Tuesday, October 28, 2014

Disputa por las calandracas en Jaimanitas

Disputa por las calandracas en Jaimanitas
Los pescadores se dividen la franja de costa de su barrio, para así
poder capturar regularmente las calandracas que luego venden en las
calles. A veces sobrepasan los límites.
martes, octubre 28, 2014 | Frank Correa

LA HABANA, Cuba -Joaquinito Bustamante, el buzo insignia de la familia
"Los Bustamante", de Jaimanitas, ha querido desvelar el nuevo
acontecimiento que se vive en el pueblo, "La rivalidad de los buzos",
que está ocurriendo dentro del gremio de pescadores submarinos,
compuesto por varias decenas de padres de familia de este pueblo costero
del noroeste de La Habana.

Joaquinito bucea, pesca y saca calandracas del fondo del mar, auxiliado
por su viejo traje isotérmico, la careta, el snorkel y las patas de
ranas, que él llama cariñosamente sus "aletas", enviadas desde Miami por
su primo Roly. Éste, un joven también "calandraquero", logró salir del
país por reunificación familiar en el 2009 y no se olvidó del sueño de
Joaquinito de tener algún día un buen par de "aletas", las cuales
utiliza para buscar prendas y dinero que por descuido pierden los
bañistas, sacar calandraca para vender como carnada, atrapar pulpos,
mojarras y rabirrubias.

"La cosa está malísima", dice Joaquinito. "La necesidad ha desatado esta
rivalidad entre nosotros. El buceo antes era un negocio de familia. 'Los
Bustamante', 'Los Pejedientes', 'Los Mallorquines', eso se acabó. Ahora
es una lucha sin cuartel. Primero tuvimos que ponernos de acuerdo y
repartirnos el mar, imaginariamente, claro, por pedazos. Cada uno tenía
su zona de buceo y de pesca. Si se violaba el acuerdo y un buzo entraba
en territorio de otro había problemas. Ahora el problema consiste en que
se están comprando linternas led, que alumbran debajo del agua, y 'están
doblando turnos', buceando por la noche. Se perdió el control. Es una
locura."

Me lo encontré de nuevo, mientras salía de la tienda de productos en
dólares, con una botella de aceite en una mano y una lata de tomate en
la otra. Joaquinito levantó la botella y me dijo:

"Esto me significó ocho kilómetros de buceo, cuatro horas pateando en el
agua. Y esta lata de tomate otros tres."

Como estaba anocheciendo, Joaquinito miró la luna y calculó la marea.
Intuyó la dirección de la corriente, del Este hacia el río, con poca
fuerza, lo que ayudaba en el trabajo. Me contó con satisfacción que
también se había comprado una linterna led. Andaba hacia su casa, listo
para "doblar turno", porque esa mañana había hecho 120 pesos de la venta
de calandraca, pero se le había ido toda la ganancia en la botella de
aceite y la lata de tomate. No le quedaba ni para cigarros. Además,
debía "luchar" esa noche en el agua, el dinero para la merienda de la
escuela de sus tres niños.

"No puedo dormirme en los laureles", dijo antes de marcharse. "Anoche mi
primo el Chiqui seguro que se metió en mi franja de playa, porque por la
mañana no quedaba casi calandraca y ni un pulpo en el fondo. Está noche
me toca a mí 'golpearlo'."

Source: Disputa por las calandracas en Jaimanitas | Cubanet -
http://www.cubanet.org/mas-noticias/disputa-por-las-calandracas-en-jaimanitas/

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