Monday, October 20, 2014

Fin de los Héroes y las Utopías?

¿Fin de los Héroes y las Utopías?
[20-10-2014 03:55:30]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Una ojeada superficial al mundo permite
apreciar los dramáticos cambios ocurridos en las últimas décadas en los
campos de la ciencia, política y economía, aspectos que evidentemente
han influenciado de diferentes maneras en el ser humano.
Un aspecto notable es que las personalidades de extrema vitalidad,
carismáticas, que tal parecía interpretaban la voluntad de la naturaleza
y hasta parecían sojuzgarla, porque poseían una voluntad y capacidad
excepcional, al parecer han disminuido.

Otro, sin que signifique en fin de las singularidades, es que los
proyectos populistas globales no sintetizan designios ideológicos. Son
exclusivamente métodos para alcanzar y conservar el poder, aunque es
válido reconocer el renacimiento de visiones teocráticas, que aspiran
extender su presencia y control a diferentes latitudes.

Pero evidentemente, salvo lo antes referido, los idealistas del presente
tienen proyectos más modestos y dejan la tarea de un gobierno mundial,
de un mundo sin fronteras, a los tecnócratas y financistas que han hecho
posible la conversión del mundo en una aldea global.

Los líderes de estos tiempos no fundamentan su poderío en condiciones
personales de excepción. Los paladines contemporáneos son, salvo
excepciones, incluyendo los políticos, productos corporativos y del
compromiso.

Existe una propensión a la negociación, al entendimiento, a procurar
perder lo menos posible en bienes contables, porque los valores
éticos-morales han disminuido en importancia en los diferendos
internacionales, nacionales y gerenciales.

Todo parece indicar que la globalización del conocimiento y de ciertas
actividades ha estimulado la multiplicación de un hombre inteligente
pero de convicciones flexibles y de tolerancia tan extrema que en algún
momento puede hasta perder su identidad e ignorar lo que decían
representar.

No obstante en el mundo moderno persisten individuos y entidades que
defienden numantinamente sus conceptos y valores, al extremo que un
pragmático del cualquier tiempo los calificaría de arcaicos y
completamente desenfocados.

Estos reductos no disfrutan de simpatías porque en realidad son una
especie de alienados en una sociedad de extrema laxitud y permisividad,
porque conservan sus principios y están dispuestos al sacrificio extremo.

Los héroes de antaño, ya fuese por su capacidad de interpretar la
realidad o por su aptitud para vender quimeras junto a la no menos
importante cualidad de poder seducir o aniquilar a los inconformes, han
marcado la historia con pasos tan firmes que los acontecimientos más
importantes de ésta, están sintetizados en un nombre, en figuras
paradigmáticas que no se pueden soslayar.

Sin duda estos personajes no siempre fueron justos, pero las más de las
veces estaban asistidos por convicciones que le permitían incursionar en
los predios de la muerte y sobrevivir, con la energía suficiente para
imponer sus criterios.

La inteligencia y lucidez junto a la capacidad de riesgo eran el sostén
de su propósito. Poseían vocación de sacrificio, contaba con una férrea
disciplina y una fe tan profunda en alcanzar la meta que seducían a sus
seguidores de tal forma que eran capaces de entregar la vida por el
ideal que el conductor decía interpretar.

Algunos se preguntaran el motivo de estas reflexiones, y es porque se
aprecia que los valores éticos que inculcaron padres y maestros del
pasado, están en una bancarrota tan aguda que las personalidades
excepcionales de las últimas generaciones orientan sus cualidades a la
consecución de sus propósitos personales sin o mínima preocupación, por
el bienestar de su comunidad.

La indiferencia, y a veces hasta la repulsa ante el sacrificio de Abel,
es más frecuente en estos tiempos que en ningún otro del pasado.

Aparentemente la última generación que fue capaz de concretar una
voluntad de cambio sobre expectativas idealistas y en una dimensión
mundial, fue la que directa o indirectamente participó, antes o después
en lo que sintetizó Mayo del 68.

Aquellos jóvenes en una conjunción inexplicable de anhelos y propósitos
y como obedeciendo un mandato telúrico que convocaba al cambio,
propugnaron la renovación de los valores éticos, el replanteo de la
sociedad y exigió el respeto a su individualidad y el uso sin
restricciones de sus derechos.

Paradójicamente en aquellos tiempos donde apenas se expresó la juventud
fue en los predios del totalitarismo, por lo que es conveniente
preguntarse, ¿El proceso de desarrollo económico acelerado, tendrá los
mismos resultados de domesticación del hombre que el totalitarismo?

Sin embargo es mejor que no haya necesidad de héroes. Es preferible una
sociedad justa y equilibrada, donde los derechos de todos estén
garantizados, sin tener que recurrir a gestas que traumaticen al
individuo.

Pero también como se ha demostrado que los extremos son negativos, hay
que estar alerta en que un civismo de pragmatismo ramplón, no genere en
el futuro un hombre nuevo que tenga como único objetivo la satisfacción
exclusiva de sus propósitos, mientras cancela sus compromisos con la tribu.

Source: ¿Fin de los Héroes y las Utopías? - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54446b923a682e1870a81307#.VETg0vmUdHE

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