Monday, November 17, 2014

Cuba y Birmania

Cuba y Birmania
11/16/2014 8:00 PM 11/16/2014 7:09 PM

Curioso que lo que ocurre en Birmania no se mencione al discutir sobre
la posibilidad de levantar las sanciones a Cuba, ni siquiera ahora que
el presidente Barack Obama acaba de concluir su visita a la región. Más
curioso aún porque lo sucedido en esa nación brinda argumentos tanto a
los defensores del embargo como a quienes se oponen al levantamiento
incondicional de este.

Birmania o Myanmar inició su transformación política en el 2011, tras
medio siglo de dictadura militar. Su presidente, Thein Sein, liberó a
los presos políticos, relajó la represión y dio los primeros pasos hacia
una transición democrática. En vista a eso, Estados Unidos levantó
algunas de las sanciones impuestas durante el régimen dictatorial. Pero
dichos comicios no han resultado en todos los cambios esperados.

Ahora Obama, en su segunda visita al país, ha reafirmado que la
transición parece haberse estancado; incluso en algunas áreas han
ocurrido retrocesos y las violaciones a los derechos humanos continúan.

¿Fue un error entonces la política de la Casa Blanca? La respuesta no es
fácil porque un análisis del panorama birmano, bajo una óptica bipolar,
sólo lleva a justificar una posición partidista. De adoptarse, todo se
reduce a la vieja disyuntiva de la mitad del vaso de agua: ¿medio lleno
o medio vacío?

Dos posiciones, en el Congreso de Estados Unidos, definieron la
discusión a la hora de imponer restricciones a la junta militar de Birmania.

Una planteaba que la medida debía someterse a una revisión anual. La
otra estaba a favor de adoptar algo similar al embargo contra el
gobierno cubano: el sostenimiento indefinido de las sanciones hasta que
no se produjera un completo cambio democrático. Nada de pasos
equilibrados, sino una apuesta de todo o nada.

Al final se impuso la primera posición.

En el 2003, el senador republicano Mitch McConnell —quien el próximo año
será el presidente del Senado— trabajó junto al ex senador demócrata Max
Baucus y los senadores Dianne Feinstein (demócrata) y Chuck Grassley
(republicano), y llegaron al acuerdo de que las sanciones serían
sometidas a una evaluación anual.

Además del proceso que marcó el fin de la junta militar, otros factores
han influido notablemente en la activa participación de la Casa Blanca
en el caso birmano: los vínculos de esa nación con China y Corea del
Norte, así como la influencia de la India, por una parte, y la ausencia
de un numeroso exilio birmano en Estados Unidos, por la otra. La
solución del problema se limita a dos factores: democracia y política
exterior.

En enero del 2011, la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton,
declaró que las sanciones serían levantadas si se producían cambios
"reales".

En el 2012 Aung San Suu Kyi —premio Nobel de la Paz— fue liberada y en
abril del 2012 elegida diputada del Parlamento Nacional. La oposición
entró al Parlamento con 43 diputados, pero el Ejército se reservó un
cuarto de los escaños, lo que garantizó que los opositores no fueran
capaces de hacerle sombra al gobierno.

En mayo de ese año Clinton anunció el relajamiento de algunas sanciones
—entre ellas restricciones financieras— para facilitar la transición.

Al año siguiente, se eliminaron las restricciones vigentes contra los
funcionarios birmanos. En igual sentido, ese mismo año, 2013, la Unión
Europea levantó todas sus sanciones, salvo el embargo de armas.

Sin embargo, las esperanzas de cambio se han visto opacadas en los
últimos tiempos.

En las elecciones presidenciales previstas para finales del próximo año,
que Suu Kyi ganaría fácilmente si fueran libres, la activista no podrá
presentarse.

Un absurdo artículo constitucional veta a los candidatos con hijos de
otra nacionalidad, como los suyos, que son británicos. Todo indica que
dicho requisito tiene únicamente como objetivo el impedir que su nombre
aparezca en la boleta.

Obama reconoció, en una entrevista con la revista The Irrawaddy, que en
Myanmar "el progreso no ha sido tan rápido como muchos habían esperado,
cuando empezó la transición".

El 9 de agosto de este año, el secretario de Estado John Kerry pidió al
gobierno de Birmania acelerar las reformas democráticas. Una semana
antes, varios senadores estadounidenses habían solicitado nuevas
sanciones y en mayo Obama extendió por un año más algunas de las
restricciones económicas aún vigentes (prohibición de inversiones
norteamericanas y de las exportaciones de ese país a Estados Unidos).

Durante su reciente visita, Obama presionó al presidente Sein para
reformar la norma que impide postularse a Suu Kyi, así como eliminar la
represión étnica.

Si se compara la situación existente en Birmania con la imperante
durante la junta militar, es indudable que se han producido ciertos
avances que justifican el fin de algunas de las sanciones. De igual
forma hay motivos para mantener otras. El uso de sanciones nunca debe
ser una medida de todo o nada, sino de estímulo y respuesta. El camino
hacia la democracia es largo y difícil, y la cautela siempre debe
acompañar al optimismo.


Acerca de Alejandro Armengol

@cuadernodecuba
Alejandro Armengol es un escritor cubano radicado en Estados Unidos
desde 1983. Es el director editorial de Cubaencuentro.com. Contacto:
http://www.armengol.blogspot.com

Source: Cuba y Birmania | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/alejandro-armengol/article3936640.html

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