Tuesday, October 14, 2014

Guevara, apóstol de la violencia

Guevara, apóstol de la violencia
Pedro Corzo
octubre 14, 2014

"No soy Cristo ni un filántropo, soy todo lo contrario de un Cristo"
Che

Es difícil entender como en un período histórico en el que la violencia
se ha convertido en algo más que detestable existan "pacifistas" que
elaboren apologías de Ernesto Guevara, un individuo que
independientemente de doctrinas e ideologías, fue uno de los teóricos
más consecuentes que tuvo la violencia como práctica política en uno de
las etapas más convulsas de Nuestra América en el pasado siglo XX.

Su identificación con una de las personalidades más despiadadas de la
historia moderna la hace notar en una carta que dirige desde Costa Rica
a su tía Beatriz el 10 de diciembre de 1953: "En El Paso tuve la
oportunidad de pasar por los dominios de la United Fruit convenciéndome
una vez más de lo terrible que son esos pulpos capitalistas. He jurado
ante una estampa del viejo y llorado camarada Stalin no descansar hasta
ver aniquilados estos pulpos capitalistas."

El individuo que algunos pretenden presentar como un ser justiciero y de
profundo espíritu cristiano, le escribió una carta a su madre, el 15 de
julio de 1956 desde una prisión mejicana, "No soy Cristo ni un
filántropo, soy todo lo contrario de un Cristo. Lucho por las cosas en
las que creo con todas las armas de que dispongo y trato de dejar muerto
al otro para que no me claven en ninguna cruz o en ninguna otra cosa".

Un ejemplo de su voluntad violenta y en cierto sentido sádica se aprecia
en una carta que dirigió a su primera esposa Hilda Gadea, que se
encontraba en Lima, Perú. Escribe el 28 de enero de 1957, "Querida
vieja: Aquí en la selva cubana, vivo y sediento de sangre, escribo estas
ardientes líneas inspiradas en Martí. Como un soldado de verdad, al
menos estoy sucio y harapiento, escribo esta carta sobre un plato de
hojalata, con un arma a mi lado y algo nuevo, un cigarro en la boca".

Esta sed no demoró en saciarla. Según expone Anderson en su libro
"Che", varias fuentes cubanas le describieron como asesinó a Eutimio
Guerra, un supuesto delator. Refiere Anderson, "El Che se adelantó para
matar a Eutimio cuando resultó evidente que nadie tomaría la iniciativa.
Esto al parecer incluye a Fidel, que tras la orden de matar a Eutimio
sin indicar quien debía cumplirlo, se alejó para guarecerse de la
lluvia." Este crimen lo presenció el comandante del ejército rebelde
Jaime Costa.

La disciplina que imponía entre sus hombres era inflexible y cruenta. Su
falta de sensibilidad y misericordia se aprecia en un relato de su libro
"Pasajes" en el que describe con orgullo cómo encontró moribundo a un
combatiente rebelde que cumpliendo órdenes suyas fue desarmado a la
primera línea del frente, en el enfrentamiento de la ciudad de Santa
Clara, para adquirir un fusil, ya que le había castigado quitándole el
suyo porque se había quedado dormido en una guardia.

Su conducta con los militares del antiguo régimen fue todavía más cruel
y le llevó más allá de lo que cualquier jacobino pudiera considerar una
justa justicia.

En Santa Clara fue el responsable de los primeros fusilamientos sin
juicios cuando simples denuncias podían llevar al inculpado a la muerte.

La Cabaña, su primer mando después del triunfo insurreccionad, fue el
lugar donde más ex militares y colaboradores de la dictadura derrocada
fueron ejecutados. Según Hart Phillips para The New York Times, unos
"400 en los dos primeros meses".

Mientras el London Daily Telegraph escribía: "en ocasiones funcionaban
cuatro tribunales simultáneamente, sin abogados ni testigos de
descargos, llegando a juzgarse, contemplando la pena capital, hasta 80
personas en juicios colectivos" y relataba que Guevara ordenó
personalmente, entre otras, la ejecución del teniente José Castaño
Quevedo, cuyo único crimen fue ocupar la dirección del Buró para la
Represión de Actividades Comunistas, BRAC., ya que en el proceso no se
efectuaron demandas contra el teniente.

Como reseña interesante puede destacarse que en 1959, Guevara creó una
fuerza subversiva en Bolivia a través del embajador cubano en La Paz,
José Tabares del Real. Este esfuerzo desestabilizador se extendió hasta
junio de 1961 y se desarrolló contra el gobierno democrático de un
político de fuerte aval revolucionario, Heman Siles Suaso.

