual le digo: Comandante, es irónico de su
parte decirme eso, porque usted era el presidente del Banco Nacional de
Cuba; usted era la autoridad máxima en la economía cubana, y usted no es
economista. ¿Y tú sabes que me respondió…?

No.

Me dice: "¿Tú sabes como yo llegué a presidente del Banco?", le digo: no
tengo la menor idea. Diciéndome: "Yo estaba en una reunión y escuché a
Fidel; entendí que él estaba pidiendo un comunista dedicado, y levanté
la mano, pero lo que Fidel estaba pidiendo era un economista
consagrado". Oye, pensé que era una broma de él para evadir mis preguntas…

Sí, lo parece.

Pero no lo es. Cuando conocí a Benigno me aseguró que la anécdota es cierta.

Esas bromas continúan, un discípulo del Che Guevara…

Va para Venezuela a asesorar la economía de Maduro. Bueno, después
hablamos de por qué escogieron a Bolivia. Me dijo que por tres razones
básicas: primero, por ser un país pobre, sin grandes recursos, no creían
que Estados Unidos iba a tener ese interés en defenderlo; segundo,
porque conocían la falta de preparación del ejército boliviano, sería
fácil combatir contra ellos; la tercera razón era la más importante: por
tener fronteras con Brasil, Paraguay, Perú, Chile y Argentina, pensaban
exportar la revolución a estos países si lograban tomarla. Era ese el
gran interés con Bolivia.

Desde la Sierra Maestra, el Che Guevara solía fumar en pipa, y en las
fotografías de la guerrilla boliviana se le ve con una, Gary Prado dice
que le dieron de fumar, ¿cuál fue el destino de esa pipa?

Cuando le di la noticia de su ejecución, luego de reponerse y decirme
que era mejor así y de darme los mensajes para Fidel Castro y para su
esposa, saca la pipa del bolsillo y me dice: "Quiero entregarle esta
pipa a un soldadito que se portó bien conmigo". El sargento Mario Terán
debió escucharlo, porque llegó diciéndome: "Yo quiero la pipa, mi
capitán, yo la quiero". Pero el Che dice: "No, a ti no te la doy".
Ordené al sargento que saliera y le pregunto al Che: Comandante, ¿me la
da a mí? Se quedó unos segundos mirándome, diciéndome luego: "Sí, a ti
si te la doy". Después de la muerte del Che, guardé un poco de tabaco
que tenía la pipa antes de dársela al sargento.

La última fotografía del Che Guevara vivo, es en la que aparece junto a
usted. Fue autenticada por funcionarios del gobierno de Estados Unidos.
No es una fotografía de identificación oficial, sino aceptada, de grupo.
Si como dice la versión castrista, él se negó a conversar con usted,
como pudo negarse a ser fotografiado de esa forma, dígame: ¿Cómo el Che
Guevara accedió a fotografiarse con un cubano agente de la CIA?

Cuando el coronel Zenteno regresó de la zona de operaciones le digo:
coronel, han llegado instrucciones de su gobierno de eliminar al
prisionero, pero las instrucciones de mi gobierno son mantenerlo vivo;
él me explica que tenía que cumplir las órdenes, que a las dos de la
tarde el helicóptero venía a recoger el cadáver del Che Guevara,
diciéndole yo que tratara de cambiar de idea a sus superiores, pero que
si no había una contraorden, a las dos de la tarde le llevaba el cadáver
del Che.

"El coronel Zenteno Anaya se fue; luego el helicóptero vino varias
veces, y en una de esas, yo estaba conversando con el Che, entra el
piloto, el mayor Jaime Niño Guzmán con una cámara fotográfica del mayor
Saucedo, jefe de inteligencia de la división, diciéndome: "Capitán, el
mayor quiere una foto con el prisionero". Entonces digo al Che:
Comandante, ¿a usted le importa? Y me dice: "No". Como yo no sabía qué
iba a pasar, pero si lo ejecutaban, una fotografía de él vivo podía
poner en dificultades al gobierno boliviano, le puse veintidós de
velocidad a la cámara del mayor y le cerré el lente.

"Entonces lo sacamos afuera, y dándole mi cámara al piloto, le pongo el
brazo, y digo: Comandante, mire al pajarito. Ahí se echó a reír, cuando
yo le digo, mire al pajarito; incluso, pensé que todavía se estaba
riendo cuando tiraron la foto; claro, ahí cambió la expresión para la
fotografía que tú viste. Luego seguimos conversando".

PARTE ANTERIOR DE LA ENTREVISTA
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-cia-queria-al-che-guevara-vivo/

(Alberto Méndez Castelló es un periodista independiente residente en
Cuba, colaborador de Cubanet, que se encuentra de visita en los Estados
Unidos por motivos familiares)

Source: La última hora del Che Guevara | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/la-ultima-hora-del-che-guevara/

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