Saturday, November 8, 2014

Batista, el Golpe

Batista, el Golpe
JOSÉ GABRIEL BARRENECHEA, Santa Clara | Noviembre 07, 2014

Durante más o menos las primeras 140 páginas de este libro es muy
probable que quien lea historia para mucho más que entretenerse en lo
anecdótico se halle tan perdido como lo estuve yo. El asunto es que en
el análisis de los antecedentes del Golpe del 10 de marzo los autores no
parecen tener ninguna idea clara. Se escribe historia siempre para
defender alguna tesis, mas en esa casi primera mitad del libro no la hay
de ninguna especie.

En un primer momento pensé que el objetivo de José Luis Padrón y Luis
Adrián Betancourt no era otro que defender la versión oficial sobre ese
determinante suceso de nuestra historia. No obstante, algo no encajaba.
Es cierto que, por ejemplo, se echaba mano de ese amasijo de patrañas
con que Enrique Cirules ha pretendido tergiversar la historia de
nuestros últimos años republicanos, o que se aceptaban muchos de los
tópicos sobre la pretendida anarquía y corrupción totales durante el
Gobierno de Carlos Prío. Mas a su vez se cuestionaba la versión de
alguien que en sus últimos años llegó a ser "rescatado" con beneplácito
por el poder, Luís Ortega.

Y sobre todo, se citaba con demasiada asiduidad al Comandante, un
personaje tan secundario en aquellos hechos que nada concreto logra
aportar, pero esa misma insistencia en citar a tan inútil testigo lo
llevaba a uno a preguntarse si los autores no preparaban el ambiente
para alguna declaración más bien heterodoxa.

En el convencimiento de que allí había gato encerrado, continué con una
lectura que desafiaba mi capacidad de comprensión. Debo añadir que en
2010, durante la Feria del Libro en Santa Clara, tuve ocasión de
conversar largamente con Luis Adrián Betancourt, y para nada me había
parecido un ditirambista más. Definitivamente no encajaba que el
escritor lúcido con quien había conversado de la llamada Lucha contra
Bandidos en el Escambray en un tono tan factual, se pusiera, a estas
alturas del juego (noveno inning), a sostener las insostenibles
versiones oficiales sobre el Golpe. Como he dicho, aquello me olía más a
una de esas transacciones que deben hacer los escritores en sistemas
políticos como el nuestro para poder decir algo de peso. ¿Pero qué?
Porque nada nuevo lograba avizorar ya con centenar y medio de páginas a
mis espaldas.

Todo parece demostrar que el Golpe no fue muy bien recibido por la
mayoría de las instituciones de los EE UU
Después de algunos barruntos la respuesta me llegó en la página 184, en
que comienza el capítulo XVII: Washington no fue el primero. Es
precisamente aquí que el libro de historia en realidad arranca, y que
termina todo el esfuerzo, diplomático, previo. Esfuerzo desplegado para
mejor hacer recibir esta tesis: no está para nada comprobada la
inspiración norteamericana del Golpe, y más bien todo parece demostrar
que no fue muy bien recibido por la mayoría de las instituciones de los
EE UU.

En este sentido son también parte del libro las tesis de ¿Y los
americanos qué?, además de La pandemia del anticomunismo, enfermedad de
la posguerra: el episodio cubano o ¿Fue Prío santo de la devoción
norteamericana? En ellos se parte de reconocer que no fueron los
americanos los primeros en reconocer al régimen de facto, sino más bien
casi los últimos, al menos en las Américas. Se detalla luego, en base a
abundante documentación desclasificada del Departamento de Estado de EE
UU, el tenso proceso de reconocimiento y la subsiguiente frialdad que
por meses mantuvieron los estadounidenses con el régimen. Se insiste
sobre todo, como motivo para ello, en los conocidos vínculos de Batista
con los comunistas cubanos.

Esos vínculos –debo aclararlo, pese a lo que digan los autores– no se
debieron a la coyuntura antifascista: es significativo que nunca fueron
mejores que en el periodo de agosto de 1939 a junio de 1941 (alianza
Stalin-Hitler) durante el cual los comunistas pueden ser catalogados de
cualquier cosa, menos de antifascistas.

En cierta medida, si se obvia su amplia parte diplomática, este libro
viene a ser como un complemento de otro sobre el mismo tema publicado
hace una década por Newton Briones Montoto, General Regreso. Lo que a
aquel le faltaba, el análisis documentado de la participación americana
en el Golpe, aquí podrá encontrarse ahora. Ambos, por lo tanto, se unen
en el esfuerzo por analizar aquel aguacero extemporáneo que provocó los
lodos en que Cuba se encuentra atascada desde entonces.

Source: Batista, el Golpe -
http://www.14ymedio.com/cultura/Batista-Golpe_0_1666033384.html

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