Wednesday, October 15, 2014

Plutocracia a pulso

Plutocracia a pulso
JOSÉ PRATS SARIOL | Arizona | 15 Oct 2014 - 9:24 am.

El nexo de muchos estadounidenses con Cuba no es afectivo sino efectivo:
efectivo, no de causar efecto, sino de dinero cash.

El nexo de muchos estadounidenses con Cuba no es afectivo sino efectivo:
efectivo, no de causar efecto, sino de dinero cash, constante aunque no
suene. Y ahora tres signos confirman la avidez de efectivo. Con los
principios de la democracia en el closet.

Las evidencias son un debate televisivo entre los dos candidatos a la
gobernación de la Florida, un editorial del New York Times, y la casi
anuencia del Departamento de Estado a la presencia de Cuba en la Cumbre
de las Américas, a celebrarse en Panamá el próximo abril.

Hasta para la más humilde alcaldía se necesita financiamiento para las
campañas en las elecciones. Mucho más para gobernador. El candidato
republicano y actual gobernador, Rick Scott, y su contrincante
demócrata, el exgobernador republicano Charlie Crist, no solo debaten
para atraer votos, también por los intereses que representan, que los
financian.

El debate televisivo —por primera vez en español— no solo buscaba el
favor de los hispanos, sobre todo cubanos, sino reflejar los intereses
de sus respectivos grupos de poder y sus partidos políticos. Allí Crist
abogó por el fin del embargo y Scott —con mayor sentido ético y memoria
histórica— por mantenerlo. Ninguno de los dos negó la posibilidad de
negociar con la cúpula político-militar de Cuba, como tampoco Obama,
según revelaciones de documentos de 2007.

La diferencia estuvo en qué negociar, cuáles inversiones,
indemnizaciones, concesiones... Efectivo nada afectivo, con barniz de
amor a Cuba, a la Torre de la Libertad y al café en Versailles con foto
en la 8 Street. Apenas una referencia a la valiente disidencia interna,
a represiones cotidianas.

El editorial del New York Times —en inglés pero también en español— fue
preciso: levantar incondicionalmente el embargo, por inefectivo y
obsoleto. Los intereses de los capitales de Wall Street por lo menos no
fueron hipócritas: no le dejemos el negocio a China, Rusia y la
Comunidad Europea.

"Time is money", casi declaró el poderoso diario, como cuando defendió a
Fidel Castro hace más de medio siglo. ¿Quién es el iluso que aún cree
que el dinero, los porcientos de utilidades, pueden oler a dictadura
corrupta? La avaricia nunca ha roto ningún saco, salvo el de los pobres
de la tierra.

La Cumbre de las Américas —auspiciada por la OEA—, que reúne a los jefes
de Estado y de Gobierno del Hemisferio, invitó a Cuba. Y bajo la misma
opinión de Hillary Clinton —su exsecretaria de Estado—, no ha habido
ninguna objeción tajante por el lado de Washington.

¿Derechos humanos? ¿Democracia? ¿De qué habla? ¿Acaso el tema no será
"Prosperidad con equidad: el desafío de la cooperación de las Américas"?
Pues entonces, ¿quién tira el primer seboruco? ¿México con sus brutales
desigualdades y hundida entre carteles de narcotráfico y caciques
estatales? ¿La equidad de Daniel Ortega y su Primera Dama en Nicaragua?
¿Quiere algo más equitativo que Correa en Ecuador, Evo Morales —acaba de
ser reelecto por tercera vez— en Bolivia y Maduro en Venezuela, sueñen
con eternizarse en el poder, siguiendo el ejemplo cubano? ¿Existe una
cooperación mayor que entre las camarillas políticas, cuyos gastos de
representación —aviones, suites, comelatas, champán...— avergüenzan
hasta los jeques árabes?

Y así vamos... A finales de abril Obama parece que estrechará la mano de
Raúl Castro, en una ciudad cuyo canal ampliado abrirá la costa este del
hemisferio occidental a los supercargueros que atracarán en Mariel y en
Miami. Pero con la ventaja cubana de maquilas baratas y menos impuestos
y cada una de las evasiones fiscales y corrupciones imaginables en los
"paraísos" asiáticos, ahora de nuevo frente a EEUU, como cuando la Ley
Seca con las destilerías de Cárdenas y Santa Cruz del Norte.

A jugar golf y llenar hoteles playeros, a comprar níquel y sembrar caña
de azúcar, a importar puros y ron, maracas y collares... A recuperar
plenamente el mercado para productos industriales y agrícolas, con
créditos enteros y blandos como el filete. Que entren los bancos, sin
fijarse de dónde proviene el efectivo, como en la república anterior al
59. Y a cerrar la emigración de la Ley de Ajuste Cubano. Esa cañería de
infelices pasará a tratarse como a hondureños.

Apenas un detalle: no me digan que es por afecto a los cubanos, al
destino democrático de Cuba. Es por efectivo. Plutocracia a pulso.

Source: Plutocracia a pulso | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1413357863_8.html

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