Monday, October 27, 2014

Justificar nuestra risa

Justificar nuestra risa
octubre 26, 2014 6:34 pm·

Cuba actualidad, Guatao, La Habana, (PD) Desde algún tiempo se ha puesto
de moda reírse de lo que llamamos "el problema social", más bien de
nuestra acumulada crisis social.

No es necesario aclarar que algunas de las soluciones propuestas desde
las altas esferas gubernamentales justifican nuestra risa.

No debe ser el mérito de un gobierno o un político que los niveles de
vida de un pueblo mejoren. En los países comprometidos con la defensa de
la propiedad privada sobre los medios de producción, no son los
comisarios, ni los funcionarios, sino las grandes empresas las que
tienen el mérito de que la mayoría de las familias posean unos mejores
estándares de vida.

Ha aumentado el consumo per cápita en los países en vías de desarrollo,
comparado con las condiciones de hace más de medio siglo. No ha sido un
logro de las leyes y los decretos, sino un fruto de los empresarios, los
que han aumentado de una forma u otra el tamaño de sus industrias o al
unísono construyeron otras nuevas empresas. Importantísimo punto que los
socialistas, en su arrogancia, han optado por ignorar.

La historia muy bien podría llamar a nuestra época la era de los
indolentes y despilfarradores, la época de oro de los dictadores y tiranos.

El credo de que el estado o el gobierno es la encarnación puritana de lo
que es bueno y benéfico pasará felizmente algún día al basurero de la
historia.

Las masas se han convertido a fuerza de prebendas residuales de
educación y medicina gratis en los miserables subordinados de gobiernos
populistas, tratando increíblemente de hasta infligir daños físicos a
los demás individuos por la sencilla razón de diferir en ideologías. Lo
peor es que intentan castigar con la necesidad imperiosa de un
torturador guardián.

Tema tabú el de la violencia desmedida, casi indisputado para la mayoría
de la intelectualidad que conforma la fauna del socialismo. Y no debería
en lo más mínimo ser tabú cuestionar los problemas enormes y reales que
aquejan a todos en nuestra patria.

La coacción puede manifestarse en formas inimaginables e infinitas…
¿Cuál es la buena, si es que alguna es buena?

Cuando se tiene la convicción, la libertad no tiene más que una sola
forma. Se puede deducir con facilidad que para adquirir la verdadera
libertad, no hay otro remedio que intervenir en su defensa y adoptar un
punto de partida.

La ciencia del libre mercado, para que funcione con total fluidez, debe
ser defendida a brazo partido. No son los mandatos y coacciones del
Estado los que hacen que funcionen los libres intercambios entre los
hombres. Los mejores expertos en asuntos económicos hacen referencia a
un solo camino, y a ese encomiable camino le nombran libertad.

Realmente, concuerdo con lo que me decía hace pocos días, entrecortado,
un vecino y sencillo campesino: Los hombres no pueden ser felices, ni
vivirán jamás en paz mientras no tengan con que alimentarse. Es decir,
mientras no tengan sus necesidades básicas cubiertas.

No permitir la realización personal y el desenvolvimiento económico a
todo un pueblo, es síntoma de temor.

Vivimos en una sociedad convulsa y frustrada, situación que es reforzada
por el asentimiento de tantos indolentes que prefieren ver su vida
perdida en el agonizante y desmoralizador día a día.

Nos resta tratar de entender de qué manera los que impiden la
normalización de las políticas públicas correctas en nuestro país, lo
pensarían hacer… de decidirlo algún día…

Peor fechoría que la de gobernar mal y con injusticias, es pretender que
la sociedad en su conjunto sea tan indolente como ellos. O lo que nos
faltaría, que comenzaran a prohibir a los ciudadanos libres ejercer el
derecho a la bofetada democrática de manera permanente, es decir, la que
intentamos ejercer a través de la difusión de informaciones, opiniones y
análisis en nuestros recortados espacios. Solución que bien podría ser
propuesta muy pronto desde las altas esferas de nuestro país, y que por
cierto podrían justificar aún más nuestra risa y nuestra vergüenza.

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*Periodista independiente y miembro del Club Anarcocapitalista de Cuba CAC

Source: Justificar nuestra risa | Primavera Digital -
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