Más tarde intentó organizar una revolución en Argentina para la que se
alió con elementos peronistas. Este brote abortó cuando las autoridades
argentinas descubrieron dos escuelas de guerrilleros y detuvieron a un
instructor militar cubano, José Ramón Alejandro. Posteriormente las
autoridades bonaerenses presentaron documentos que mostraban que la
Embajada de Cuba en Buenos Aires era un centro subversivo que dirigía
Guevara desde La Habana. Años después, a través de Jorge Ricardo
Masetti, fundador de Prensa Latina, organizó una fuerza guerrillera
identificada como Ejército Guerrillero del Pueblo, que según algunos
analistas incurrió en los errores tácticos que el "Che" repetiría, en
Bolivia.

Junto a Masetti -muerto en el Chaco argentino- el Che moriría en el
Chaco boliviano, cayeron dos oficiales del ejército cubano que habían
sido hombres de confianza de Guevara: Hermes Peña Torre y Raúl Dávila.

No cabe duda de que Ernesto Guevara poseía una inmerecida reputación en
los aspectos teórico y práctico en la guerra de guerrillas que Castro no
tenía. Fue uno de los propiciadores de la Conferencia Tricontinental de
La Habana a principios de 1966, que sería, según sus planes, el
vector para las Revoluciones que convulsionarían América, Asia y África.

Sus frecuentes y largos viajes por el extranjero en los que profería
incendiarios discursos revolucionarios lo fueron convirtiendo en una
especie de vocero de la Revolución Mundial y sus contactos directos con
Ben Bella, Gamal Abdel Nasser, Sekou Toure, Josehf "Tito" Broz,
Ahmed Sukarno y la cúpula del poder de la República Popular China y
Viet Nam acrecentaban su prestigio de individuo comprometido con cambios
políticos radicales.

Sin embargo este hombre que mataría y moriría por sus convicciones asume
durante su juventud una conducta inexplicable. Nunca participó
activamente contra los movimientos fascistas y antijudíos que existían
en Argentina, ni tampoco se vinculó a los que combatían directamente la
dictadura de Juan Domingo Perón.

A pesar de su condición de miembro de la Federación Universitaria de
Buenos Aires, organismo dirigido por socialistas y comunistas, no hace
vida militante ni se le conocen artículos o discursos en los que
exponga sus opiniones sobre los problemas que enfrentaba su país en
aquellos días. En una palabra, no se le conocen acciones en contra de
los actos de fuerza del gobierno de Juan Domingo Perón.

En enero de 1965 Guevara visita la República del Congo, Brazzaville, y
le ofrece colaboración a Massemba Debat en las guerrillas que éste está
creando en el Congo Kinshasa. Debat acepta, y a su regreso a Cuba
informa a Fidel Castro, quien considerando, que era una manera de
aumentar su protagonismo político y la hegemonía de la Revolución, le
facilita los medios y recursos para que la ya cruenta guerra africana se
acentuara.

Guevara parte con un contingente de 125 guerrilleros cubanos,
perfectamente entrenados y mejor armados, todos veteranos de la lucha
insurreccional contra el régimen de Fulgencio Batista.

Llegó a Kinshasa después de atravesar el lago Tanganica, seis meses más
tarde, diciembre del 65 regresa a La Habana con el resto de su
contingente. Decepcionado de las guerrillas congolesas. De todas sus
fracasadas acciones bélicas la menos conocida es esta del Congo. En el
país africano cometió errores tácticos y estratégicos que repetiría en
Bolivia.

Pero bien, para aseverar su apostolado de violencia reproduzcamos
algunos de sus planteamientos:

A) Durante su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas el
11 de diciembre de 1964, expresó: "Nosotros tenemos que decir aquí lo
que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el
mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos
fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte.
Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y
también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla
perdida hoy en Cuba."

B) Táctica y Estrategia de la Revolución Cubana. Revista Verde Olivo
Prensa Latina 8-10-68. Distribuido por Prensa Latina, numero 3054. "El
camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para
lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe
continuarse la ruta de la liberación aunque sea a costa de millones de
víctimas atómicas".

C) Crear dos, tres... muchos Viet Nam... es la consigna. Revista Tricon
tinental, 16-4-67, órgano de la Tricontinental de Solidaridad, OSPAAAL.
"El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que
impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo
convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar.
Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede
triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde
el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla
total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de
sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo
donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada
lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo. Se hará más bestial
todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma".

Source: Guevara, apóstol de la violencia -
http://www.martinoticias.com/content/guevara-apostol-de-la-violencia/77097.html

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