Sunday, November 16, 2014

Castigos heredados

RAÚL RIVERO: Castigos heredados
11/15/2014 4:00 PM 11/15/2014 10:41 PM

Madrid – Yuri Fidelgolts, uno de los miles de poetas rusos que
estuvieron presos en los campos de concentración del comunismo en
Siberia, se quejó un día ante el jefe de los carceleros de las
condiciones de vida que tenían los cautivos en su campamento: cuarenta
grados de frío en invierno, mosquitos con ínfulas de helicópteros en el
verano y un hambre general de cinco estrellas todo el año. El comisario,
que hablaba a nombre del pueblo, le respondió de manera tajante que los
prisioneros estaban allí para sufrir.

Ese discernimiento, esa noción del padecimiento permanente para el
enemigo político, pasó a la herencia de los que un día se llamó el campo
socialista, circunscrito ahora, de manera singular y con sus variantes,
a Cuba, Viet Nam y China, por mucho que Nicolás Maduro trate de poner a
Venezuela en esa nómina infame.

Los testimonios de varias generaciones de presos cubanos dan fe de la
fidelidad de los carceleros criollos a aquella norma estalinista y
evidencian, además, que sólo la experiencia de un día o una semana de un
ser humano en las celdas de la isla, valdrían para estigmatizar
definitivamente esa dictadura.

La situación de los activistas políticos encarcelados en Cuba no ha
cambiado, sus tormentos son los mismos, pero la verdad es que la
estrategia oficial de imponerle a los opositores condenas menores a los
10, 15, 20 o 30 años de prisión que caracterizaron desde el primer
momento al sistema judicial del régimen, ha disminuido la atención de
los medios en Europa sobre ese recurso represivo.

La intensidad de la persecución no ha variado y los juicios teatrales,
con las sanciones escritas antes de que empiece el espectáculo, se
celebran con la presencia exclusiva de la prensa independiente.

No aparecen por ahí los corresponsales extranjeros que están más al
tanto de otros importantes asuntos de la alta política como el
levantamiento del embargo norteamericano y la disposición de la Unión
Europea, con España en la punta de vanguardia, a invertir grandes
cantidades de dinero y darle ayudas generosas a centenares de
Organizaciones No Gubernamentales que dirige el gobierno.

En octubre pasado fueron condenados nueve activistas a penas de entre
dos y siete años de cárcel. Otros dos estarán encerrados por 24 meses
por el delito de desacato al llamarle anticristo a Raúl Castro. Ya en lo
que va de noviembre tres hombres que militan en la Unión Patriótica de
Cuba (UNPACU), que estaban presos desde mayo, recibieron sanciones de
hasta siete años.

Condenar a alguien a 24 horas de cárcel por pensar diferente es un
crimen tan grande como condenarlo a 20 años.

El gobierno no ha podido hacer que caigan nevadas sobre la cárcel de
Boniato, Canaleta o el Combinado del Este y, también es verdad, que los
mosquitos caribeños son más modestos y menos ambiciosos que los rusos,
pero los carceleros tienen iniciativa, cumplen un mandato y hallan otras
categorías de sufrimiento para los prisioneros. Al hambre general de
Siberia le han agregado una estrella.

Source: RAÚL RIVERO: Castigos heredados | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article3935625.html

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