Saturday, November 22, 2014

El médico que faltó a su juramento

El médico que faltó a su juramento
Félix Báez Sarrías, del contigente Henry Reeve, enfermó de ébola en
África. Como médico militar, nos atendió en el 2003 a Oscar Espinosa
Chepe y a mí, que estábamos presos y enfermos. Un año después mintió en
la ONU sobre nuestro estado de salud
Friday, November 21, 2014 | Martha Beatriz Roque Cabello

LA HABANA, Cuba. — Cuesta trabajo traer algunos recuerdos a la memoria,
pero otros vienen con facilidad, como si fuera una película. Eso fue lo
que me pasó cuando tuve conocimiento de que el médico cubano Félix Báez
Sarrías, enfermó de ébola en Sierra Leona.

Lo vi por primera vez el 22 de julio de 2003, cuando estando en la
Prisión de Mujeres de Occidente, conocida como "El Manto Negro", sufrí
un infarto cardíaco y fui trasladada hacia el Hospital Militar Carlos J.
Finlay. Allí me ubicaron en un pequeño cubículo, adonde acudió a
reconocerme Báez Sarrías, médico militar, en aquel momento un hombre
joven de unos 32 años de edad, que no creo rebasara los grados de capitán.

No hubo casi conversación entre nosotros. Solo me informó que me
enviaban hacia la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y respondió mi
pregunta de en cuánto tenía la presión, de forma lacónica: "Alta, 180
con 130".

Después lo vi en dos o tres ocasiones en la pequeña enfermería que había
en la Sala de Penados de la Seguridad del Estado en este hospital
militar, donde me encontraba con Oscar Espinosa Chepe, en celdas una
frente a la otra, pero no podíamos vernos, ni siquiera conversar de
lejos. Un sistema de prisión totalmente cerrado.

Recuerdo que por una negligencia médica sufrí una hipoglucemia severa,
que puso en peligro mi vida, y él orientó que no me suministraran más
insulina después de las 10 de la noche.

No supe más del Dr. Félix hasta el 25 de marzo de 2004, fecha en que
acudió junto a la también médico militar Annette Álvarez a una
conferencia de prensa en la Cancillería cubana, organizada por el que
fuera en aquel entonces ministro de Relaciones Exteriores, y hoy
desaparecido de la escena política, Felipe Pérez Roque, con el fin de
suministrar información médica sobre Oscar Espinosa Chepe y mi persona.

Aunque todos sabíamos el delicado estado de salud de Chepe, las
respuestas del Dr. Félix al Ministro eran para hacer ver que no tenía
enfermedad alguna, y mucho menos cáncer, mal por el cual
-–lamentablemente– Chepe murió.

Por su parte la Dra. Annette hizo lo mismo conmigo: minimizó tanto mis
problemas de salud, que llegó a decir que no había sufrido infarto alguno.

Pero todos se percataron de la falta de ética que cometieron al hablar
públicamente de las enfermedades de sus pacientes, algo que jamás debe
ser revelado al exterior, según el compromiso hipocrático, que
quebrantaron, incluso cometiendo perjurio. Para dos economistas solo
hubo una sola mentira.

Este espectáculo televisivo en el que participaron los dos oficiales
médicos fue parte del guión preparado por el régimen para desacreditar
la versión de varias organizaciones del exilio que iban a declarar ante
la antigua Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre el estado de
salud de algunos de los miembros del Grupo de los 75.

No se haría justicia a Félix, si no se explicara que no todos los
médicos militares que trabajaban en el Hospital Finlay se utilizaban por
la policía política para atendernos. Era una selección, incluso si se
necesitaba alguna especialidad. Siempre primero primó la confianza
política, por lo que indudablemente este médico era de alto nivel de
lealtad, y así lo demostró en su intervención televisiva.

Como ser humano le deseo un pronto restablecimiento y que la enfermedad
no deje secuelas en él, para que si puede volver a trabajar su carrera,
tenga presente que la privacidad médico-paciente no puede ser violada,
aunque la persona piense diferente.

Source: El médico que faltó a su juramento | Cubanet -
<http://www.cubanet.org/opiniones/el-medico-que-falto-a-su-juramento/>

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