Wednesday, November 19, 2014

La mentira como proyección social en el cubano

La mentira como proyección social en el cubano
[19-11-2014 01:16:42]
Aimée Cabrera
Corresponsal

(www.miscelaneasdecuba.net).- La mentira se ha instaurado en la vida
cotidiana del cubano medio como vía de supervivencia; sin contar la
parte que corresponde a quienes se han mantenido en el poder durante más
de cinco décadas, los que han "adormecido" al pueblo con promesas que al
final, no son más que burdos señuelos.
Una sesión de corte social de la revista que pasa de lunes a sábados de
6:30 a 8:30 am por el canal Tele Rebelde, trató el lunes 17 de noviembre
la mentira, e invitó a una psicóloga que amplió sobre la temática,
además de presentar un reportaje que incluyó las opiniones de cubanos de
diferentes provincias.

Unos con miedo, otros tratando de ser lo más éticos posibles dieron en
general el criterio de que hay situaciones en las que las personas dicen
una mentira para "suavizar" la ocurrencia de algo desagradable como
puede ser, mentir a un enfermo que padece una enfermedad terminal.

Otros hablaron con claridad y expusieron cómo muchos cubanos se deciden
a mentir para obtener un mejor trabajo, o para no ser marginados dentro
de un grupo social que puede existir en su centro de trabajo o estudios.

En una época de grandes carencias como la actual, sobresalen los que
tienen posibilidades económicas por encima de la media. A ellos tratan
de parecerse los que se acostumbran a vivir de la mentira y se acercan a
los que pueden ayudarlos a salir de la pobreza en que viven.

Otros mienten si no les conviene que los demás sepan que tienen un
familiar de otra raza, un presidiario, un homosexual, y así cualquier
cualidad que empañe su ego, dentro de un círculo de provecho para
escalar y llegar a la posición ansiada.

En la escuela, se establece una especie de cofradía en la que
intervienen alumnos y padres. Entre los tres subgrupos se fortalece la
alianza de fraude cuando el estudiante recibe una puntuación que puede
ser de sobresaliente y nada hizo, porque la familia realizó parte, o la
totalidad del trabajo a entregar en la escuela.

Hay maestros y profesores con profesionalidad suficiente para
desarrollar el proceso docente educativo con la calidad requerida,
mientras otros viven de la mentira, cuando van consolidando unidades de
contenido y apenas las imparten en clases; en apariencia, las vencen
pero en la realidad lo que hacen es asignar los nuevos contenidos de
tarea, otra mentira más relacionada con el tema escolar.

A diario, las mentiras llueven; y cuando hay que decirlas delante de los
niños las consecuencias son desafortunadas, además de convertirse en un
mal ejemplo a seguir. Refuerzan en ellos actitudes egoístas como las de
negarse a cooperar, prestar algo que se les solicita, y llegan al clímax
cuando denotan falta de escrúpulos, como las ligadas a la presentación
de certificados médicos, para huir de asignaturas como la educación
física, el servicio militar, o justificar inasistencias a clases o al
trabajo, cuando se persigue pasar unos días de ocio.

Hasta cuándo y a dónde va a llegar el pueblo que no solo vive aquí, sino
que llega de visita o como residente permanente a otras naciones y, la
mentira es para estas personas como un vicio, una dependencia difícil de
abandonar.

¿Quién tiene la culpa de que la mentira haya llegado a un lugar cimero
en la vida del cubano? Por supuesto que el propio pueblo no lo es. Mucho
menos el bloqueo económico. La respuesta es por todos sabida.

La mentira en Cuba es una cuestión que compromete de por sí la
integridad de la sociedad en su conjunto. La mentira estratégica para
alcanzar lo que se desea acompaña a los cubanos en una especie de
círculo vicioso del cual ya es muy difícil salir.

Source: La mentira como proyección social en el cubano - Misceláneas de
Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/546be16a3a682e13cc639dc0#.VGyKwPnF9HE

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